"Hasta ahora, los filósofos han tratado de comprender el mundo; de lo que se trata sin embargo, es de cambiarlo" Karl Marx

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miércoles, 10 de agosto de 2011

Kirchnernópolis II

“Después de tantas felicitaciones, más que esperar que truene el escarmiento apenas podremos conformarnos con un tibio chas chas”
(aforismo implicado)
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner se comunicó con el candidato a jefe de gobierno, Mauricio Macri, para felicitarlo por su triunfo electoral, informó el vocero Alfredo Scoccimarro.
El candidato a jefe de gobierno, Daniel Filmus, había informado que Cristina se había comunicado con Macri, en una conferencia de prensa que brindó en el bunker del Frente para la Victoria. "En este momento me acaban de señalar que la Presidenta de la Nación se está comunicando con el ingeniero Macri para transmitirle la felicitación por el desempeño electoral que ha tenido", dijo Filmus en un discurso pronunciado pasadas las 20. El candidato del Frente para la Victoria reconoció la derrota; "Me hago responsable", dijo. Cuando aún no se difundió ningún dato oficial, Filmus afirmó: "Felicitamos junto con Carlos Tomada a todos los que participaron de la elección, a quienes han votado a nuestra fórmula, a quienes no lo han hecho, y queremos felicitar al PRO y a Mauricio Macri que ha salido electo, porque de esto se trata la democracia". Por: dyn
Raúl Zaffaroni se defendió de las acusaciones y los pedidos de juicio político en su contra  ofensiva opositora sobre el juez zaffaroni. Alfonsín pidió su renuncia, Duhalde explicaciones y Carrió, su juicio político.Lo respaldaron Binner, Argumedo, la CTA y Arslanian. Zaffaroni dijo que no va a renunciar .Sebastian Abrevaya (página 12)


(APe).- “Al balotaje extrañado, lo miro sin comprender, me ve perdiendo el cartel, de jefe que ayer, soñaba elección, no ven que lo han felicitao y ahora maniao no sé mas quien soy”. Malevaje, el tango de Enrique Santos Discépolo, con algunos cambios de situación, describe algo de lo que pasó el domingo de urnas dos. Si el cartero llama dos veces, el machismo llamó cuatro veces y siempre le abrieron en todas las comunas. Fenómeno paranormal, que nos ha dejado con la sensación de inseguridad democrática. La descalificación del voto pasó a ser patrimonio del abstracto campo popular mientras que el fascismo de consorcio del PRO se entregaba al goce que podía ser con o sin globito. El macrimidachismo ha sido demasiado y esperamos las internas para demostrar que no todo está perdido. Todavía podemos demoler a los minúsculos partidos de la izquierda clasista y combativa. En uno de los tantos debates q.n.s.p.n (que no sirven para nada) un compañero o algo bastante parecido, me escupía que Castrilli había sacado más votos que un partido de izquierda. Le dije que después de todo, si bien Castrilli no levantaba un trapo rojo, blandía una tarjeta roja y que se parecía bastante. Las elecciones pasan a ser un megaespectáculo donde la cantidad de votos equivale a los puntos de rating de un programa televisivo. El mejor programa de la tv argentina sería Tinelli, que es votado y gana en todas las comunas.  Obviamente, que la trampa electoral solamente aprisiona a los pequeños, casi nunca a los medianos y los grandes predadores las rompen sin decir esta convocatoria es mía*. Lo lamentable de esta feria democrática (algún nombre hay que ponerle) es que terminados los festejos, la gran comilona de votos, en la resaca de lo irremediable, todos nos queremos y nos felicitamos. Felicitar, en la etimología que manejo, es “f. Manifestación a una persona de la satisfacción que se experimenta con motivo de algún suceso favorable para ella: ha recibido muchas felicitaciones por su nuevo ascenso”. Suponer que el triunfo del Mauricio, responsable de una asociación ilícita de escuchas telefónicas, responsable de designar como jefe de policía a un represor, denunciado por campaña sucia ayercito nomás, puede generar satisfacción en el oficialismo, es una broma siniestra. Me han dicho en esas q.n.s.p.n. que el protocolo, que es una forma de no caer en lo confrontativo, que, que, que…A mi criterio, y no espero que me feliciten, es apenas una muestra más de que la cultura represora se sostiene en la paradoja. Dos lógicas excluyentes pero sostenidas en forma simultánea. La consecuencia, el efecto en lo individual, vincular y social es: sometimiento, parálisis, confusión, bronca. Nada que sirva para sostener la necesaria tarea del pensamiento crítico de todas las historias oficiales. En un acto la militancia comenzó a cantar: “Macri basura, vos sos la dictadura”.  El apelativo al apellido podía incluir al padre padrone, don Franco. No estaba mal, más allá de la indudable síntesis que toda consigna implica, y quizás, debo reconocer, de una rima un poco dura, en la cual se perdió quizá el encanto de un simbolismo menos ramplón. Pero no creo que sea éste el motivo por el cual la presidenta pidió suspender el cántico. Quizás recordar en forma explícita que Macri y dictadura no son antagónicos, no sea conveniente después de la compra de vagones en China, operación en la cual don Franco se embolsó varios milloncetes.* Una especie de asignación particular por padre. Por eso creo que el domingo de urnas 2 el Frente para la Victoria no fue derrotado. Simplemente fracasó, que es derrotarse a uno mismo. Al felicitar el enemigo (para mí el macrimidachismo y el pater Franco lo son) se anula una categoría esencial en la política, ésa que dicen que ha vuelto*. Y esa categoría esencial es la de enemigo, con el nombre que le queramos dar. Por eso el consenso es la tumba del amor a la lucha, por eso la lucha contra la pobreza no avanza hacia una lucha contra la riqueza*. No creo que en la democracia se trate de esto. O mejor dicho: en la democracia burguesa, de intereses sin ética, quizás si se trata de esto. Sarna con gusto también pica y si te rascás, se infecta. La infección no es sólo tarea de los medios opositores, ya que la nueva ley de medios ha permitido la creación de medios oficialistas, tanto radiales, televisivos, gráficos, en las redes sociales y creo que hay tortugas Ninja K también. La infección de cualquier proceso de emancipación es cuando cedemos en las palabras, preámbulo para ceder en las cosas, como advirtiera Sigmund Freud. El fracaso es expresar agrado y satisfacción cuando han llegado los tiempos de mucho más que un día de furia. La sangre derramada no merece un Macri jefe de gobierno ni jefe de nada, tampoco desterrados sin viviendas asesinados, mujeres secuestradas y torturadas en la sostenida impunidad de los pactos policiales, estatales y judiciales que siguen habilitando a la trata de personas. Por eso defender a Zaffaroni con la cantinela de la ofensiva de la oposición, resulta miserable. ¿Acaso Binner, Argumedo, no son la oposición? Se felicita al enemigo y se estigmatiza, discrimina, segrega a la oposición toda, como si fuera un todo coherente, consistente y homogéneo. O sea: la cultura represora ordena ser oficialista, no importa de qué oficialismo se trate*. No más la imaginación al poder. La alucinación es poder y felicitar a Macri Junior forma parte del alucinatorio social que se construye cada vez con más prisa. No sea que llegue alguna pausa. Para impedir sorpresas, las internas abiertas se convierten en un método darwiniano de selección cultural y electoral. Sobrevivirán sólo los más aptos. Aptos para la construcción de mega aparatos partidarios, en los cuales a la militancia barrial, política y social, la pinchan y la cortan*. Una vez más, se corta por lo sano. Como además sólo podemos elegir un partido, cada uno de nosotros tendrá que dejar afuera de la urna funeraria a muchos partidos que también deseamos estén en la disputa electoral. La inclusión parece que tiene sus riesgos. Un dato no menor: en la reina del y de la plata, los que no votaron ni a Macri ni a Filmus en el balotaje son el 28,9%. ¿En donde los incluímos? ¿Serán nuestros futuros indignados? Casi un 30% en una elección de polaridad extrema es altísimo. Por supuesto, a ese 30% le sobran los motivos y todos son distintos. Pero cuidado: de tanto felicitar a ver si el enemigo realmente se la cree que estamos satisfechos con su triunfo. Y ese fracaso será terminal. Al menos, llegué a mis años convencido que podré ser derrotado setenta veces siete y más también. Pero no fracasaré porque sólo felicito a mis compañeros y a mis amigos.
Alfredo Grande

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