"Hasta ahora, los filósofos han tratado de comprender el mundo; de lo que se trata sin embargo, es de cambiarlo" Karl Marx

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lunes, 20 de junio de 2011

¿Quién está delante y detrás de un blog?

Me lo pregunto, te lo pregunto.
 ¿Vos quién sos?  ¿Yo, quién soy?
Escribo lleno de tristeza, escribo para mí, para vos, para nadie.  No sé, escribo.
Este blog me ha dado muchas satisfacciones y me ha llevado a cometer equivocaciones también.  Me contactó con un “vos” que no sé quién sos, en algún caso sos una foto, una carita, “dueño” de otro blog y seguidor de vaya a saber cuántos otros o simplemente unos números fríos en las estadísticas de éste.  Por eso he decido parar, tomarme una licencia sin término fijo y salirme de esta virtualidad. 
Tengo que encontrar una respuesta a la pregunta que encabeza este post. 
Aquí afuera hay un mundo de verdad que no estaba viendo, que no estaba viviendo y tengo que recuperar esa vida.  ¡Es urgente!
Por eso la caricatura que acompaña este texto no es sólo para darle un poco de color, sino para pensarlo y reflexionar, o por qué no, pensarse como “bloguero”.
¿Quién está delante y detrás de un blog?
En este caso yo, Juan Manuel, de eso estoy seguro.  Ahora bien, Juan Manuel o cualquier bloguero somos lo que muestra el blog.  No sé.  Acaso uno comenzará con una intención a escribir y/o llevar adelante un blog y luego eso se transforma, el bloguero se transforma, en realidad el hombre va transformándose en bloguero y entonces comienza un problema de identidad y cabe volver a preguntarse “quién está delante y detrás de un blog”.







domingo, 19 de junio de 2011

Esas incansables mujeres qom

Algunos estudios estiman que el poblamiento del Gran Chaco se produjo, aproximadamente, hace unos 8000 años. Los qom, usualmente denominados toba, se organizaban en bandas compuestas por familias extensas de residencia matrilocal que conformaban unidades mayores o tribus endógamas. Antes de que la colonización ocupara la mayor parte de su territorio se desplazaban por extensas zonas cazando, recolectando y pescando. Estas actividades eran realizadas colectivamente y su principal característica era la cooperación y el reparto de lo obtenido entre parientes y amigos. La generosidad sigue siendo un valor reivindicado por ellos.
A partir del proceso de conquista y colonización fueron sedentarizados y compelidos a trabajar como mano de obra asalariada en emprendimientos agrícolas, ganaderos y forestales de terceros. Si bien nunca abandonaron las actividades de caza, pesca y recolección el proceso de reducción de su territorio ha dificultado la obtención de los recursos naturales, fundamentales para el desarrollo de su vida.
En la actualidad, al no contar con los medios de producción necesarios para trabajar sus tierras (semillas, herramientas, productos fitosanitarios, etc.) y ante la falta de empleo, su subsistencia depende, en gran medida, de la obtención de pensiones y de planes sociales estatales. A la vez, comenzaron a escucharse las voces de hombres y mujeres qom que reclaman el cumplimiento del derecho internacional y de la Constitución Nacional que los reconocen como sujetos de derechos especiales. En Formosa, como en otras provincias, los qom demandan la efectivización de la ley nacional 26.160 que suspende los desalojos judiciales de comunidades indígenas y ordena realizar un proceso de relevamiento en todo el país de las tierras que tradicionalmente ocupan.
Contrariando imaginarios sociales que sostienen que la mujer indígena ocupa un lugar marginal en la lucha política, nada escapa a la mirada atenta de ellas. Por ejemplo, en las asambleas –cuando no están de acuerdo con alguna opinión– se ponen de pie y expresan con firmeza su objeción. A la par de encargarse de la recolección, de las actividades domésticas, de la artesanía y de la crianza de los niños, son indispensables en la lucha a favor de sus derechos: tanto que se encargan de recaudar el dinero necesario para los viajes, buscan la mercadería para cocinar durante las reuniones y se ocupan de invitar a los miembros de la comunidad a asistir a las asambleas. Su participación en la preparación de las reuniones políticas y su presencia en ellas, siempre atentas a lo que sucede, son fundamentales para alcanzar las metas que comparten con los hombres.
 Lorena Cardin, Licenciada en Ciencias Antropológicas y docente UBA
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-5522-2010-02-19.html

sábado, 18 de junio de 2011

IMPORTANTE: si fuiste colimba entre 1975 y 1983 en Argentina


Tal vez sabés o conocés a alguien que estuvo en el servicio militar por esta época.  Contale, mostrale.  Subí este aviso a tu blog, en facebook, twitter u otros. 

viernes, 17 de junio de 2011

Martín Miguel de Güemes-Día Nacional de la Libertad Latinoamericana

 Martín Miguel de Güemes nació en Salta, provincia norteña de Argentina, el 8 de febrero de 1785 y fue muerto el 17 de junio 1821.
Con tan sólo catorce años comenzó su carrera militar y tuvo su bautismo de fuego durante las Invasiones Inglesas (1806-1807), en donde protagonizó un hecho singular que mereció el reconocimiento de los mismos ingleses cuando éste junto con un grupo de expertos jinetes, valiéndose de una bajante del Río de La Plata, tomaron por asalto el “Justine” un buque que acompañaba la flota inglesa cargada de mercancías para comerciar en las costas del Plata.
 Un dato curioso de esta acción, fue que aquel barco, entre sus mercaderías traía una importante dotación de galeras, que la milicia de Patricios incorporó a su vestimenta y de ahí es que proviene el particular atuendo de nuestro primer cuerpo militar.
Tras la Revolución de Mayo (1810), se incorporó al ejército del Alto Perú, combatió en Suipacha y regresó a Buenos Aires y participó en el sitio de Montevideo.
En 1815 regresará, para no volver jamás a su Salta natal y se convirtió en su gobernador hasta el año 1820.
En noviembre de 1815 fue derrotado en la batalla de Sipe Sipe, derrota esta que le provocó la crítica e intento represivo por parte de Rondeu, de quitarle quinientos fusiles, a los salteños con la excusa de que él los necesitaba más para auxiliar a sus tropas. En realidad, Rondeu, que podría haber unido fuerzas con Güemes prefirió el ataque porque se presume quería evitar en Güemes surgiera un nuevo Artigas.  Al final se resolvió con intervención de Buenos Aires, que Salta prosiguiera con sus métodos de guerra, que tan bien registró Leopldo Lugones en su obra “La Guerra Gaucha” que luego Lucas Demare llevaría a la pantalla con el mismo nombre.
La Guerra Gaucha fue una eficaz guerra de guerrillas y boicots en los que participó toda la población salteña. 
Corría el año 1817 y con el apoyo de la población, los ataques relámpagos sobre las tropas realistas del Mariscal de la Serna provocaron una considerable desmoralización en sus hombres que obligó al Mariscal a emprender la retirada.
Hacia 1819 los realistas volvieron al ataque.  Güemes estaba solo, su antiguo rival, Rondeu, ahora devenido Director Supremo de las Provincias Unidas, estaba más preocupado en reprimir al modelo artiguista de la Banda Oriental, que en la lucha por la independencia.
Güemes y los bravos salteños estaban solos e inmersos en la pobreza por tantos años de guerra.   Las familias pudientes de la provincia le negaban apoyo o lo hacían a cuenta gotas.  Tal vez por eso le escribió a Belgrano, para que intercediera en Buenos Aires y ésta le enviara ayuda: "Esta provincia no me representa más que un semblante de miseria, de lágrimas y de agonías. La nación sabe cuántos y cuán grandes sacrificios tienen hechos la provincia de Salta en defensa de su idolatrada libertad y que a costa de fatigas y de sangre ha logrado que los demás pueblos hermanos conserven el precio de su seguridad y sosiego; pues en premio de tanto heroísmo exige la gratitud que emulamos de unos sentimientos patrióticos contribuyan con sus auxilios a remediar su aflicción y su miseria".  Pero sus palabras fueron desoídas.
Corría 1820 y otra invasión realista ocupó rimero Jujuy y unos meses después Salta.  Esta vez la invasión la llevó adelante el General Canterac que no pudo con Güemes y sus infernales y emprendió la retirada.
En su último año de vida (1821), las cosas no fueron más fáciles para este hombre.  La Guerra Civil, con sus consabidas consecuencias había comenzado; la constante amenaza de invasión desde el norte realista y la amenaza del gobernador de Tucumán desde el sur, lo obligaron a dividirse en dos frentes; debilitándolo y esa debilidad fue la que aprovechó el Cabildo conservador de Salta para destituirlo de la gobernación.
Debilitado, no pudo evitar la penetración española en Salta, ni que los poderosos (enemigos de Güemes), se aliaran para derrotarlo.
Un día como hoy, pero de 1821, a Güemes lo encontró la muerte.  Había buscado refugio en la casa de su hermana, escuchó disparos y huyó a caballo.  Pero una bala certera hizo blanco en su espalda.

jueves, 16 de junio de 2011

16 de junio de 1955 La Fuerza Aerea de la Armada bombardea la Plaza de Mayo

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Buenos Aires, cincuenta y seis años atrás.  El día había amanecido nublado, lluvioso y la ciudad  mostraba su movimiento habitual hasta las 12:40 Hs. en que los oficiales de la Aviación Naval bombardearon Plaza de Mayo en un intento por terminar con el gobierno del presidente constitucional Juan Domingo Perón que había sido reelegido sólo tres años atrás con el 68% de los votos.
La primera de las bombas, de las diez toneladas, que cayeron sobre la población civil hizo blanco sobre un trolebús de la línea 305.
A pesar del tiempo transcurrido, las investigaciones realizadas y demás, aún desconocemos el número de muertos, que rondaría entre trescientos o cuatrocientos, además de quién sabe cuántos heridos.  Quienes estaban cerca de Perón sostienen que fue el mismo quien dio la orden de no dar a conocer el número de víctimas.
¿Quiénes eran esos muertos, esos heridos?
Primero y por sobre todo argentinos, peronistas y también antiperonistas, religiosos, trabajadores; en fin, argentinos asesinados por argentinos.  Por fanáticos y/o fundamentalistas cristianos que pintaron en sus aviones la leyenda “Cristo vence”.











miércoles, 15 de junio de 2011

Palabras de León Felipe


Ahora estoy aquí, solo,
en este pueblo de Avila escondido
pensando
que no está aquí mi sitio,
que no está aquí tampoco
mi albergue decisivo.


Fragmento: ¡Qué solo estoy señor!

¿Quién es Juan Villariño?

La primera vez que escuché hablar de él fue en un programa de radio donde hablaban de diferentes personas que recorrían el mundo de diversas maneras como ser bicicletas, a caballo, motos y en el tradicional a dedo o auto stop. .
Juan viaja a dedo; salió solo, como un acróbata del camino que lo llevó a toparse  con una marplatense y ahora comparten algo más que los caminos; por estos días los de Bolivia.
Su viaje que ya lleva más de cinco años por el mundo tiene la particularidad de haberlo llevado por los países de Medio Oriente o como nos acostumbramos a reconocer a esta parte del mundo como “El eje del mal” que ha quedado registrado en un libro que invito a conocer y difundir porque el viaje de Juan, se financia con su venta, y, no sólo el viaje, sino que su proyecto educativo también.  Pero de ese proyecto los invito a que lo lean en su blog y como puedan colaboren o sean cómplices como dice Juan:


Esta es la tapa de “VAGABUNDEANDO EN EL EJE DEL MAL – Un viaje a dedo en Irak, Irán y Afganistán” el primero de mis libros en ser publicado, por Editorial Del Nuevo Extremo (Argentina) y Editorial RBA (España). Después de diez años de realizar librillos artesanales y sostener mis viajes con su venta ambulante en bares, cafés o playas, aquí está amigos, mi primer libro editado.
El libro ya se encuentra en las principales librerías argentinas y españolas. Con sus 350 páginas, 200 fotografías, 16 láminas a color y seis mapas, espera a esos lectores intrépidos que andan rastreando libros de relatos de viajes reales, de historias caminadas y escritas a fuerza de suelas gastadas.

"Vagabundeando en el Eje del Mal" transcurre en Medio Oriente, durante la primera etapa de mi vuelta al mundo a dedo, en algunos de los países menos visitados del planeta. El libro espera ser una mínima contribución al entendimiento humano, al reivindicar la diversidad y la hospitalidad del Mundo Islámico, una región caricaturizada por la fábrica de miedo que es la cosmovisión etnocéntrica occidental. Especialmente después del 11-S y 11-M, la oratoria del establishment, ávido de imponer guerras rentables,  creó la figura del Eje del Mal como marioneta de un otro cultural distinto, amenazante y sospechoso. La manipulación de los estereotipos culturales a través de los medios masivos terminó así instalando en el imaginario colectivo una estratégica confusión entre árabe, musulmán, talibán inmigrante y terrorista.

La idea de cruzar  Irak, Irán y Afganistán, Turquía, Siria, Jordania y Egipto, haciendo autostop emergió como una cruzada por desmantelar este discurso de miedo documentando cotidianidad significativas y brindando evidencia de la solidaridad de sus habitantes. Las páginas del libro recogen los episodios y las vivencias compartidas a lo largo de mi caminata, mochila al hombro con los pobladores locales, sean maestros rurales afganos, vendedores del bazar de Aleppo, amables clanes beduinos de Siria, granjeros que absortos en su Sahara me preguntaban si en Argentina también había estrellas o miembros de la inteligencia siria encargados de perseguirme. Hay también eventos delicadamente absurdos. Alguna vez me tocó tomar el té en un campo minado, aprovisionar mi mochila en una base norteamericana en Afganistán, o entrar en Irak como un vagabundo para terminar dando lecciones de autostop en el Parlamento del Kurdistán.

Cifrada en sus páginas, va además la receta de un nomadismo postulado como estilo de vida y la inspiración para quienes anhelen indagar el horizonte y salir a las rutas del mundo. Las confesiones de un nómada que ha encontrado domicilio en el viento... 
Con mucha ilusión espero que el libro, en su flamante formato siga caminando y encontrando lectores que lo alojen en sus bibliotecas como a mí me alojaban los sirios y los turcos.

EL LIBRO SE ENCUENTRA EN LAS PRINCIPALES LIBRERÍAS ARGENTINAS Y ESPAÑOLAS.


Para saber cómo conseguirlo desde el resto de los países latinoamericanos, consúltame a acrobatadelcamino@gmail.com
Para ordenar un ejemplar desde el resto del mundo, entra a la Tienda Virtual, donde también puedes ver algunos pasajes del libro o leer su introducción. Es posible abonar el libro electrónicamente y recibirlo por correo al cabo de 7-10 días.

Buenos Caminos

Gracias por estar del otro lado y darle sentido a esta literatura producida desde los caminos del mundo.


Juan Villarino





lunes, 13 de junio de 2011

Maestros, profesores y educadores PRESENTES X

“Creyeron que te mataban a la orden de ¡fuego!
Creyeron que te enterraban
Y lo que hacían era enterrar una semilla”
Ernesto Cardenal

Jorge Omar Cazenave "Negro" "Feda"
Desaparecido el 22/4/77
A los 24 años
Jorge era docente y militante de la CTERA. También militaba en la Organización Comunista Poder Obrero, ligada al PRT. Estaba casado con Ana María López.
Fue secuestrado el 22 de abril de 1977 en la librería Kier, ubicada en Santa Fé 1260, Capital Federal.





sábado, 11 de junio de 2011

Luis Alberto Romero, Clarín y un acto de profunda torpeza intelectual


Luis Alberto Romero

Una respuesta al punto de vista del historiador, a sus acusaciones contra Sergio Schoklender y la operación de los medios hegemónicos para enlodar la figura de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
 
Uno de los grandes errores que cometemos algunos escritores o periodistas cuando nos metemos a contar el pasado es aplicar categorías del presente para analizar lo que, con grandilocuencia, algunos académicos llaman (y reclaman para ellos mismos como únicos guardianes) “la Historia”.
Los historiadores “profesionales” –entre ellos Luis Alberto Romero– se montan sobre la metodología del paradigma universitario actual para impedir que alguien les quite el acceso a sus recursos económicos como las cátedras, las becas, las publicaciones oficiales y otras prebendas que surgen de las universidades del Estado y de empresas privadas. Sin embargo, son justamente los historiadores como Romero quienes no tienen ningún pudor en cometer cualquier tipo de tropelías a la hora de escribir sobre el presente.
Hace algunos días, Romero escribió una columna en el diario Clarín de una miserabilidad política y personal muy pocas veces vista en el mundo intelectual argentino.  La tituló “La Corrupción está rondando a las Madres”, y se trata de una diatriba típica de un militante político publicada en un mal pasquín del liberalismo conservador más que de un profundo y sesudo análisis de un historiador profesional, aséptico, profiláctico.
Leamos la pluma urgente del historiador militante radical: “El gobierno corruptor ha aplicado aquí un mecanismo harto conocido, su verdadero ‘modelo’: subsidios, retornos y apoyo político. Sobran ejemplos, desde Jaime hasta Pedraza. Si no hay más, es porque el gobierno se adueñó de los instrumentos de control y los usa sistemáticamente para encubrir y proteger a sus agentes… El gobierno comenzó corrompiendo a los corruptos: esto sigue siendo el paraíso de la ‘patria sindical’ y la ‘patria contratista’. También corrompió a los indecisos, de moral inestable, a quienes puso en la disyuntiva: sumarse o atenerse a las consecuencias. ¿Cuántos resistieron la oferta, imposible de rechazar? Nada nuevo, ciertamente. Los noventa fueron muy parecidos, y es fácil encontrar los orígenes remotos de este modo de operar del Estado. Pero con diferencias cuantitativas que finalmente hacen a la calidad. Sin embargo, este caso es especial… El corruptor fue más lejos. Como el protagonista de una tragedia griega, corrompió a la vestal del templo. Cegado por el orgullo y la pasión, cometió sacrilegio. Porque Madres de Plaza de Mayo era eso, la vestal del templo de los Derechos Humanos, una causa que está en la base misma de nuestra actual democracia… Por eso el daño es mucho mayor. Imperdonable. Las corrompió primero, incorporándolas a su máquina política. Las sacó del lugar indiscutido de los valores compartidos y las convirtió en simples mortales, facciosas y alineadas. Luego completó su tarea del modo más simple y grosero, con los subsidios y los retornos. Madres de Plaza de Mayo fue corrompida. ¿Lo fue su presidenta? Las Madres simbólicas son una cosa y Hebe de Bonafini es otra, y repasando su trayectoria, este final no es del todo inesperado. Como escribió Celedonio Flores en Margot: “Es mentira, no fue un guapo (...) el que al vicio te largó / Vos rodaste por tu culpa, y no fue inocentemente...”.
Reduccionista, con rasgos de simplismo “corruptista”, malintencionado, de moralina fácil, falto de visión política y estratégica, grotesco, reproductor de la teoría de los dos demonios pero con la corrupción suplantando a la violencia y el ciudadano como víctima inocente, repleto de guiños histéricos de señora gorda que toma el té de las cinco, entre otras, son algunas de las características sobresalientes de ese discurso fácil y demagógico dirigido a ciertos sectores de la clase media.
Porque también hay que decirlo: la clase media suele consumir discursos simplones y efectistas elaborados por intelectuales acostumbrados a ser reverenciados por los títulos de nobleza más que por la profundidad y certeza de sus argumentaciones.
La política se hace con recursos, no se hace con palabrerías de hojarasca. Y el poder siempre corrompe. El discurso del “corruptismo” es una elaboración abstracta que sirve para el púlpito y la galería, pero no para analizar la política o la historia.
La política incluye actos de corrupción en todos los rincones del mundo, en todas las geografías y en todas las épocas. Ahora, llamar el “Gran Corruptor” a Néstor Kirchner y reducir un modelo político, económico, social a un sistema de prebendas es el acto de torpeza intelectual más profundo que he leído en los últimos años.
Es como creer que el problema de la década neoliberal –1990/2001– fue la corrupción y no la política económica–. Diciembre de 2001, Romero, no es producto de la Banelco con que se compró una ley, sino que es efecto de causas mucho más profundas que incluyen políticas de Estado.
Nadie puede negar que el “escándalo”, como titula TN todo el tiempo, del nuevo caso Schoklender pone en un lugar de exposición y vulnerabilidad social a las organizaciones de Derechos Humanos y sobre todo a la líder de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
Nada indica en las investigaciones que se están llevando adelante que ella fuera cómplice de las maniobras presuntamente fraudulentas de Sergio y Pablo Schoklender. Todo parece circunscribirse a la acción de ambos hermanos y ni siquiera parece salpicar al Estado Nacional, tal como lograron demostrar el jueves tanto el subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda, Alberto Bontempo, y su par de Obras Públicas, Abel Fatala, en Diputados.
Entonces, hay que tener un poco de rigor en la investigación antes de enlodar a Hebe de Bonafini, una mujer que podrá tener sus defectos, sus exabruptos, sus contradicciones, pero que ha hecho por la democracia argentina –aun desde su moral revolucionaria y exuberante– mucho más que 25 Romeros apilados.
Uno, Romero, también será juzgado por aquellas cosas y personas que ataca o defiende. Usted decidió atacar sin mucha precisión informativa a Hebe de Bonafini desde el diario que es propiedad de una mujer que todavía no aclaró ante la justicia si sus hijos adoptados fueron o no apropiados durante la época de la dictadura. Y lo ha hecho con pluma brutal, despectiva y desprovista de rigor informativo.
Una última reflexión: El periodismo es el primer relato de la historia. Es la primera fuente que utilizan muchos investigadores del pasado. A la luz del texto de Romero sobre el presente, los argentinos deberíamos sentir pavura al descubrir quiénes son los encargados de construir el relato histórico colectivo.
http://tiempo.elargentino.com/notas/luis-alberto-romero-clarin-y-acto-de-profunda-torpeza-intelectualPrincipio del formulario

viernes, 10 de junio de 2011

Drogas, historia de su uso y prohibición

Si quisiéramos historiar el uso de psicoactivos, deberíamos remontarnos a las primeras sociedades; encontraremos que todas ellas hacían algún uso de estas sustancias.
Antiguamente, podemos ubicar el consumo ligado a la medicina o a ritos religiosos. Posteriormente, el propio Homero nos habla de su uso para combatir en las guerras y “para pasar al olvido las penurias”. Mucho más cerca a nuestra actualidad, en los siglos XVII y XVIII, fueron los poetas quienes se inspiraron con su consumo a través de la modificación de los sentidos. El siglo XIX será el del avance de la Medicina y de la búsqueda de experiencias sensitivas, sentir el cuerpo e interrogar la conciencia; y el siglo XX será el siglo de la prohibición, el cual promovió el auge del negocio del narcotráfico y del consumo de psicofármacos que, a mediados del ese siglo, son un medio para sobreadaptarnos en un sociedad “civilizada”. Aliviar las tensiones de las exigencias sociales se convertirá en una búsqueda individual, que solo logrará enmascarar el malestar.
En la actualidad el uso de cualquiera de las sustancias psicotrópicas (drogas lícitas o ilícitas) pueden ser tanto para un uso exclusivamente recreativo, mejorar la performances, anestesiar la angustia, favorecer el encuentro social desinhibiendo o, a la inversa, un intento de encerrarse en sí mismo.
Uso del uso de drogas
Trazar algunos de los momentos históricos más relevantes de la prohibición de las drogas nos permitirá fundamentar por qué sostenemos que fue y es una política destinada al control social, ya que las políticas contra el uso de drogas no buscan de impedir que se consuman, sino que ese consumo esté impugnado, estigmatizado, para ejercer desde ahí un dominio sobre los individuos por la vía de asociar el uso de sustancias ilícitas a la delincuencia o a la patología. El uso de drogas es explicado como una “falla de la voluntad” que evita un contacto con la realidad, lo que hace de obstáculo a la socialización. Desde aquí es que toman pregnancia los discursos morales subsidiarios también de políticas represivas ejercidas tanto por el poder político como por el poder médico. Su ilegalidad permitió que a mediados del siglo pasado surgieran poderosas y peligrosas organizaciones dedicadas al narcotráfico, un gran negocio capitalista que se basa en la sociedad ilícita entre estas organizaciones mafiosas, políticos burgueses, fuerzas de seguridad y el sistema financiero, que encontró medidas jurídicas para “violar la ley” de prohibición del lavado de dinero.
Los partidarios de políticas represivas encuentran en las drogas discursos y leyes represivas del consumo, todo esto en nombre del bien común. Pero a decir verdad, el uso de drogas para el ocio recreativo alcanza a una población amplia en el mundo, y sin embargo un reducido sector cae en una sufriente adicción. Sin negar el sufrimiento de los que padecen una dependencia, consideramos que esto no es un problema de las sustancias, sino del sujeto y especialmente del medio social en que se inscribe ese consumo. Thomas De Quincey, escritor británico del Renacimiento, se rebelaba ante la idea de atribuir a la droga lo que consideraba, solo corresponde a su usuario.
Por nuestra parte opinamos que cada cual tiene derecho a buscar en su cuerpo la satisfacción del modo que elija; pero lo privado de este acto se mueve en un umbral muy estrecho, pues se legisla sobre nuestros cuerpos, se criminaliza la vida privada, y por lo tanto lo privado queda al arbitrio de políticas sanitarias y especialmente penales.
Esta intromisión en lo privado no ha impedido el uso de drogas, por el contrario, su prohibición pone en riesgo a los usuarios al no haber un cierto “control de calidad”; los propios médicos denuncian esto, sobre todo cuando se trata de asistir a pacientes que se han descompensado por el uso de drogas de diseño, y no saben qué sustancias contienen.
Las causas de la prohibición
A partir de las revoluciones burguesas, se modifica el tratamiento social y político que se le dan a los psicoactivos destinados, hasta ese momento, a un uso recreativo o farmacológico. Pero la prohibición de su uso y comercialización llegará después de la Primera Guerra Mundial. A partir de ese momento, las drogas o psicoactivos, se clasifican en dos grandes grupos: las que son de uso y comercialización lícito y las que pasaran a la órbita de lo ilícito, ilegal e inmoral. En los comienzos de la etapa imperialista esta división persigue causas políticas: los intereses por controlar los cuerpos de los individuos para un modo de producción en serie -fordista- y “crear” una moral funcional a estas necesidades.
El Estado, que con las revoluciones europeas de los siglos XVIII y XIX pasa a manos de la burguesía, fue progresivamente asumiendo el “control y cuidado” de la población civil, necesaria en momentos donde las democracias se veían amenazadas por las relaciones explosivas entre capital y trabajo.
La reacción anti liberal contra el uso de sustancias psicoactivas fue preformando la nueva cultura burguesa. Las “democracias” harán uso de la prohibición para poner un límite a las libertades individuales, para inmiscuirse en la vida privadas de las personas, “disciplinar los cuerpos” y ejercer por estas vías un mejor control social. La Iglesia, por su parte, a partir del golpe que recibe por ser separada del Estado, buscará en la lucha contra las drogas un lugar desde donde hacerse oír, atacando las distintas formas de ebriedad por su amenaza a la sociedad. Encuentra apoyo en sectores puritanos, que darán comienzo al movimiento prohibicionista.
Las tensiones sociales de la época se producen a raíz de la industrialización y la proletarización que llevó a una gran concentración urbana, por lo cual el uso de psicoactivos fue admitido para la clase alta de la sociedad, mientras otros sectores sociales, sobre todo inmigrantes, merecerán mayor control. Esta es una época de migraciones, centralmente hacia los EE. UU., que requería de políticas de integración, no sin discursos racistas, para lograr someter y adaptar a los inmigrantes a las necesidades y costumbres de este país; para esto aplicaron políticas de control vinculados a los hábitos de consumo, que les permitirá perseguir sectores que no logran “integrar”, con la excusa del consumo de drogas por ser consideradas estas razas carentes de moral, inmaduras, o poco adaptadas a las costumbres sociales.
Hasta este momento era amplio el uso farmacológico que se le da a los psicoactivos, centralmente, morfina, opio y cocaína. Sin embargo sectores terapéuticos también ven modificado su postura frente al uso y propiedades de estas sustancias. Por un lado por estar influenciados de los estamentos religiosos, por otro, el comienzo de Asociaciones Profesionales concerniente a la Medicina que van estableciendo los nuevos parámetros de salud.
El otro polo de las razones de la prohibición está dado porque a mediados del siglo XIX, el conflicto entre China e Inglaterra por la comercialización del opio define nuevas pautas coloniales. Este conflicto prefigura alternativas “farmacológicas” de poder económico y político, que el transcurso del tiempo hará más rentable y tomara nuevas formas de represión para dominar este mercado. En verdad, el comercio se abrió paso en la conquista de nuevos mercados mediante la exportación de drogas. Las Guerras del Opio de 1839-1842 y 1856-1860 sirvieron para desarrollar el comercio de Europa y extender el consumo de opio producido en la India, importado de contrabando por los mercaderes chinos. Después de bombardear la ciudad de Cantón durante seis días, Inglaterra impuso el libre comercio con China conquistando el monopolio de la producción y distribución de opio gracias a los cañones de su flota naval, que imponían su hegemonía en ultramar. En 1842 celebró el tratado de Nankín que formalizaba el contrabando de opio sin pagar derechos de aduana, abriendo cinco puertos para el comercio con Europa y reservándose el dominio británico de la isla de Hong Kong. Tal como ocurre en la actualidad, Inglaterra y China celebraron tratados que condenan el contrabando de opio a efectos de garantizar el monopolio inglés librado de competidores ajenos. Con entera razón, Carlos Marx señalaba que “si el gobierno chino legalizase el comercio del opio y, al mismo tiempo, admitiera en China el cultivo de la adormidera, el tesoro anglo-indio se arruinaría sin duda” (“La historia del comercio de opio”, New York Tribune, 20 de septiembre de 1858).
Las leyes por la prohibición
La Guerra de Secesión provoco un número considerable de consumidores de morfina, de los cuales un sector comenzó a frecuentar los fumaderos en los barrios chinos de San Francisco, lo cual lleva a las autoridades a prohibir fumar opio en esos lugares. Estos comienzos de prohibición van a mostrar un discurso racial y no médico.
Las serias dificultades que se le presentaban a los EE. UU. para controlar a los inmigrantes, centralmente los chinos por los fumaderos de opio, lo lleva por estos años a convocar a otros países, Rusia, Inglaterra, Alemania y Francia, para obligar a China a firmar un protocolo cuyas cláusulas contempla pena de muerte para cualquier acto hostil de un chino contra un cristiano.
El despegue industrial y comercial de los EE. UU., a mediados del siglo XIX, exige que la marginalidad ya no se confíe al cuidado civil, sino que el Estado asuma su control; el principio liberal de uso de sustancias fue paulatinamente remplazada por la injerencia estatal. Para que pueda expandirse el capitalismo fue necesario fortalecer los mecanismos de control social, así como convertir la vida rural del campesino en vida del operario urbano, al cual también se debía adaptar, en sus usos y costumbres, a las necesidades del capital.
Es por todo esto que a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, EE. UU. intentará imponer la prohibición de las drogas al mundo entero que, hasta antes de la Primera Guerra Mundial, no tenía ninguna legislación que regule su uso o prescripción. Una serie de sucesos van convergiendo en la política que los EE. UU. adoptara para el control público en materia de sustancias psicoactivas, pretendiendo que su prohibición se apliquen en el conjunto de los países orientales y occidentales. Son los comienzos del cambio de rol del Estado hacia un Estado más asistencial, que interviene más en lo moral, sanciona costumbres e impone otras. Los conflictos sociales también son atribuidos a minorías de los inmigrantes y marginales.
La clasificación de las drogas comienza a modificarse a partir de la segunda mitad del siglo XIX, que sufre una doble ruptura. En primer lugar, se desprende de los medicamentos, comienza a describirse por sus atributos terapéuticos y no terapéuticos. Luego, se separa del consumo del alcohol, se divide las sustancias psicoactivas entre las que son socializadas y las que no lo son. El vino, el alcohol, inscriptos en el intercambio social en Occidente, son usados como medio de socialización, de comunicación; en cambio, “las drogas” son pensadas como la huida de la realidad o un rechazo de la sociedad. El alcohol se mantendrá hasta hoy en el podio de las sustancias “socializantes”, solo interrumpida su legalidad en el período de la Ley Seca.*
Si bien la esclavitud es abolida en el siglo XVIII, los sentimientos xenofóbicos continúan. La población anglosajona no comparte con los negros ni sus escuelas, ni sus hospitales, ni sus centros de reunión, y en los estados del sur, ni siquiera su derecho al voto. Todas las actividades de la población de color son marginales. Aunque ahora reciben un salario por su trabajo, continúan prácticamente en las mismas condiciones de explotación que sus antepasados. La respuesta a esto la dan movimientos organizados contra la segregación racial, los primeros enfrentamientos con la autoridad y los primeros linchamientos públicos. Sintiéndose amenazados, los sectores conservadores de la Unión Americana buscan desesperadamente cualquier elemento para detener el peligro. Asocian a la población negra con el consumo de cocaína y atribuyen a ésta las tensiones provocadas por la segregación. Un médico convocado por el Congreso de Filadelfia declara que “la mayoría de los abusos deshonestos y las violaciones de negros a blancas son el resultado de un cerebro enloquecido por la coca”.
Esta asociación entre la cocaína y la criminalidad atribuida a la población negra hizo que las leyes en su contra fueran bien recibidas. En 1912 se aprueba en los Estados Unidos la Ley Harrison que regula la inscripción administrativa de fabricantes y dispensadores de cocaína y otros psicofármacos, previendo sanciones para su incumplimiento.
Ese mismo año, durante la Conferencia de La Haya, EE. UU. promueve la aprobación de normas restrictivas al uso de sustancias psicoactiva, y que se reserve al uso médicos tanto la cocaína como cualquier otro nuevo derivado. En ausencia de Perú, Bolivia y Colombia (países productores de coca) los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, Portugal, Holanda, Japón, Rusia, China e Italia, participan de la convocatoria realizada por EE. UU., pero enviando funcionarios de segunda línea; no veían un problema en su uso, y consideraban que si EE. UU. tenía problemas con esto debían tomar resoluciones internas. De todos modos se firma un compromiso de examinar la posibilidad de dictar leyes o reglamentos que castiguen el cultivo ilegal de coca y la posesión ilegal de cocaína.
Son las pretensiones de Estados Unidos a encumbrarse como potencia imperial que lo llevan a convocar esta cruzada contra el uso de drogas. Recién a fines de la Primera Guerra Mundial, al firmar en 1919 el Tratado de Versalles (tratado de paz que puso fin al estado de guerra entre Alemania y los Países Aliados) logra introducir la prohibición del cultivo y la regulación de su consumo. Entre muchos de los puntos se incluye los acuerdos firmados en La Haya en 1912, se dice que los EE. UU. no aclaró que incluía este punto.
A partir de estos acuerdos EE. UU. se erigirá como gendarme moral del mundo, aun cuando estas políticas se aplicaron en forma desigual en los distintos países firmantes de este tratado. Solo volverá a ser un problema el uso de sustancias en los años ‘50, cuando toda una corriente de bohemia literaria y musical se acerca al consumo para transgredir los límites sociales; será en los años ‘60 cuando su consumo se extiende entre los jóvenes que desean “explorar sus sentidos”, en una época donde el consumo de sustancias era un modo más de revelarse contra la convenciones culturales, de una sociedad capitalista asentada en la abundancia y el consumo, pero privadas de libertad.
Los cambios sociales y políticos de los años ‘60 y ‘70 llevarán a nuevas medidas represivas. Podemos decir que en esta segunda etapa de la prohibición de las drogas, el crimen organizado extenderá su negocio junto a organizaciones estatales “para combatirlas”, como es la poderosa DEA que maneja presupuesto millonarios y mantienen un vínculo estrecho con los jefes de las mafias organizadas para traficar sustancias ilícitas. Será esta misma época la que da lugar al desarrollo de psicofármacos para sobre adaptar a los individuos a las exigencias de una sociedad competitiva. Sedación y estimulaciones serán los modos de estar ligado a estas nuevas formas de socialización. Pero dejaremos los años sesentas para otra entrega.

* La Ley seca fue la prohibición de la fabricación y venta de bebidas alcohólicas en los EE. UU.; dio origen a un período de violencia cuando bandas organizadas controlaron la venta ilegal de bebidas alcohólicas. Son los comienzos del crimen organizado. Esta prohibición se da entre los años 1920 hasta 1933, en que se deroga por una enmienda a la Constitución.

jueves, 9 de junio de 2011

9 de junio. La Libertadora, el fusilamiento de Valle y Operación Masacre de Walsh

Se sostiene que si uno analiza la historia de la violencia política en el siglo XX argentino, no podría obviar  y no detenerse en el proceso que se inició en el mes de junio de 1955 cuando se produjo la más vergonzosa acción, por parte de la fuerza Aérea de la Armada, bombardeando a plena luz del día la Plaza de Mayo dejando un sin número de muertos y heridos.  Este hecho dejó en claro que militares y civiles estaban dispuestos a todo y a enfrentar con todo al “régimen” como decían ellos de Juan Domingo Perón y, lo dejaron claro unos meses después, cuando fusilaron a Juan José Valle quien lideró la contra ofensiva o contra golpe, según se prefiera, contra la Libertadora.

Juan José Valle


Aquel 9 de junio, Valle se alzó junto con otros militares afines a Perón y sindicalistas con la intención de reponer el orden democrático en el país, llamar inmediatamente a elecciones y volver a poner en vigencia la Constitución sancionada en 1949.  Pero la acción fracasó drásticamente.  El alzamiento fue desbaratado casi antes de iniciarse.  La información se había filtrado y más de un error de logística no favorecía el éxito de la operación.  Como consecuencia, a Valle lo acompañaron al patíbulo otros militares y civiles; tal vez, los más recordados por la inmensa pluma de Rodolfo Walsh y su Operación Masacre.
Paradojalmente, luego de los bombardeos a Plaza de Mayo, los responsables fueron encarcelados en la misma comisaría donde sería fusilado Valle.  Pero esto no sería una paradoja si uno de esos encarcelados por los bombardeos, a los que bien podría haber fusilado el peronismo por traición a la patria  y lo atroz del hecho, se les perdonó la vida y así fue que un joven guardia marina de la Armada (Emilio Eduardo Massera), ¿lo conocés?  Sí, el mismo que años después integraría la junta que llevara adelante “El Proceso de Reorganización Nacional” (1976-1983)
Como dijimos, la operación estaba cargada de errores como el del aviso de que la rebelión había comenzado que debía llegar por emisión radio.  Justamente, a la espera de esa emisión radial se encontraban los que hoy conocemos como los fusilados en el basural de León Suarez.
Eran doce, doce que la policía bonaerense baleo por la espalda y remató en la oscuridad del basural. 

Pero los asesinos no pudieron lograr su cometido y algunos sobrevivieron para dar su testimonio y como si se tratara de una revancha de la historia, permitir que existiera un Walsh, excelente periodista y por esos días con un futuro inmenso como escritor.  Se dice que aquellos fusilamientos cambiaron el curso de su vida, volviéndolo más que escritor, periodista o investigador, revolucionario.
Hoy, a 55 años de aquellos fusilamientos, del fallido alzamiento; reivindiquemos la lucha de todos aquellos que dieron su vida por un país democrático, justo y soberano.
  

SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO MAPUCHE CHILENO

TRAS OCHENTA Y CINCO DIAS DE HUELGA DE HAMBRE EN CHILE
Los mapuches ya sufren daños irreversibles
› Por Ailín Bullentini
La huelga de hambre líquida y la pérdida de más de 20 kilos de peso habrían provocado daños irreversibles en la salud de los cuatro mapuches chilenos presos que iniciaron la medida de fuerza hace 85 días. Su reclamo radica en la nulidad del juicio en el que fueron condenados por robo con intimidación y lesiones menores. “La falta de nutrientes debió haberles provocado daño cerebral”, apuntó el médico Juan Carlos Reinao, quien los revisa desde que los mapuches comenzaron con la huelga. Sin embargo, serán realimentados en los centros sanitarios donde permanecen internados. Según Reinao, el sistema de salud estatal interpuso un recurso con tal objetivo ante la Corte de Apelaciones de Chile, que fue aceptado.
“La gravedad es intensa. Padecen desnutrición severa, hidratación al límite y estado general severo. Los más de 20 kilos que cada uno perdió en la huelga les produjeron también disminución del nivel de concentración”, explicó el médico. Su trabajo en el monitoreo de la salud de Ramón Llanquileo, Jonathan Huillical, José Huenuche y Héctor Llaitul comenzó el primer día de huelga y se debió a la exigencia de las familias de los prisioneros, que consideraron necesario que un profesional ajeno a Gendarmería controle la salud de los mapuches.

Hasta ayer, los cuatro estaban internados en el Hospital Victoria. Ante la emergencia, las autoridades sanitarias decidieron trasladarlos a los centros asistenciales Concepción, Los Ángeles y Nuevo Imperial, todos ubicados en el sur del país, un movimiento resistido por los prisioneros y sus familiares. “Teniendo las herramientas para poder controlar su salud en una sola institución, decidieron trasladarlos unilateralmente. El traslado es peligroso, no estaban en condiciones de soportar las tres horas de viaje que separa un hospital de otro”, denunció la vocera de las familias de los mapuches, Natividad Llanquileo.
Las familias supieron del traslado mientras aguardaban el horario de visita. El revuelo originado empujó a efectivos de Gendarmería a dar explicaciones: “La decisión es exclusivamente por prescripción médica”, esbozó el director regional de la fuerza, David Espinoza.

“Los quieren hacer comer a la fuerza”, denunció por su parte la madre de José Huenuche, Juana Raimón. “A mi hijo lo sacaron muy mal, lo tiraron arriba de la ambulancia”, agregó. Según informó Reinao, el sistema sanitario de Chile presentó un recurso de amparo ante la Cámara de Apelaciones nacional para iniciar la realimentación de los huelguistas pese a su negativa, que la Justicia aceptó. Si bien no habló oficialmente sobre le tema, el gobierno había expresado anteriormente que tomaría todas las medidas posibles para evitar la muerte de los comuneros, incluida su nutrición forzada.
El médico advirtió sobre los posibles efectos negativos que la realimentación acarrearía sin la realización previa de exámenes generales de la salud de los comuneros condenados. “Los manifestantes se niegan a someterse a exámenes médicos por no contar con garantías sobre la certeza de los resultados. Sin esos estudios, la realimentación podría provocar el fallo de órganos y desencadenar un desenlace fatal”, apuntó.
Los comuneros fueron condenados en marzo a hasta 25 años de prisión por intento de homicidio de un fiscal y robo con intimidación. Mientras comenzaron la huelga, sus familiares pidieron formalmente la nulidad ante la Corte Suprema de Chile. El máximo tribunal decidió desestimar el cargo de intento de homicidio, con lo que redujo las penas. Los mapuches consideran que en el proceso judicial se aplicó la ley antiterrorista: “Hubo testigos secretos y personas que testimoniaron bajo tortura”, expresó la vocera.

miércoles, 8 de junio de 2011

Mariela Castro “Imagino un socialismo democrático, sin dogmas y sin prejuicios”


Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba
La sicóloga Mariela Castro, hija del gobernante Raúl Castro, calificó de burdo y vengativo al gobierno de Barack Obama por negarse a canjear los cinco cubanos prisioneros en Estados Unidos por el contratista norteamericano Alan P. Gross, condenado a 15 años de cárcel en la isla. Mariela Castro durante su entrevista con el medio ruso Actualidad RT

“Nosotros lo interpretamos como una vendetta del sistema mafioso de poder norteamericano”, declaró la sexóloga en una entrevista transmitida este jueves por la televisión rusa. “Realmente son tan burdos que ni siquiera quieren cambiar a nuestros prisioneros por el prisionero norteamericano que está aquí, que ya fue condenado en un juicio legal”.
La entrevista de media hora fue realizada para Actualidad RT, perteneciente a la organización autónoma TV-Novosti, y durante la conversación, la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), sorteó preguntas diversas sobre su padre, su tío Fidel Castro y la fascinación que despertó en ella el guerrillero Ernesto Che Guevara, al que insistió en calificar de “tierno”.
También dijo que Raúl Castro le confesó que le gustaría tener tanta libertad como ella y analizó el cambio que se ha producido en la mentalidad de ambos hermanos sobre temas como el machismo y la homosexualidad. Afirmó que ni Fidel ni Raúl han perdido el romanticismo de la primera etapa revolucionaria.
Habló además de una invasión norteamericana a Cuba que -según ella- parecía inminente en 1994.
CaféFuerte publica íntegra la transcripción de esta entrevista, coincidiendo con las recientes declaraciones de Raúl Castro, quien en vísperas de su 80 cumpleaños sugirió que está listo para retirarse tras su primer mandato al frente del gobierno cubano.

ENTREVISTA DE MARIELA CASTRO CON EL PROGRAMA “A SOLAS”
DE ACTUALIDAD RT, 2 DE JUNIO DE 2011

Elena Rostova: Muchísimas gracias por haber accedido a compartir con nosotros experiencias más personales. Usted es la hija de Raúl Castro y la sobrina de Fidel Castro. En la vida cotidiana, ¿no afecta, no limita esto?
Mariela Castro: Afecta. Desde algún punto de vista es incómodo, pero desde otro punto de vista es bonito, porque he recibido mucha gratificación espiritual, agradecimiento, mensajes muy bonitos de agradecimiento muy sincero de personas no sólo en Cuba sino en otros lugares del mundo justamente por eso. O sea, más bien me ha dado gratificaciones espirituales.

ER: Usted nació poco después del triunfo de la revolución cubana. ¿Cómo recuerda el ambiente que reinaba en si infancia?
 MC: Yo recuerdo mi infancia muy feliz. Realmente que mis padres me dejaban eso de explorar, yo recuerdo que siempre estaba encaramada en un árbol, encaramada en cualquier cosa, subiendo columnas… no había esa limitación de que por ser niña no podía hacer cosas de niño, aunque siempre había alguien que me decía “Oye, bájate de los árboles que eso son cosas de niño”. Pero yo siento que había libertad, que recibían con simpatía cualquier cuestionamiento que hacía, siempre hubo la posibilidad de dialogar, de buscar el espacio familiar del diálogo, incluso del cuestionamiento, de ellos a nosotros y nosotros a ellos, de la misma sociedad, de la historia…
Yo recuerdo cuando empecé en la universidad, que empecé a estudiar Filosofía Marxista, [que] me dio muchas más herramientas para cuestionar la realidad, yo me recuerdo que leía la revista Literatura Soviéticaque vendían aquí que era muy buena, y hay una que nunca la voy a olvidar, yo creo que la voy a guardar toda mi vida, la voy a conservar por toda mi vida, que era una dedicada a Maiakovski, y me dio mucha idea de lo que fue esa época que vivió Maiakovski, contradictoria entre época de Lenin, desaparición de Lenin, cuando empieza Stalin, cómo cambió la manera de experimentar el socialismo y él [Maiakovski] cómo lo sufrió. Y ahí leí discursos de Lenin donde cuestionaba el “mitinismo” y un grupo de tendencias que él consideraba [que] no ayudaban al proceso de experimentación del socialismo, porque tergiversaban su sentido, y yo recuerdo que eso me iluminó, me dio pistas para cuestionar la realidad cubana, y después que la estudiaba muy bien se la pasaba a mi papá. Le decía: Mira, papá, esto hay que cambiarlo aquí también, porque a Lenin le pasaba allá, y nos está pasando a nosotros.
Teníamos esa posibilidad de dialogar y de cuestionar la propia realidad cubana. Y cuestionaba el campo socialista también. Y al cabo de los años me doy cuenta de que tuve esa posibilidad, esa libertad, que hablábamos muy abiertamente en casa sobre muchas cosas. Y realmente eso me dio mucha fortaleza y me hizo muy feliz de que pudiéramos tener esa posibilidad.

Raúl Castro quiere tanta libertad como Mariela
ER: Usted anteriormente ha mencionado que sus padres han tratado de protegerla de la política, que indudablemente no es un mundo sencillo. Pero, ¿hasta qué punto esto ha sido posible? ¿No hay de todos modos una responsabilidad que viene con el nombre?
MC: No, no me gusta asumir responsabilidades públicas desde el nombre, sí una responsabilidad mínima como ciudadana y una responsabilidad de afecto familiar, que yo no quiero hacer cosas que lastimen a mis padres, a mi familia, por supuesto, como cualquier otra persona con sentimiento de pertenencia a una familia. Pero no… En algún momento cuando era más jovencita me proponían, mira para que…, me proponían de delegada para un congreso de una organización estudiantil, y entonces yo, [me preguntaba] bueno, ¿y yo por qué? Que al final como que la realidad me fue diciendo que sí, que había que participar y asumir responsabilidades pero no mucho más allá de las que yo asumía en un ámbito más sencillo….
Y cada vez que alguien me proponía un trabajo, mi mamá [Vilma Espín] decía que no, que me dejaran tranquila donde yo estaba. Y mi papá también veo que ha hecho todo lo posible por evitar que cuando alguien me propone para alguna responsabilidad, él pide por favor que me dejen tranquila en mi trabajo y en las cosas que yo hago. Yo lo interpreto como que me protege. Yo soy muy apasionada y ellos, sobre todo mi papá que es muy apasionado, y [viendo] que el mundo político es complejo y contradictorio, tal vez él prefiere que yo no viva esas contradicciones. Los padres tienden siempre a proteger, aunque digan que no, tienden a proteger. Tal vez se lo deba agradecer, porque yo identifico mi participación política desde la participación ciudadana. Creo que me da más libertad. Incluso una vez me lo dijo; mi papá me dijo que le gustaba mucho mi libertad. Que quería ser tan libre como yo. Y bueno tal vez ese es el mensaje que yo deba captar.

ER: Una vez en una entrevista con Ricardo Alarcón, él nos hablaba de una fuerte campaña de descrédito contra Cuba. Usted siendo parte de la familia Castro se ha sentido alguna vez víctima de esa política?
MC: Sí. Yo creo que todas y todos los cubanos hemos sido víctimas… O sea, todos los cubanos identificados con el proceso revolucionario, hemos sido víctimas de eso. Aunque yo debo agradecer que la gran mayoría de los periodistas con los que he tenido vínculos han sido muy honestos conmigo, aunque, bueno, ya cuando llegan las noticias a las editoriales o medios de prensa las cosas pueden cambiar. Pero sí he percibido, en la gran mayoría de los periodistas con los que he dialogado, honestidad.

Más líder que tío
 ER: Las grandes figuras de la historia muchas veces tienen que sacrificar lo familiar por su obligación ante el pueblo, ante su misión. En su caso, ¿hasta qué punto podría decirse que Raúl político no le dejó espacio a Raúl papá?
MC: No, no lo podría decir. Porque tanto mi papá como mi mamá hicieron un gran esfuerzo por dedicar tiempo a la familia. Por encima de todas las posibilidades, a veces mezclaban reuniones de trabajo con la presencia familiar, si tenían que hacer un almuerzo o una cena de trabajo pedían estar con los hijos, es decir, ellos extrañaban mucho y por eso le daban mucha importancia al tiempo que estábamos juntos. Y también por eso lo agradezco. A veces yo reclamaba que quería tener una mamá y un papá común [es] y corriente [s], y quería que estuviesen en la escuela todos los días como otros papás y otras mamás, que nos llevaran… Mi mamá tuvo más tiempo que mi papá para ir a las reuniones de padres, de estar más vinculada a nuestras vidas cotidianas, pero también ella tenía mucho trabajo. Y aún así, buscaban en tiempo.

ER: Cuando hablamos de Fidel Castro, el mundo entero se imagina a ese héroe, a esa figura legendaria que ha osado hacerle frente al imperio norteamericano. Para usted, ¿es más que nada tío Fidel o lo sigue viendo como una figura?
MC: No. Cuando era niña sí era tío Fidel, pero en la medida que ya después de la adolescencia y en la juventud fui dándome cuenta con más claridad de quién era Fidel, en el sentido histórico y para el pueblo de Cuba, ya empecé a verlo como Fidel, igual que todo el mundo.

ER: ¿Y surgió cierta distancia?
MC: Sí, surgió una distancia con respeto y, además, me dignificaba ver a Fidel como el líder y no como el tío. Me sentía que era más digno. Es como crecer y darse cuenta: esa persona no es tu tío, esa persona tiene una responsabilidad social que te pone en una relación diferente ante él.

ER: ¿Qué podría contarnos de él como ser humano, como persona en lo cotidiano?
MC: En lo cotidiano a mí me gustaba mucho desde niña, bueno, la aparición de Fidel en la familia, de repente si decían va a llegar Fidel, ay, llegó Fidel, era siempre un acontecimiento, una gran emoción, y parte era muy placentero. Es decir, se pasaba bien en la compañía de escucharlo. Realmente teníamos deseos siempre de escucharlo, de hacerle muchas preguntas; siempre el que ve a Fidel tiene ganas de preguntarle muchas cosas porque Fidel tiene respuesta para todo, y además respuestas ingeniosas, respuestas inteligentes. Entonces, desde las preguntas más banales hasta las preguntas más complejas, dan deseos de preguntarle. Y él siempre tiene respuestas para todo tipo de pregunta. Y a mí siempre me dio mucha satisfacción tener la oportunidad de compartir momentos en los que contaba cuestiones de la historia, cosas que habían vivido o análisis de la realidad que se estaba viviendo.
Pero sobre todo, más en privado era muy divertido cuando se reunían él, mi papá, Ramón el hermano mayor, y se ponían a contar cosas de ellos en la infancia, a lo largo de su vida, cuando la guerra de guerrillas, y era simpático escuchar cosas que nunca se habían dicho entre ellos y que en ese momento se decían: “Y en aquel momento tú me llamaste la atención y a mí aquello no me gustó, porque yo no tuve la culpa”. Y eso era muy simpático, se reían mucho haciendo recuentos de cosas, incluso de momentos difíciles también.

ER: Y de lo que le contaban, ¿algún recuerdo de la época de la revolución que la haya impresionado particularmente?
MC: Muchos. Fueron muchos acontecimientos, porque eran muchas cosas y yo observaba mucho, porque había muchas cosas que las hablaban en susurros y en secreto, y yo siempre tratando de entender qué pasaba por ahí, a veces trataba de preguntar y a veces no, para que no me excluyeran. Quería entender sus puntos de vista sobre las cosas que pasaban en Cuba, en el mundo… Una [cosa] que me impactó mucho fue Angola, la Guerra de Angola, Cuito Cuanavale, que fue un momento fundamental en la Guerra de Angola para llevar a la victoria final. Fue un acontecimiento militar muy especial en lo que es estudios de tácticas militares (para la gente que se dedica a eso).
Y yo recuerdo ese momento en que estaban los cubanos en el sur de Angola, cercados por las fuerzas surafricanas -y, en medio del cerco, de madrugada, construyeron un aeropuerto para que aterrizaran las tropas que fortalecieron las posiciones angolanas y cubanas en ese enfrentamiento-, yo recuerdo que fue un momento muy tenso, de mucho sufrimiento, de mucho silencio. Y yo era joven y no entendía qué pasaba, y pensaba que había algún problema conmigo. Y yo llegaba y decía: “¿Por qué no hablan? ¿Qué les pasa, maleducados? ¿Qué problema tienen ustedes?” Y me iba, toda ofendida, y no sabía todo lo que estaba pasando hasta que llego un día a la casa y había una fiesta, todo el mundo celebrando, contentos, estaba Fidel, un montón de compañeros del Ejército, y ahí me enteré qué había pasado. Mira tú, me dije, no sabía que la cosa era tan grave, y yo pensaba que había hecho algo malo. Y así muchas cosas pasaban desde todo punto de vista, y entonces no se podía hablar, y ellos se reunían y hablaban en secreto y yo loca por saber lo que estaba pasando… Con el tiempo entendí que era mejor no saber lo que no te correspondía y no preguntar lo que no me correspondía.

ER: Usted que lo vivió desde adentro, en esos momentos duros, ¿se sentía temor, una atmósfera de dudas, de miedo por algún momento?
MC: A ver, sí. Tanto desde que empezó la situación que nos llevó al período especial con la caída del campo socialista, que se vivió con mucho sufrimiento por todos los cubanos, y esa incertidumbre que se estaba ya esperando y que ya cuando nos sorprendió a todos –como Fidel decía, se apagó el sol en un segundo cuando cayó la Unión Soviética. Eso fue un momento muy duro y todo lo que vino después fue mucho más duro, con el sufrimiento de lo que se iba perdiendo, todos los logros sociales que se iban perdiendo. Eso se vivió con mucho sufrimiento a nivel familiar.
La Guerra de Angola y nuestros muertos en Angola se vivió con mucho sufrimiento también; Elián, cuando secuestraron a Elián González; recuerdo también cuando secuestraban pescadores, que mi papá se veía muy dolido, muy angustiado, cada vez que había un acto terrorista; el crimen de Barbados se sufrió mucho en la [mi] familia y en toda la familia cubana, todavía sufrimos el recuerdo del crimen de Barbados, [sobre el] que no se ha hecho justicia todavía.
Los pocos logros que se iban alcanzando se vivían con mucha felicidad, con mucha historia. Pero sí, me acuerdo de 1994, cuando hubo uno de los tantos intentos de manipular a nivel de política internacional los medios norteamericanos para intervenir en Cuba, cuando aquella crisis de los balseros. Me acuerdo que yo fui a Santiago de Cuba con mi papá, que fue a controlar la situación en la Base Naval de Guantánamo, lo que pudiera pasar, y vi que había real posibilidad de [una] invasión norteamericana. Viví con mucha angustia, [pero] Fidel lo manejó a nivel diplomático de manera genial.
Diría que Fidel siempre como que hacía excelentes jugadas de ajedrez, diría yo –todos estábamos al tanto de la jugada que iba a hacer Fidel-, y al final siempre hacía jugadas espectaculares que salvaban la soberanía del país.
Otro acontecimiento muy triste que se está viviendo con mucho sufrimiento por mi familia, por toda la inmensa mayoría de la familia cubana, es la situación de nuestros cinco héroes, prisioneros ilegalmente, arbitrariamente, en los Estados Unidos por proteger al pueblo cubano de los atentados terroristas que se organizan desde los Estados Unidos con financiamiento el gobierno norteamericano. Esto lo estamos viviendo con mucha impotencia, con mucha rabia, y tengo que decir la palabra rabia porque ante la arbitrariedad, ante la injusticia, el ser humano se siente mal. Se violan sus derechos en todos los sentidos en este proceso y nosotros lo interpretamos –al menos yo lo interpreto- como una vendetta del sistema mafioso de poder norteamericano, como un comodín, como el joker: la jugada que ellos tienen para tratar de manipular las respuestas de Cuba en la política y en la relación con los Estados Unidos.
Pero no han podido hasta ahora doblegarnos, no han podido lograr que violemos nuestros principios más importantes y realmente no sé cuál será su próxima jugada. Porque realmente son tan burdos que ni siquiera quieren cambiar a nuestros prisioneros por el prisionero norteamericano que está aquí [Alan Gross], que ya fue condenado en un juicio legal y con todos los recursos de respeto a los derechos del prisionero. Entonces, esto lo estamos viviendo con mucha indignación y no vamos a parar de luchar porque se haga justicia.

Me gustaba el Che
ER: Junto con la familia, usted ha tenido la oportunidad de ver a grandes figuras del siglo XX, entre otros el Che Guevara visitaba su casa. ¿Cómo lo veían los ojos de una niña? ¿Qué recuerdos tiene del Che?
MC: A mí me causaban mucha simpatía todos los amigos de mi papá. Todos me parecían preciosos, atractivos, desde muy chiquitica yo era muy comunicativa y quería estar cerca [de ellos] para escucharlos hablar. Y yo tengo un recuerdo muy clarito del Che. Una vez estaban haciendo un asado y estaban todos reunidos alrededor del asado, conversando, todavía vestidos de verde olivo, y el recuerdo que yo tengo del Che es que me gustaba mucho, y yo quería siempre llegar a él cuidadosamente para que no me regañ ara mi papá por estar molestando mientras ellos estaban allí conversando. Y yo llegaba feliz, iluminada adonde estaba el Che, porque recuerdo que era muy tierno. Un hombre muy tierno que sabía tratar los niños. Y para los niños eso es importante, las personas que te saben tratar. Y tengo así un recuerdo muy especial, fascinada de cómo era él, de quién era él, y todo lo demás se fue alimentando con las imágenes posteriores, por supuesto.
Pero cuando yo le contaba esa escena a mi mamá, ella se sorprendía y me decía, “¿Cómo puedes acordarte, si tu tenías dos años?”. Pero era así mismo, yo le describía toda la situación, que mi papá me regañó, y entonces… “Sí así mismo fue, ¿cómo es que te puedes acordar?”, me decía. Bueno, las cosas especiales no se olvidan. El Che era un ser impactante.

ER: De otros que haya conocido que le han impresionado, ¿a quiénes podría mencionar?
MC: A Giap. El General Giap, vietnamita. Es un hombre inteligentísimo, un ser humano fascinante., y sentía una gran admiración por él. General vietnamita que era ministro de Defensa, que ganó la guerra de [contra] Japón, Francia y la derrota de los norteamericanos en Vietnam. Y era de una humildad, que era lo que más me gustaba [de él], la humildad, ese espíritu oriental humilde… Precioso. A ese hombre, a ese señor, yo le tenía mucha admiración, ya murió. Pero muchas más gentes que ahora no recuerdo… Bueno, [Gabriel] García Márquez, un gran amigo de la familia, el escritor García Márquez. Recuerdo a Angela Davis, que yo sentía mucha admiración por ella; mi mamá la atendía por la organización de mujeres; todas esas mujeres vietnamitas… Y Valentina Teleshkova, que me caía muy bien, era muy simpática. Era una amiga de familia, no sólo una figura histórica. Mucha gente muy especiales.

ER: ¿Y cómo nota con el tiempo, tanto su padre como su tío, han ido cambiando?
MC: Mira, de niña a mayor yo veo un trecho muy grande en cómo era mi papá cuando yo era niña, cómo era Fidel y lo que han ido cambiando -en Fidel me doy cuenta por sus discursos, cómo han ido cambiando en muchos temas, y en mi papá en su actitud personal hacia muchas cosas. Fueron cambiando incluso en su manera de dirigir, en temáticas, por ejemplo en los temas del machismo cómo fue evolucionando, en la mirada hacia la persona homosexual cómo fue evolucionando, aunque mi mamá influyó mucho en él en los cambios que fue aceptando en su vida. Pero en general sí, por supuesto en mayor madurez y en mayor claridad.

ER: ¿Diría usted que en algún aspecto han perdido ese romanticismo, esa fuerza que tenían, que se han desilusionado?
MC: No. Por supuesto han vivido cosas duras, han vivido muchas desilusiones, pero también han vivido muchas gratificaciones en cuanto a lo que es estar cada vez más convencidos del proyecto social. O sea, aun cuando tienen un sentido práctico de la realidad para buscar soluciones que deben llevar un pensamiento frío, nunca han perdido esa ternura, el romanticismo no se perdió. Y eso me gusta: yo creo que el romanticismo no se puede perder nunca.

ER: Han habido distintos rumores sobre el estado de salud de Fidel. Hace unos meses en nuestro programa estuvo Hugo Chávez, nos contó que [Fidel] se la pasa estudiando y enseñando. ¿Usted qué nos puede decir?
MC: Bueno yo personalmente no lo he visto, porque las visitas que se le hacen son muy reducidas. Pero sé por mi papá y sé por lo que escribe, que leo como todos los cubanos, podemos percibir que Fidel tiene una capacidad de recuperación impresionante. Y todo eso no está en su genética, que se ve tiene una fuerte genética familiar, [sino que] yo creo que todo eso está en su cabeza. Fidel toda la vida ha tenido la capacidad de sorprendernos. Nadie sabe cuál va a ser la respuesta, nadie sabe cuál va a ser su salida, pero una de las cosas que más nos fascina de Fidel es esa capacidad de sorprender que tiene.

ER: ¿Qué conceptos implementados ya en la revolución, usted se plantea como representante de otra generación?
MC: Yo siento que el estudio de la historia de Cuba, el recurso de la filosof’ía marxista, para mi ha sido una herramienta para interpretar la realidad junto con otras herramientas teóricas y metodológicas, de otras ciencias, no solamente filosóficas, que te aportan recursos para interpretar y para ver el camino que debes seguir para seguir transformando la realidad. Y ese espíritu transformador de la realidad que planteaba Marx es una de las cosas que más me gusta en mi vida. Esa vocación de transformar buscando cada vez más justicia entre los seres humanos me encanta y yo creo que ahí está también marcado el camino de mi vida, personal y profesional, y es lo que estoy tratado de hacer.
Es decir, yo sí creo en las posibilidades del socialismo, creo que el socialismo tuvo inicios fascinantes con la experiencia leninista, después tuvo experiencias que no fueron tan buenas, unas sí, otras no, pero nos dieron enseñanzas. La historia de Cuba siempre nos dio otras pistas y eso fue lo que permitió que el pueblo cubano en su proceso de transformación se esté ahora proponiendo qué socialismo quiere, de qué manera quiere experimentar el socialismo como es escenario de justicia, de solidaridad, de equidad.

Socialismo sin dogmas ni prejuicios
ER: No es que se esté negando lo afirmado en el pasado, sino seguir adelante…
MC: No, yo creo que lo que se ha hecho es la revisión crítica y con la experiencia vivida del pasado, y tomar del pasado todo lo valioso que sirva para seguir avanzando. Hay algunos profesores cubanos que plantean que no fueron errores lo que consideramos que debemos desechar. Creo que se dieron experiencias que nos dieron la pista de lo que funciona y no funciona, y cómo debemos hacer esas mismas cosas.

ER: ¿Hasta qué punto las nuevas generaciones están en condiciones de asumir el legado de una generación tan fuerte como la generación de su padre y de su tío, con ese romanticismo, esa fuerza de espíritu?
MC: Yo creo que sí, en la medida que se sigan facilitando mecanismos de participación popular, donde las nuevas generaciones participen en asumir responsabilidades conscientemente, no formalmente, es decir, que se le cultive a la población con ese conocimiento histórico, con esas experiencias que nos están dando la pista de cómo proyectar el futuro. En la medida que las jóvenes generaciones participen de ese proceso de aprendizaje y cuestionamiento…

ER: ¿Están participando…?
MC: Sí, sí. En la sociedad cubana tú te das cuentas que hay una parte de todas las generaciones que participa y otra parte que no participa; una parte que es más consciente, que tiene más cultura y que por lo tanto tiene más capacidad de participar, y otra parte que es más inconsciente, que es más ignorante. Esa es la debilidad, esa parte ignorante. A veces lo que decimos es: vamos a crear el escenario para que se apropien del conocimiento histórico que les permita decir esto es mío, por qué yo tengo que entrar en este proyecto, por qué yo tengo que tratar de cambiar las cosas, qué cosa es lo que yo quiero cambiar…
Lo importante es que la gente participe de manera consciente, que es la manera de participar libremente, y sin manipulación de ningún tipo, ni de nosotros ni de nuestros enemigos, sino ofreciendo conocimientos e información que les permita sacar conclusiones lógicas de acuerdo a la lógica histórica. Si les facilitamos eso, cada vez será mayor la cantidad de personas que puedan participar y aportar a nuestro futuro.

ER: Digamos que usted ve el futuro con optimismo…
MC: Me encanta lo que me imagino.

ER: ¿Cómo se imagina Cuba?
MC: Un socialismo democrático, dialéctico, participativo, [en el] que predomine el pensamiento dialéctico sin dogmas y sin prejuicios, y eso es lo que te da fortaleza como cultura, como nación; lo que te da fortaleza como nación soberana que está definiendo su propio proyecto. La unidad de la nación cubana en esa búsqueda creativa de sociedad es lo que me imagino como la sociedad que a mí me gustaría vivir aquí en Cuba.

ER: Muchas gracias por compartir con nosotros estos recuerdos, que son inapreciables.


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