Creyeron
que te mataban a la orden de fuego!
Creyeron
que te enterraban
Y
lo que hacían era enterrar una semilla.
Ernesto
Cardenal
Irma era profesora de historia, y era directora del Instituto de Bellas Artes de La Plata. Fue detenida-desaparecida la noche del 17 de noviembre de 1976 en La Plata. Junto con ella, fueron detenidos el profesor José Panettieri y Osvaldo Pachamé, la pareja de Irma. Los detenidos fueron llevados a la Brigada de Infantería de Marina Nº 3 (BIM 3) donde fueron torturados con picana eléctrica. Uno de los sobrevivientes le dijo a Pedro Zucchi, el hermano de Irma, que no sabía si ella iba a sobrevivir ya que las sesiones de tortura eran muy fuertes. La familia al día siguiente del secuestro de Irma hizo la denuncia en la comisaría 9º de La Plata, en donde el oficial subinspector Luján, quien había sido alumno de Zucchi, comentó que la Marina le había pedido "gente de la pesada" para un "procedimiento". Panettieri y Pachamé fueron liberados. Nunca más se supo del destino de Irma. |
Conocí a Diana en la cárcel de Devoto cuando allí se centralizó la detención de mujeres después de la fallida y trágica fuga del penal de Rawson. Compartimos varios meses en el pabellón 5. Recuerdo sus ojos que trasmtían dulzura y no tristeza, Sus manos siempre revoloteando que me enseñaban a tejer y su voz ronca con la que cantaba una canción de cuna que algún compañero había compuesto y de la que hoy quisiera poder recordar y sólo me viene el estribillo..."hay que esperanza tan grande y tan chiquita,,sube de adentro se agita, se agita, aunque sus ojitos no miren todavía"...Tenía un fuerte espíritu maternal, protector y lo digo porque ella me había adoptado ya que yo era menor de edad, La Guagua que era de Tucumán y yo teníamos 17 años y ella siempre estaba para darnos ánimo. Bueno quería compartir este recuerdo porque Dianilla siempre vivirá en los que la conocimos y hoy nos toca esta misión de recordarla para que los demás sepan que existe un mundo mejor, el de Diana y todos los que físicamente fueron obligados a marcharse. Patricia |
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Jorge Luis y María del Carmen en su boda, Córdoba 1973 |
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Daniel Jorge Risso |
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Norma Lidia Puerto |
De un homenaje a Luján Susana Papic: El intento de dar materialidad a la memoria de Lujan Susana Papic, fue posible gracias al testimonio de unas pocas personas, entre las tantas con las que ella se vinculó, que compartieron momentos de su vida. No siempre es fácil transformar sentimientos personales, únicos e intransferibles, en significados colectivos y públicos; pero en este caso, la figura de Susana, en su intensa humanidad, se impuso con toda fuerza y claridad: Apasionada, sumamente carismática, lúcida y brillante, con una gran sensibilidad social y una admirable capacidad de desprendimiento individual, en pos de sus ideales y su compromiso con el otro. Nacida en 1952, única hija de un inmigrante yugoslavo, que murió cuando ella tenía 11 años de edad, y de Angela, una española que le dio vida a los 43 años, y que trabajaba como empleada doméstica en casas de familia. Cursó sus estudios primarios en la Escuela Nº 13 de Burzaco. Por ese entonces, tenía con sus vecinos una relación cotidiana, dada su situación, y de todos ellos, tenía algo que aprender: Su avidez por hacer cosas y por conocer, fue una nota esencial en su vida. Ingresó al Colegio Nacional Almirante Guillermo Brown, donde cursó hasta tercer año,y culminó sus estudios en el Normal de Banfield, en 1969. En mayo del año siguiente, ingresó como maestra de cuarto grado en la Escuela Nº 10 de Claypole; posteriormente trabajó en la Escuela Nº 40. Una colega suya, ha dicho de Susana: "Como maestra, era tan especial, que el recurso didáctico por excelencia, era ella misma". Siendo muy joven, ingresó en la Unión de Educadores de Alte. Brown, hasta ese entonces perteneciente a la FEB (Federación de Educadores Bonaerenses), luego, al ser expulsados de dicha entidad, por presentar iniciativas más radicalizadas, que la FEB no compartía, formó parte de los grupos gremiales disidentes del conurbano, bregando por una sindicalización de los docentes, verdadera y representativa. Paralelamente, participó en la militancia barrial, en el barrio Sakura de Burzaco, donde demostró una auténtica identificación con las necesidades de la gente. Permaneció a cargo de esta organización, cuyo objetivo era fortalecer la unión popular, hasta su ingreso al Movimiento Montoneros, en 1972. Durante su militancia, conoció a Henry Barri (Enrique Rodolfo Barry), perteneciente a la Juventud Peronista. Como producto de su unión con él nació Agustín, el 1º de julio de 1975. Henry es secuestrado al poco tiempo. Los meses que transcurrieron hasta su propio secuestro, junto a su pequeño hijo, fueron sumamente difíciles para Susana: viviendo en la clandestinidad, durmiendo en plazas, desprovista de toda protección. Según testimonios obtenidos por la CONADEP, Susana y su hijo estuvieron detenidos en el Garage Azopardo, donde posiblemente haya encontrado la muerte. (Nota del Proyecto Desaparecidos: Fue vista allí por el sobreviviente Eduardo Lardies quien testificó que fue torturada hasta que se le paralizaron las piernas y la tenían que ayudar con sus necesidades básicas). Milagrosamente para las prácticas de la época, Angela, su madre, que había interpuesto un recurso de Habeas Corpus por la desaparición forzada de su hija, recibe una noticia que le revela el paradero de Agustín en la Casa Cuna. Vivió junto a su nieto hasta su muerte. En aquella ocasión, una vecina, Estela, casada con un señor de nacionalidad sueca, se hizo cargo del niño, adoptándolo. Hoy Agustín vive en Suecia, tiene 31 años. Su padre, Enrique Rodolfo Barry, a quien hoy conmemoramos también, sufrió el mismo triste destino de su mamá: está desaparecido. El mundo de cadenas fue demasiado pequeño para Susana. ¿Hasta dónde pudieron encerrar su sonrisa? ¿Hasta dónde pudieron amurallar su voz, sus ideales, su compromiso con la vida? NO; no es posible destruir lo que el corazón de la gente intenta perpetuar. POR ELLO; SUSANA PAPIC; PRESENTE!!!! |