Manuel Ugarte |
“Si hay quienes agonizan en la miseria no es porque falte con que alimentarlos, sino porque una criminal retención de los productos en manos de una minoría de traficantes así lo determina, sino porque hay hombres que, más por inconsciencia que por maldad, trafican con el hambre de sus semejantes”
Los malditos en la Historia argentina
Por Norberto Galasso
Manuel Ugarte (1875-1951)
En el Archivo General de la Nación (Buenos Aires-Argentina) existen más de 25 biblioratos con documentación que pertenecen al archivo privado de un Sr. llamado Manuel Baldomero Ugarte, nacido en Bs. As. el 27 de febrero de 1875 y fallecido en Niza, junto al Mediterráneo, el 2 de diciembre de 1951.
Supóngase que ahora empezamos a revisar esas carpetas. Vea, aquí tiene documentación de 1900, cartas afectuosas que le envían Rubén Darío, Amado Nervo, José Enrique Rodó, José Santos Chocano y otros escritores latinoamericanos, los más prestigiosos de aquel momento.
En otra carpeta se ha separado la correspondencia proveniente de España. Fíjese los firmantes: Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Pio Baroja. En este bibliorato se archivaron cartas de amigos argentinos: José Ingenieros, Leopoldo Lugones, Ricardo Rojas Alfredo Palacios. Es decir este desconocido Ugarte se carteaba con los intelectuales más importantes de su país de América y de España, e incluso alguno de ellos prologaron sus primeros libros como Miguel de Unamuno, Rubén Darío y Pío Baroja.
¿Quiere ahora que sigamos revisando?. Observemos esta caja de recortes periodísticos correspondientes a los años 1910, 1911 y 1912. Le advierto que se va a asombrar; fotos y notas periodísticas de las principales ciudades de América Latina anuncian con enormes titulares, las conferencias y actos públicos de Ugarte con la concurrencia de miles de personas en México, Panamá, La Habana, El Salvador, Santo Domingo, Managua, Caracas, Bogotá, Quito, Santiago de Chile, Asunción, Montevideo, Buenos Aires; actos multitudinarios, a veces prohibidos por los gobiernos por temor a la reacción popular, reclamos de entidades populares ante las gestiones de la embajada yanqui para impedir sus conferencias, una gira de dos años que conmovió a la patria grande latinoamericana.
Vea, ahora: 1918, fundación de la Federación Universitaria Argentina (FUA). En el acto hablan delegados estudiantiles ¿Quiénes el orador de fondo? Manuel Ugarte.
Veamos estas carpetas, relativas a la década de 1920, aquí hay cartas de los principales dirigentes de la Revolución Mexicana, agradeciendo el apoyo que les otorga Ugarte. Otras provienen de dirigentes del APRA peruano, cuando aquel movimiento mantenía todavía en alto sus banderas de liberación y entre ellas, varias de su líder, Víctor Raúl Haya de La Torre, quien juzga a Ugarte como precursor del APRA. Asimismo José Carlos Mariátegui lo considera como una de las más prestigiosas figuras de América latina.
Observe ahora y conmuévase: esta firma cuya rúbrica es un verdadero latigazo pertenece a Augusto César Sandino, el jefe de la guerrilla nicaragüense alzado en armas contra los marines yanquis, Sandino le agradece a Ugarte la defensa de su causa en artículos y conferencias dados en diversas capitales del mundo. En la misma carpeta nos encontramos con un ejemplar de la revista Monde, editada en París, bajo la dirección de Henri Barbusse. Fíjese quienes integran el comité de redacción: Máximo Gorki, Miguel de Unamuno, Alberto Einstein, Upton Sinclair y Manuel Ugarte. No creo que necesitemos revisar las carpetas que restan.
Abandonamos el Archivo General de la Nación. Lo que Ud. ha visto es suficiente para que con perplejidad me pregunte: Entonces, ¿por qué es un desconocido en Argentina? Le contesto: no sólo es un desconocido. A él, que escribió más de treinta libros, le negaron una cátedra de Literatura en Buenos Aires, justamente a él que había firmado el Libro de Oro Mundial de la Paz en 1929 junto a Bernard Shaw, Roman Rolland, los esposos Curie, Maeterling y otras figuras, las más prestigiosas de la intelectualidad mundial. También le negaron el Premio Nacional de Literatura para el cual lo propuso Gabriela Mistral. Su nombre desapareció de los periódicos y las antologías. El Partido Socialista lo expulsó en dos oportunidades de sus filas.
Cuando en 1916 fundó un diario "La Patria" con recursos personales, debió cerrarlo antes de los noventa días de su aparición por el boicot que le hacía la derecha por juzgarlo socialista y los socialistas por considerarlo nacional.
Por todo esto se exiló en 1918 y regresó recién a la Argentina 17 años después. Nuevamente volvieron a hostigarlo y en 1937 volvió a abandonar el país.
Regresó recién en 1946 y si bien el gobierno presidido por Perón le reconoció méritos designándolo embajador, la burocracia boicoteó su tarea y debió renunciar poco después. ¿Por qué entonces?, quizás reitere Ud. su pregunta. Por ahora le resumiré las causas y quizás en otra oportunidad podamos analizar cada una de ellas con detenimiento.
La primera: Ugarte denunció al imperialismo yanqui desde 1901, por sus tropelías en América Central, hasta su muerte en 1951 por la guerra de Corea.
La segunda: Ugarte fue un socialista convencido, pero se negaba a copiar tácticas e ideas europeas "El socialismo debe ser nacional" dijo en 1911.
La tercera: Ugarte sostenía que debíamos incorporar la cultura mundial, pero elaborar nuestra propia cultura nacional, sin exotismos ni europeísmos.
La cuarta: Ugarte predicó desde 1900 hasta su muerte, la unidad latinoamericana.
Una vez siendo joven, Ugarte que era proclive a los romances, quiso deslumbrar a una muchacha y le dijo, "Yo voy a luchar toda mi vida contra los Estados Unidos, por la unidad de América latina y por el socialismo". Ella no entendía mucho. Sólo se le ocurrió responder: Me parece mucha carga para andar por la vida, y efectivamente tuvo razón, demasiada carga para andar por la vida. Lo sentenciaron al silencio, lo convirtieron en "Maldito". Una vez Ugarte comentó: "En otras partes se fusila, es más noble".
Fuente: www.discepolo.org.ar
Supóngase que ahora empezamos a revisar esas carpetas. Vea, aquí tiene documentación de 1900, cartas afectuosas que le envían Rubén Darío, Amado Nervo, José Enrique Rodó, José Santos Chocano y otros escritores latinoamericanos, los más prestigiosos de aquel momento.
En otra carpeta se ha separado la correspondencia proveniente de España. Fíjese los firmantes: Miguel de Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Pio Baroja. En este bibliorato se archivaron cartas de amigos argentinos: José Ingenieros, Leopoldo Lugones, Ricardo Rojas Alfredo Palacios. Es decir este desconocido Ugarte se carteaba con los intelectuales más importantes de su país de América y de España, e incluso alguno de ellos prologaron sus primeros libros como Miguel de Unamuno, Rubén Darío y Pío Baroja.
¿Quiere ahora que sigamos revisando?. Observemos esta caja de recortes periodísticos correspondientes a los años 1910, 1911 y 1912. Le advierto que se va a asombrar; fotos y notas periodísticas de las principales ciudades de América Latina anuncian con enormes titulares, las conferencias y actos públicos de Ugarte con la concurrencia de miles de personas en México, Panamá, La Habana, El Salvador, Santo Domingo, Managua, Caracas, Bogotá, Quito, Santiago de Chile, Asunción, Montevideo, Buenos Aires; actos multitudinarios, a veces prohibidos por los gobiernos por temor a la reacción popular, reclamos de entidades populares ante las gestiones de la embajada yanqui para impedir sus conferencias, una gira de dos años que conmovió a la patria grande latinoamericana.
Vea, ahora: 1918, fundación de la Federación Universitaria Argentina (FUA). En el acto hablan delegados estudiantiles ¿Quiénes el orador de fondo? Manuel Ugarte.
Veamos estas carpetas, relativas a la década de 1920, aquí hay cartas de los principales dirigentes de la Revolución Mexicana, agradeciendo el apoyo que les otorga Ugarte. Otras provienen de dirigentes del APRA peruano, cuando aquel movimiento mantenía todavía en alto sus banderas de liberación y entre ellas, varias de su líder, Víctor Raúl Haya de La Torre, quien juzga a Ugarte como precursor del APRA. Asimismo José Carlos Mariátegui lo considera como una de las más prestigiosas figuras de América latina.
Observe ahora y conmuévase: esta firma cuya rúbrica es un verdadero latigazo pertenece a Augusto César Sandino, el jefe de la guerrilla nicaragüense alzado en armas contra los marines yanquis, Sandino le agradece a Ugarte la defensa de su causa en artículos y conferencias dados en diversas capitales del mundo. En la misma carpeta nos encontramos con un ejemplar de la revista Monde, editada en París, bajo la dirección de Henri Barbusse. Fíjese quienes integran el comité de redacción: Máximo Gorki, Miguel de Unamuno, Alberto Einstein, Upton Sinclair y Manuel Ugarte. No creo que necesitemos revisar las carpetas que restan.
Abandonamos el Archivo General de la Nación. Lo que Ud. ha visto es suficiente para que con perplejidad me pregunte: Entonces, ¿por qué es un desconocido en Argentina? Le contesto: no sólo es un desconocido. A él, que escribió más de treinta libros, le negaron una cátedra de Literatura en Buenos Aires, justamente a él que había firmado el Libro de Oro Mundial de la Paz en 1929 junto a Bernard Shaw, Roman Rolland, los esposos Curie, Maeterling y otras figuras, las más prestigiosas de la intelectualidad mundial. También le negaron el Premio Nacional de Literatura para el cual lo propuso Gabriela Mistral. Su nombre desapareció de los periódicos y las antologías. El Partido Socialista lo expulsó en dos oportunidades de sus filas.
Cuando en 1916 fundó un diario "La Patria" con recursos personales, debió cerrarlo antes de los noventa días de su aparición por el boicot que le hacía la derecha por juzgarlo socialista y los socialistas por considerarlo nacional.
Por todo esto se exiló en 1918 y regresó recién a la Argentina 17 años después. Nuevamente volvieron a hostigarlo y en 1937 volvió a abandonar el país.
Regresó recién en 1946 y si bien el gobierno presidido por Perón le reconoció méritos designándolo embajador, la burocracia boicoteó su tarea y debió renunciar poco después. ¿Por qué entonces?, quizás reitere Ud. su pregunta. Por ahora le resumiré las causas y quizás en otra oportunidad podamos analizar cada una de ellas con detenimiento.
La primera: Ugarte denunció al imperialismo yanqui desde 1901, por sus tropelías en América Central, hasta su muerte en 1951 por la guerra de Corea.
La segunda: Ugarte fue un socialista convencido, pero se negaba a copiar tácticas e ideas europeas "El socialismo debe ser nacional" dijo en 1911.
La tercera: Ugarte sostenía que debíamos incorporar la cultura mundial, pero elaborar nuestra propia cultura nacional, sin exotismos ni europeísmos.
La cuarta: Ugarte predicó desde 1900 hasta su muerte, la unidad latinoamericana.
Una vez siendo joven, Ugarte que era proclive a los romances, quiso deslumbrar a una muchacha y le dijo, "Yo voy a luchar toda mi vida contra los Estados Unidos, por la unidad de América latina y por el socialismo". Ella no entendía mucho. Sólo se le ocurrió responder: Me parece mucha carga para andar por la vida, y efectivamente tuvo razón, demasiada carga para andar por la vida. Lo sentenciaron al silencio, lo convirtieron en "Maldito". Una vez Ugarte comentó: "En otras partes se fusila, es más noble".
Fuente: www.discepolo.org.ar
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