"Hasta ahora, los filósofos han tratado de comprender el mundo; de lo que se trata sin embargo, es de cambiarlo" Karl Marx

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domingo, 28 de agosto de 2011

Martín Rodríguez un 28 de agosto de 1821 creaba el Archivo General de la Nación

Martín Rodríguez
Nacido en (Buenos Aires 1771),  Martín Rodríguez fue un político y militar que tuvo una actuación protagónica en los primeros años de lo que luego sería Argentina.  Como otros hombres de nuestra historia entró en escena con las Invasiones Inglesas (1806-1807), luego participaría en el proceso abierto en 1810 y en las posteriores guerras de independencia.  Además ocupó la gobernación de Buenos Aires entre 1820 y 1824. 
Su línea política fue de corte unitaria y liberal, lo que junto a sus ministros Bernardino Rivadavia y Manuel José García, entraron en un claro enfrentamiento con la iglesia en pos de convertir a Buenos Aires en un Estado rico y sólido.  Para cumplir este objetivo, sus ministros  se volcaron a la profundización  y centralización del poder estatal, mejorar su administración, la economía, el ejército, la cultura; todo esto tomando como modelo los Estados europeos de la época.
Durante su gobierno, Buenos Aires se apropió de los fondos que provenían de la aduana, con lo que vio crecer enormemente su economía sin importar que esa riqueza se asentara en la pobreza de las demás provincias.
Habiéndose apropiado de los beneficios de la Aduana, Rodríguez y sus ministros profundizaron sus políticas liberales y en materia de economía por ejemplo, crearon el Banco de Descuento (1822): que fue creado para contrarrestar las consecuencias de haber perdido las minas del Alto Perú, el desequilibro en la balanza comercial que provocaban la escases de metálico y dificultaban las actividades económicas.   En línea con la profundización económica de su gobierno y de la mano de Rivadavia, los capitales ingleses desembarcarán en nuestras tierras.  La Baring Brothers de Londres le prestaría a Rodríguez $1.000.000 de la época para construir  el puerto, extender la red de agua corriente, establecer pueblos y ciudades.  Sin embargo, ese dinero que en realidad no llegó como metálico sino en letras de cambio y tan sólo la mitad porque el resto se quedó en Londres; fue destinado a la guerra con Brasil, la creación del Banco Nacional y para empréstitos para comerciantes.  En sí, no fue más que una de las primeras estafas de nuestra historia que los subsiguientes gobiernos no podrían pagar hasta 1904.
Entre otras medidas importantes, siempre dentro del liberalismo del siglo XIX fue: la supresión de los Cabildos; la reducción del número de los ejércitos para sanear finanzas; la Ley de Retiro de Empleados Civiles.
En la línea liberal el enfrentamiento con la iglesia fue un común denominador de la época.  Cabe recordar que la Iglesia poseía un importante poder heredado de la colonia.  Pero en los tiempos ideológicos de principios de  siglo XIX, esa tradición, esa herencia no tenía lugar y entonces Rivadavia sometió al clero al poder del Estado.  Entre otras acciones se abolió el fuero eclesiástico, el diezmo y se le quitó espacios en funciones educativas.  El gobierno buscó expandir el sistema educativo bajo su control siguiendo modelos europeos.
En sí, Rivadavia, con la Creación del Archivo Nacional (el que motivo este post), la creación de la Bolsa de Comercio, estableciendo escuelas en fortines y pueblos y otras acciones de importancia le fue restando poder social a la Iglesia.
Una vez finalizado su gobierno, Martín Rodríguez, fue destinado a la vigilancia de Uruguay que bregaba por su independencia de Buenos Aires.  Años después (1828) se unió a Lavalle para enfrentar a Dorrego y volvería junto al primero a formar filas en 1840 para enfrentar a otro federal, Juan Manuel de Rosas.
Finalmente moriría en Montevideo un 5 de marzo de 1845.  Como tantos otros, pobre y en el olvido.

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