"Hasta ahora, los filósofos han tratado de comprender el mundo; de lo que se trata sin embargo, es de cambiarlo" Karl Marx

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domingo, 7 de octubre de 2012

Estela de Carlotto y Abuelas de Plaza de Mayo también son parte del Monumento a la Mujer Originaria


Foto: MMO Estela de Carlotto

Quienes integran MMO, se llegaron hasta la sede de Abuelas de Plaza de Mayo para entrevistar a Estela de Carlotto que también es parte del Monumento a la Mujer Originaria
¿Qué opina del proyecto MMO?
Me parece una excelente idea porque es una forma de reconocer a los verdaderos y originales pobladores de nuestras tierras con todos los derechos que les caben y muchos que han perdido durante los años desde la conquista hasta nuestros días. En general se honra al hombre originario del país, en cuanto a sus actos de defensa, su hombría, pero se desconoce la fuerza de la mujer. Ella es quien en realidad hace a la familia, conserva la unidad, es la compañera. Al hacer este homenaje, se pone a la mujer en el mismo lugar, ni adelante ni atrás del hombre, sino al lado. La historia cuenta de mujeres originarias muy valiosas, de manera que hacerlo visible es muy importante, porque aquel que lo vea va a preguntar si no entiende de que se trata y se va a contar la historia de lo que representa, por lo tanto se hace docencia también.

¿Piensa que los pueblos originarios y sus problemáticas no son visibilizadas en la actualidad?

Yo creo que en la actualidad hay toda una toma de conciencia general, se hacen visibles los reclamos y las necesidades de los pueblos originarios. Hay políticas de estado, hay políticas sociales y organizaciones que se dedican a esto.
Las tribus que son originarias de nuestras tierras quedan todavía en todo lo ancho y largo del país, con sus culturas diferentes y sus idiomas. No se los ha asistido en los momentos de necesidad, hubo plagas, epidemias que arrasaron o el robo de sus hijos. Los que resistieron todo esto, los que hoy todavía existen como agrupaciones están reclamando permanentemente sus derechos. Donde se hizo más visible el tema de su reclamo fue cuando llegó la fecha de recordar los 500 años de lo que se llamó la venida de la civilización europea. Hoy en día, en ciertas provincias subsisten grupos que viven a su manera y se cree que ayudarlos es darles una casa de piedra de dos pisos cuando sus costumbres son diferentes. Creo que hay que ayudarlos de otra manera, primero reconocerles el derecho a sus tierras, todas aquellas que puedan ser recuperadas dárselas, además darles el espacio social que merecen en cuanto a ser escuchados y resolver sus problemáticas. Por supuesto la resolución la tiene que dar el Estado.
Yo creo que hay que encontrar el punto justo para hacer eco y dar respuesta a los reclamos. Falta mucho todavía, pero creo que estamos en buenos tiempos.

¿Qué acciones considera importantes, además del MMO, para esta reivindicación de los derechos de los pueblos?

Bueno yo creo que en principio, contar y escribir la historia verdadera. El "salvaje" como llamaban a los pobladores primitivos es un error garrafal que todavía existe en los textos. El que se estaba defendiendo era el enemigo y había que exterminarlo, pero en realidad se estaba defendiendo de la muerte, de la ocupación, del despojo. Primero hay que hacer docencia en las escuelas, mucha historia real y ejemplificarla. Y después en los lugares donde existen estas poblaciones, respetarles sus costumbres, su religión y su idioma. Entonces en las escuelas también deben hablarse los dos idiomas el español y el propio de la tribu si es el guaraní o quechua o cualquier otro. Creo que jerarquizando eso con el respeto, es contagioso, lo aprenden los adultos, lo aprenden los menores también, entonces ya no va a existir discriminación. Porque somos todos iguales, pobladores de esta tierra, tenemos que pensar que cuando estaba vacío de gente, la tierra era de todos. Después vinieron actos de injusticia y de despojo que hay que reparar en la medida de lo posible. Sus pedidos y demandas deben hacerse en todos los lugares de difusión, los medios de comunicación en general también tienen que hablar del tema y sobre todo insisto en la educación, en las escuelas.

El MMO ha reunido hasta el momento más de 5 toneladas de bronce ¿Considera que vamos a poder llegar a más personas y conseguir las 10 toneladas?
Si, por supuesto que sí porque están pidiendo en general llaves y elementos de bronce que ya no se usan. Acá en la fundación Abuelas de Plaza de Mayo, juntamos llaves que viene a dejar la gente y que luego les entregamos. Yo prometí ir justo cuando Andrés Zerneri estaba en la calle Florida recolectando llaves, pero no pude por razones de salud. Pero estuve reunida con él en otra ocasión y la idea del homenaje a la Mujer Originaria me pareció fantástica, lo apoyamos y dijimos que cuente con nosotros. Creo que todo lo que se pueda hacer desde esta institución para incentivar el depósito de llaves o de lo que tengan de bronce para hacer el monumento y que pueda este hombre tan creador hacerlo, me parece que hay que contribuir entre todos. Que cuenten con las abuelas.

María Carrasco y Karina Paredes Suárez
20/08/2012
  

viernes, 31 de agosto de 2012

Marina Ginestá Coloma (su fotogrfía es un símbolo de la Guerra Civil espñola)


Marina Ginestá

La mujer de la imagen vestida con uniforme miliciano, fusil al hombro, henchida de orgullo y tan segura de sí misma es Marina Ginestá Coloma. Cuando se realizó esta fotografía desde la azotea del Hotel Colón, reconvertido en la sede de las Juventudes Socialistas Unificadas, Marina tan sólo tenía 17 años, un carnet de las juventudes socialistas unificadas en el bolsillo y un sueño revolucionario. No sabía que se convertiría en símbolo de la resistencia y espejo del espíritu de la II República. Era el verano de 1936.
Hacía tres días que había estallado la guerra. Antes del inicio de la contienda Marina y otros jóvenes compañeros preparaban una Olimpiada Popular como respuesta a los Juegos Olímpicos que ese mismo año organizaba la Alemania nazi. En pocos días aquellos jóvenes entendieron que se enfrentaban a una cruenta guerra que acabaría con sus sueños.
El 19 de julio de 1936, Marina junto a su hermano Albert y un amigo tomaron un fusil y se fueron a las barricadas de la Plaza de Colón de Barcelona. A las pocas horas el sueño de los tres se extinguía. El amigo caía muerto de cuatro tiros en el vientre. Su hermano Albert se marchó al frente de Zaragoza, y Marina comenzó a trabajar de mecanógrafa en el Comité de Guerra.
Marina vivió la guerra desde una retaguardia militante. Fue miliciana, traductora del enviado especial de Pravda, y periodista en la retaguardia. "Éramos periodistas y nuestra profesión era que no decayera nunca la moral, difundíamos el lema de Juan Negrín 'con pan o sin pan resistir'. Y nos lo creíamos".
De la mano del periodista ruso Mijail Koltsov asistió, como traductora de francés, a la entrevista que éste mantuvo el 14 de agosto del 1936 con Durruti en Bujalaroz. Koltsov era miembro del consejo editorial del diario Pravda y precisamente como corresponsal de este medio viajó a España para cubrir la contienda.
Uno de sus recuerdos más duros fue la visita a un hospital de Barcelona para reconocer cadáveres: "Es el recuerdo más terrible que guardo de la guerra. Por primera vez tuve una idea de la muerte. Vi a una mujer muerta con su hijo en brazos...Todavía hoy me viene a la mente ese recuerdo".
Acabó en el exilio, como tantos otros. En su intento por regresar a Francia, su país de nacimiento, pues era hija de inmigrantes españoles en Toulouse, perdió a su novio en el paso de Los Pirineos. Más tarde fue la llegada de los nazis a este país lo que la obligó a tomar un barco con destino a América.
"La juventud, las ganas de ganar, las consignas,... yo me las tomaba en serio. Creía que si resistíamos ganábamos. Teníamos la sensación de que la razón estaba con nosotros y que acabaríamos ganando la guerra, nunca pensamos que acabaríamos nuestras vidas en el extranjero".
De Marina Ginestá nunca más se volvió a saber, hasta que el empeño de un periodista de EFE, Julio García Bilbao, permitió encontrarla en París tras tres meses de investigación. Marina no conocía la fotografía del Hotel Colón que sirvió de portada para el libro 'Trece rosas rojas', de Carlos Fonseca, ni el simbolismo de la misma.
El autor de la famosa fotografía es Juan Guzmán. Su verdadero nombre era Johann Guttman, de nacionalidad alemana y había acudido a Barcelona para cubrir la olimpiada popular, alternativa a los juegos olímpicos de Berlín montada por los partidos antifascistas. En la actualidad la imagen pertenece al archivo histórico de EFE.


sábado, 18 de agosto de 2012

NÚREMBERG "LA PELICULA COMBATE EL NEGACIONISMO"

Sandra Schulberg, hija del realizador de Núremberg. Es la autora de la restauración del documental del juicio a los jerarcas nazis. Por qué estuvo silenciado y las reacciones del público.

La película oficial de los Juicios de Núremberg, filmada entre 1945 y 1946, no sólo sirvió para difundir la campaña de desnazificación llevada a cabo en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, sino que forjó la base de todos los juicios posteriores por crímenes contra la paz, de guerra y contra la humanidad. El documental, a cargo de Stuart Schulberg, reúne las principales declaraciones de los jerarcas nazis y escenas nunca antes vistas sobre la Shoá. El material fue silenciado durante treinta años por Estados Unidos, bajo la justificación de que la difusión de las imágenes iba a hacer renacer el odio por Alemania. Sandra Schulberg, hija del documentalista, se atrevió a romper el silencio restaurando el material para difundir los sucesos.

La cineasta lleva más de treinta años de carrera como productora y directora de finanzas en la industria cinematográfica. Defensora de las películas del “off-Hollywood”, fundó el IFP, la organización más grande de cineastas independientes de los Estados Unidos, y aterrizó en Buenos Aires invitada por la Fundación Proa para presentar Nuremberg.

–¿Cómo era el vínculo con su padre?
–Siempre fuimos muy unidos. Crecí con las historias que él me contaba, viviendo un tiempo en París y otro en Berlín. En aquel entonces se sentía mucho la tensión y el odio entre franceses y alemanes; eso fue parte de mi infancia. Mi papá murió muy joven y si bien yo fui una apasionada de su trabajo, nunca llegamos a hablar del documental del juicio de Nuremberg.

–¿Por qué decidió rehacer el documental?–Vi el film por primera vez en el 2004, cuando estaba trabajando con las películas del Plan Marshall, que también realizó mi padre para el Festival de Berlín. El director del festival me pidió empezar mostrando Nuremberg, y ahí comenzó la odisea. Yo sabía que los gobiernos de Estados Unidos y de Alemania tenían el documental y que en los años ’70 cada país había dejado una copia del original en los archivos respectivos. Desde ese momento cualquiera podía acceder. Cualquier persona hubiera podido hacer lo que yo hice: ir a los archivos, buscar el material, crear un nuevo negativo y reconstruir el sonido.

–¿Por qué la película estuvo silenciada tantos años?
–La película fue una víctima de la Guerra Fría y de la política de Estados Unidos de ayudar a los alemanes en la reconstrucción, sin volver a generar odio entre las otras naciones. Sé que los oficiales del gobierno de Estados Unidos tenían miedo de que si esta película se veía en todos los cines iba a renacer el odio contra Alemania. En los ’70, cuando se abrieron los archivos y quedó bajo dominio público, nadie fue a buscarlo porque como nunca estuvo en cines la gente no sabía ni que existía. Cuando exhibí la película en Israel en julio del 2010 nadie tenía conocimiento de que el juicio había sido filmado.

–Uno de los motivos por los cuales se pidió filmar el juicio tuvo que ver con mostrarles a los propios alemanes que se estaba haciendo un juicio justo. ¿Cuál es su objetivo?–No hay duda de que la película es una muy fuerte prueba de que la Shoá existió y en el marco donde algunos sectores niegan el Holocausto, la película hace un aporte importantísimo. Combate el negacionismo.

–¿Cuál es la reacción de la gente cuando ve el film?
–Sobre todo, sorpresa. En Estados Unidos llovieron críticas al gobierno por la decisión de ocultarla. También sorpresa por el contenido, porque mucha gente no sabe cómo los nazis llegaron al poder, cómo Hitler llegó a invadir tantos países. Yo no hice esto como homenaje a mi papá, y tenía mucho miedo de qué es lo que iba a suscitar. Tenía miedo de que la película genere odio. Estoy segura de que los alemanes son los que han aprendido las lecciones de Nuremberg mejor que cualquier otro país y la prueba es que apoyan la Corte Penal Internacional con mucho dinero, incluso más que Estados Unidos. También mostré la película en Teherán y tuve excelentes repercusiones. Exceptuando a los gobernantes, la mayor parte de la gente educada sabe perfectamente lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial y entienden que el Holocausto es un hecho. Este fue el primer juicio que trató los cuatro cargos: la conspiración, los crímenes contra la paz, los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad.

–¿Se logró mejorar la calidad de imagen y sonido respecto del video original?
–Técnicamente el nuevo negativo es muy bueno. Tiene calidad y al mismo tiempo conserva los vicios del documento antiguo. Invité al actor Liev Schreiber a regrabar el relato y para las escenas dentro de la sala de la corte quería usar el sonido original porque en la versión de mi padre, el narrador contaba lo que estaba ocurriendo y pensé que para hoy eso no servía. Es mucho más interesante oír las voces reales.

–¿Cómo analiza el momento actual del cine documental?
–Pienso que hay cosas muy interesantes pero los cineastas y las productoras no saben cómo difundir el trabajo, cómo distribuirlo. Durante treinta años produje mucho cine independiente pensando siempre que era la única forma de hacer películas que escapen a lo comercial. Me gusta cuando el sujeto de la película es más importante que el mercado. Pero para poder arriesgarte a estos proyectos hay que estar listo a golpear puertas y buscar el dinero donde sea. Me ofrecieron muchas veces hacer cine comercial pero no me interesa.

–En la Argentina uno ve que hay muchas películas independientes que triunfan en festivales internacionales pero que el público local no llega a ver. ¿Cómo debe ser el circuito de promoción?–La clave es ir directamente a los propietarios de los cines y pedir que la pasen. Eso es lo que estoy haciendo ahora con Nuremberg. Es necesario que los cineastas no se pongan en papel de estrellas y sean ellos mismos quienes vayan a golpear puertas porque son los que mejor conocen el producto que están mostrando. No basta con hacer la película, también hay que llevarla a las salas y organizar exhibiciones en espacios públicos. Es un trabajo duro.

–¿Cuál es su próximo proyecto?
–Hay tanto trabajo que hacer para distribuir Nuremberg, que creo que eso me va a consumir varios años más. Después quiero escribir el libro de la película, con los papeles que guardo de mi papá sumado a todo el trabajo de recuperación y reconstrucción.

lunes, 23 de julio de 2012

ENTREVISTA A ESTEBAN VOLKOV, NIETO DE TROTSKY, A 75 AÑOS DE LA LLEGADA A MÉXICO DEL REVOLUCIONARIO RUSO

 “El marxismo está cada día más vigente”
Esteban Volkov no es sólo el nieto de Trotsky, sino también el único testigo aún con vida de su asesinato por un agente de Stalin, el español Ramón Mercader. Químico de profesión, reivindica el legado de su abuelo.
Esteban Volkov atravesó un siglo sin perderse nada del que dejó atrás ni del nuevo en el que vive como si fuera un contemporáneo recién llegado a este mundo de tecnología y mentiras globalizadas. Esteban Volkov hablaba en francés con su abuelo, León Trotsky, de quien se cumplen 75 años de su llegada a México. El revolucionario ruso había huido de los esbirros de Stalin para instalarse en México. Trotsky y su mujer trajeron a Esteban Volkov desde París.
La historia de Volkov niño es una tragedia que la abrumadora alegría con que hoy se expresa no permite ni siquiera adivinar. Esteban Volkov no es sólo el nieto de Trotsky, sino también el único testigo aún con vida de su asesinato por un agente de Stalin, el español Ramón Mercader. El padre de Volkov fue deportado a Siberia en 1928 y desapareció en un Gulag cuando fue enviado allí en 1935. Su madre escapó de la URSS con él y se reunió con los Trotsky en la isla turca de Principios. La vida no le dio descanso y se suicidó en Berlín en 1933.
Esteban Volkov se quedó solo en la capital alemana hasta que lo trasladaron a un internado de Viena y después a París. Trotsky y su esposa estaban exiliados en México y lograron traer a Esteban con ellos. Hubo un primer atentado contra Trotsky del que toda la familia salió ilesa. Pero llegó un infiltrado, Ramón Mercader. El 20 de agosto de 1940, cuando Esteban Volkov volvió del colegio, encontró a Trotsky con el cráneo roto a martillazos. Volkov cuenta que Trotsky pidió a su entorno que alejaran a su nieto de le escena.
Esteban Volkov creció en México. No hace política. Estudió ingeniería química, pero siempre mantuvo viva la memoria de León Trotsky a través del museo, que es la casa donde vivió con sus abuelos, Trotsky y su mujer. Esteban Volkov tiene 86 años y una memoria que no falla nunca. En esta entrevista con Página/12, el nieto del revolucionario ruso evoca aquellos años, el legado de Trotsky, su obra y los estragos del mundo actual.
–75 años después de la llegada de Trotsky a México y cuando han transcurrido 72 años de su asesinato, ¿qué pueden representar hoy la figura y el legado de León Trotsky?
–En la medida en que el marxismo está cobrando cada día más vigencia, a pesar de todas las veces que lo han enterrado siempre surge con más vida, uno de los mensajeros y portadores y guías marxistas más actuales es indiscutiblemente el gran revolucionario León Trotsky. Fue un personaje clave en uno de los acontecimientos más importantes de la historia contemporánea como fue la Revolución Rusa. Trotsky tuvo un papel vital en ella. Pero lo que es más meritorio en él en todas las etapas en las que intervino es el hecho de que transcribió con minuciosidad toda aquella experiencia histórica y política. Trotsky dejó un legado muy valioso, un arsenal ideológico revolucionario de gran actualidad y extremadamente fértil y útil para todas las luchas revolucionarias actuales y futuras. No hay dudas de que el capitalismo está demostrando que es un sistema totalmente obsoleto e injusto y que no cumple para nada las necesidades del género humano. Al contrario, el capitalismo está destruyendo el planeta, está creando más miseria, mas sufrimiento. La necesidad de un cambio es vital. Tengo la certeza de que la mayor parte de la humanidad tomará conciencia de esta situación y luchará por otro mundo. Es ahí donde todo el arsenal ideológico de Trotsky es extremadamente valioso. Hoy los medios intoxican a las masas y terminan creando eso que Marcuse llamaba una mentalidad unidimensional. Pero los procesos de toma de conciencia son como relámpagos.
–Muchos historiadores consideran que ese arsenal está aún inexplotado.
–Ocurre que es muy vasto: no hay área, no hay país que Trotsky no haya abarcado en sus análisis. Cualquier documento que uno lea de Trotsky es muy útil e instructivo y con un gran acierto en sus análisis. Por ahora no hay otra cosa mejor que el socialismo. El marxismo fue el único que hizo un diagnóstico certero de lo que es el capitalismo. Trotsky hizo el mismo análisis en lo que se refiere a lo que realmente era el burocratismo stalinista. ¡Nadie mejor que él! Esa fue su gran contribución: haber analizado el bonapartismo stalinista. Lamentablemente, el trotskismo no escapó a la deriva que conocen todos los partidos políticos. Pero el pronóstico de Trotsky cuando decía “estoy seguro de la Cuarta Internacional” está abierto, aún no se ha cumplido. Sus seguidores deberían hacer que eso sea una realidad. No hay que encerrarse en una campana de vidrio. Los partidos deben llevar a cabo una labor activa y revolucionaria. No hay que encerrarse en un café para discutir y sentirse grandes teóricos de la humanidad.
–El México que Trotsky conoció cuando llegó hace 75 años era un país revolucionario. El de hoy es muy distinto.
–Sí, él llegó a México cuando aún persistían el espíritu y el oleaje de la Revolución. Aún había un clima revolucionario. Después vino un proceso de industrialización bajo un régimen capitalista y México se alejó de los fundamentos de la Revolución Mexicana.
–Curiosamente, usted ha protegido el legado de Trotsky pero, sin embargo, no ha incurrido en el campo de la política.
–No, claro, yo soy químico. Mis comentarios son los del observador científico, no del político. Pero yo he vivido en carne propia todo el capítulo que fue la contrarrevolución stalinista. Todo ese clima de asesinatos, de terror, de monstruosas falsificaciones históricas. Lo he vivido en carne propia y conmigo millones de seres humanos. Pero yo tengo el privilegio de estar vivo y poder testimoniar. Sabemos que la memoria histórica es uno de los patrimonios más importantes del género humano. Para poder construir el futuro hace falta esa memoria histórica. Uno de los grandes crímenes de Stalin, aparte de masacrar a millones de seres humanos, falsificar la historia y arrancar páginas y alterar su contenido, fue justamente esto: mutilar y falsificar la historia.
– ¿Usted cree que los crímenes del stalinismo están mal conservados por la memoria en relación con los que cometió Hitler?
–Indiscutiblemente Hitler fue un gran, gran criminal, pero en esa competencia yo creo que Stalin le gana por mucho. Hitler era un asesino frío dentro de su lógica racista y absurda. Pero Stalin le incluyó a eso una dosis de crueldad y de sadismo que nadie ha superado hasta ahora. No le bastaba con matar. Yo soy un sobreviviente con suerte.
– ¿Usted conservó vivo el recuerdo de Trotsky a través del museo que está en Coyoacán un poco para rescatar esa memoria?
–Yo seguí viviendo en esa casa muchos años con la abuela. Su deseo siempre fue conservar ese lugar histórico. Y no ha sido sin lucha y sin esfuerzo. Los stalinistas de México intentaron en muchas ocasiones borrar ese lugar. ¡Hasta quisieron hacer una guardería infantil! Pero no lo lograron. Yo nunca me interesé en la política, pero por ósmosis estaba al corriente de todas las dinámicas de las luchas. Pero Trotsky siempre me protegió de la política. En tiempos del abuelo él les decía a sus secretarios y guardaespaldas que no me hablaran a mí de política. El trataba de alejarme de la política. Pero yo he vivido una vida normal, muy cerca de esa atmósfera de adrenalina que se vivía en la casa de Trotsky. Era un estado de excitación muy grato.
–Sin embargo, usted fue testigo del primer atentado y del segundo, el que le costó la vida a Trotsky.
–Sí, en el primer atentado, cuando ametrallaron la casa, yo estaba ahí. Nos salvamos todos milagrosamente. Uno de los stalinistas vació su revólver sobre la cama donde yo estaba escondido. Pero me encogí y me salvé.
– ¿Qué piensa hoy de movimientos como el de los indignados o el movimiento estudiantil mexicano YoSoy132?
–Es un inicio, el comienzo de una conciencia para asumir una actitud de lucha política. Aporta mucho.
–En este aniversario de la llegada de Trotsky a México, ¿qué es lo que usted recupera de él como mensaje, como compromiso más allá de su obra?
–Yo creo que lo principal es el aspecto ético, moral, donde el actuar debe estar coordinado con el pensar. El pensamiento y la acción deben ser una sola cosa. La verdad debe estar por encima de todo. El ejemplo es su vida. Ha sido una guía, para mí y mi familia. Para mis hijas, por ejemplo, que no son marxistas ni revolucionarias, ellas tienen muy inculcado ese principio ético de absoluto respeto a la verdad y a la justicia

martes, 17 de julio de 2012

Sobrevivir a Malvinas y morir en Cromagnon, dos tragedias atadas con alambre

En uno de los 15 relatos sobre el conflicto bélico que componen su libro, Agustín Gallardo revela la historia de Roberto Calderón
"¡No puedo más, Negrita...!", fueron las últimas palabras que dijo Roberto Calderón quien sobrevivió a la guerra de Malvinas, donde 649 soldados argentinos dejaron su vida, y que murió 22 años después, junto con su hijo de 14, de la manera más impensada: escuchando un recital de rock.
Miriam no quería ir a ver a Callejeros ese fatídico 30 de diciembre de 2004, pero su marido la convenció. - "Vos no tenías que estar acá, ¡vos no tenías!- le dijo Roberto cuando el humo se hizo presente, y los empujones también. Pero ya era tarde.
Además de ellos estaba Romina, su otra hija, que logró salir con vida del bar situado en el Once. La familia Calderón quedó partida a la mitad. Esta es una de las quince historias que relata el joven periodista Agustín Gallardo en su primer libro Vidas Marcadas, nuevas crónicas sobre Malvinas , que aborda las vivencias de protagonistas, testigos cercanos y actores secundarios de aquel conflicto.
"La historia de Calderón es la que más me impactó. Más allá del destino trágico, me parece que representa mucho lo que somos los argentinos y que vos podés unir dos hechos a través de la negligencia: una guerra atada con alambre y un boliche, también, atado con alambre. Entre Cromagnón y Malvinas hay una conexión", dice Gallardo en un encuentro con LA NACION.
Podés unir dos hechos a través de la negligencia: una guerra atada con alambre y un boliche, también, atado con alambre
- ¿Qué lleva a una persona de 31 años, que cuando empezó la guerra tenía sólo dos, a escribir sobre Malvinas?
Siempre me impactó mucho lo que fue la última dictadura militar que vivió el país, me parece que a partir de ese momento se modificaron, definitivamente, un montón de cosas de la coyuntura de la sociedad y la política de la Argentina. A partir del golpe la deuda externa creció cuatro veces; se desapareció a un montón de gente; hubo un mundial medio arreglado y medio dudoso y estuvo la guerra de Malvinas que fue como la última frutilla del postre de los militares.
- En el último tiempo hubo muchos libros publicados sobre Malvinas. En ese marco, ¿cuál crees que es tu aporte al tema?
Creo que mi libro aporta cierta frescura y estilo joven que tal vez no está tan visto en los demás textos y, a su vez, lo que es la historia de vida como materia prima. El relato y la crónica hacen que los textos sean más "legibles" y atraigan a un público joven. Además, aporta lo que es la importancia de la palabra del otro, y lo que es la historia en sí y como se ha modificado la vida con el paso del tiempo de quien estuvo por alguna razón ligado a la guerra.
- Las historias están narradas en forma de relato. ¿Siempre tuviste en mente hacerlo así o se fue dando a medida que avanzabas en el libro?
Sí, porque la idea era contar crónicas e historias conocidas y no tan conocidas dándole mucho hincapié al relato y cómo las voces a 30 años de Malvinas cuentan lo que fue. Considero que hubo un proceso de desmalvinización que se fue dando a lo largo del tiempo. El relato no es el mismo hoy que hace 10, 20 o 30 años, ya que en un principio hubo mucha gente que no habló debido a que muchos directivos militares ordenaron su silencio. Pero en el último tiempo hay como una liberación que hace que sea mucho más rico el relato: los veteranos están mucho más maduros, aunque nunca deje de ser un trago amargo y una experiencia horrorosa, para hablar de Malvinas.
- Hay una mezcla de relato, con ensayo y opinión. ¿Por qué?
Sí, los editores me pidieron que haya un poco de opinión. Es un tema muy difícil de llevar adelante porque es muy fino y uno por ahí siente que puede ofender a la gente que aparece. Pero siempre con mucho respeto. La idea era imprimirle la mirada de un tipo joven que no fue a Malvinas.
- ¿Qué representa Malvinas para los argentinos?
Malvinas representa el final de la dictadura y la hijaputez más grande que es mandar a soldados sin experiencia a combatir contra una fuerza militar de las mejores del mundo. En la introducción había puesto una frase que luego no publicamos, de una periodista de Clarín, que decía que "esta fue la guerra en que los pibes no llegaron a llorar por sus novias sino que lloraban por sus madres".
- En el libro aparece la historia de un sacerdote que fue a Malvinas. Por un lado está la oposición a la confrontación armada pero por el otro la exaltación cuando esta allí. ¿Cómo fue el abordaje de la historia y cuál es tu visión del rol de la fe y la religión en la guerra?
La historia del cura, que iba a llevar la palabra de la fe a la guerra, fue la primera que empecé a trabajar y me resultó, en un principio, bastante contradictoria dado el papel de la Iglesia en la dictadura, que fue bastante detestable, al ser cómplice de todo lo que pasó. Pero cuando obtuve el testimonio me encontré con un señor grande y la historia iba por el lado estricto de la fe. Me impactó mucho porque ayudaba a los soldados allá. Iglesia o no, esa gente tuvo alguien que los ayudaba a estar con un poco más de esperanza en un lugar que era un infierno. Nunca estuve en una guerra, pero el tema de la fe y de aferrarse a algo debe ser sumamente importante, ya sea un Dios o cualquier familiar.
- En la historia de la hermana tratando de identificar el cuerpo de su hermano y que no lo encuentra, siendo el caso de los NN. ¿Notás una conexión con la desaparición de los cuerpos en la dictadura?
Totalmente. Aparte es un tema que no se conoce mucho y que tiene que ver con los desaparecidos de Malvinas, y hay una conexión entre lo que fue la dictadura y lo que fue la guerra. La conexión es muy simple, es el hecho de no contar la verdad y hacer callar los testimonios y esconder las fuentes. Hay un proyecto de ley ahora que están tratando que busca poder excavar esas tumbas, hacer un adn y reconocer a los cuerpos que figuran como Ciudadano sólo conocido por Dios. Me parece una guachada que haya otro grupo de gente, otro grupo de militares de Malvinas que pidan que eso no suceda porque sería profanar las tumbas.
-¿Te cambió la visión que tenías sobre las Malvinas, antes y después de escribir el libro?
En cierta forma no, aunque tal vez sí en el sentido que aprendí, conocí un poco más en profundidad lo que es el dolor de aquellas personas que por alguna razón estuvieron vinculadas la guerra. Esto quiere decir que no solamente fui a buscar a veteranos, fui a buscar familiares, fui a buscar un coleccionista de Malvinas....

sábado, 14 de julio de 2012

Bayer: “Se lo pone a Rosas como un gran héroe, pero hizo la primera Campaña del Desierto”

El historiador Osvaldo Bayer critica que los revisionistas no le reprochen al “Restaurador de las Leyes” la expedición de 1833 y 1834, financiada por la provincia de Buenos Aires y los estancieros bonaerenses, que dejó un saldo de 3200 indígenas muertos.
-Hebe de Bonafini le contestó que Rodolfo Walsh “tuvo la valentía de escribir una carta a la Junta Militar, se quedó en el país y le costó la vida. ¡Usted en cambio, se fue!”.
-Yo a las Madres siempre las he respetado. Hasta 1983 siempre he seguido su línea, porque es épica la resistencia que hicieron frente a la dictadura. Muy pocas veces en la Argentina se demostró tanto coraje civil. Yo estuve en ese movimiento hasta el 83, levantándolo con todo. Lo que pudo haber dicho Hebe de Bonafini no lo voy a contestar porque siempre lo aprovecha el enemigo. A mí Clarín nunca me nombra; está prohibido mi nombre, pero cuando Hebe dijo eso de mí salió en Clarín. El enemigo aprovecha cuando en una misma causa empiezan las divisiones. Sin ir a la opinión de Hebe, cuando Alfonsín hablaba de los exiliados decía “los que se escaparon”. Eso fue muy injusto y no es cierto.
-¿Por qué se fue?
-Tuve que irme porque me condenaron a muerte las Tres A. Yo no pertenecía a ninguna agrupación, así que no tenía ninguna protección. Lo primero que hice es decirle a mi mujer que se fuera con nuestros cuatro hijos a Alemania, porque tenía miedo de que pusieran una bomba en mi casa. Así que salvé a mi familia, mientras otros la perdieron. Y yo no podía dejar a mi mujer sola en el exterior con cuatro hijos. Tenía que mantener a esa familia, así que tuve que irme para allá. No me fui por cobardía. Cuando la señora de Perón llamó a elecciones volví de mi exilio, en febrero del 76. Yo ya creía que podía volver y estaba tratando de que volviera mi familia, cuando en marzo me sorprendió la dictadura y fue muy difícil volver a salir. Me sacó la embajada alemana como protegido.
-¿Cómo continuó su lucha en el exilio?
-En el exilio no abandoné de ninguna manera la lucha. Estuve en Europa explicando el sistema de desaparición de personas. Me duele mucho que Hebe haya dicho eso porque el primer premio que obtuvieron las Madres de Plaza de Mayo fue en Alemania. La Iglesia evangélica alemana les dio 20 mil marcos como premio durante la dictadura, que a ellas les vino muy bien para viajar y publicar escritos. No tomo como una ofensa, sino como una equivocación que Hebe haya dicho que me escapé, como dijo Alfonsín. Yo me di cuenta de que acá no podía hacer absolutamente nada. Que podía hacer mucho más en el exilio. Y no me puse a llorar ni a quejar, sino a trabajar por la democracia en la Argentina.
-Rodolfo Fogwill dijo que sus contrincantes le servían para aprender. ¿A usted qué le genera el juicio que le ha iniciado la familia del fundador de la Sociedad Rural, José Martínez de Hoz, por mencionar a su antepasado en el film Awka Liwen, donde se analiza la Campaña del Desierto?
-El familiar de Martínez de Hoz tendría que avergonzarse de sus antepasados y no hacerme juicio por lo que he sostenido. Todo lo que dije sobre su familia está basado en documentos científicamente históricos. Los nietos del ministro de Economía de la dictadura de la desaparición de personas me iniciaron juicio y piden un millón de pesos, monto que no van a obtener porque no lo tengo. Lo único que tengo es una casita. Pero creo que voy a ganar el juicio. El juicio está hace seis meses en primera instancia y todavía no hay resolución del juez.
-Hace un tiempo Martín Caparrós cuestionó la denominación “pueblos originarios” con el argumento de que esos pueblos seguramente ya habían invadido a otros.
-El señor Caparrós tendría que preocuparse en que los cristianos occidentales han tenido tantas guerras horribles. Se preocupa porque alguna vez hubo guerras internas en los pueblos originarios. ¿Cuándo no ha habido? Además, no es tan así. Ha habido, sí, pero no hay que tomarlo como ejemplo. No eran tan salvajes ni tan bárbaros como decía el general Roca. Ellos tienen una cultura y respeto hacia la naturaleza increíble. Y deberíamos aprender de ellos que no tienen sentido de la propiedad. Todo es comunitario entre ellos. Hay que resaltarlo.
-Los 70 han vuelto a merecer una reflexión. ¿Qué fue, en esencia, lo que ocurrió?
-Hubo una digna reacción de la juventud ante lo que ocurría en la Argentina ante la dictadura de Onganía, brutal dictador. La noche de los bastones largos nos dice muy bien lo que fue eso. Yo lo viví y fue de una brutalidad tremenda. Y a todo lo que hizo Lanusse en Trelew con sus ministros del partido radical. A la serie de dictaduras que hubo. Fue una reacción natural de la juventud, que buscaba soluciones, porque no se había solucionado ningún problema ni con las dictaduras ni con las democracias. Tampoco con el peronismo, que había caído rotundamente ante un golpe militar sin mucha importancia. De manera que no se le puede reprochar a la juventud que haya salido a la calle.
-¿Y los errores?
-Por supuesto que hubo algunas equivocaciones, pero en general los ataques que se hicieron fueron a los centros del gran poder que había en Argentina: el militar y el financiero.
-Usted presenta tantas diferencias con los liberales como con los revisionistas. ¿Dónde se ubica dentro de esa línea en apariencia antagónica?
-Yo soy un revisionista de la historia sobre la base de la ética y del respeto a la vida. Me parece muy bien que se defienda a ciertos personajes que defendieron al país contra invasiones extranjeras. Pero no basar la historia solamente en eso. Se lo pone a Rosas como un gran héroe, pero también hay que decir que hizo la primera campaña del desierto con la ocupación de tierras y la matanza de indios. Lo dice en sus comunicados. Y los revisionistas esa parte no la tocan. Ven solamente cuando se defendió contra los ingleses. En el caso de Sarmiento, él quería que nos pareciéramos a Estados Unidos. Es impresionante su racismo contra los pueblos originarios.

martes, 19 de junio de 2012

Andrés Zerneri: "Somos un país que tiene entre 20 y 30 naciones dentro"

Fui a dar con esta entrevista y me encantó porque esta no es una entrevista más a quien esculpirá nuestro homenaje a los pueblos originarios.  En ella encontré una serie de respuestas que me hecho y otras que sé que hay quienes se hacen como ser: ¿cómo se construirá el monumento?  ¿Sobre la técnica que se utilizará? ¿Qué opinión y/o lugar ocupan los pueblos originarios en esta obra colectiva?  ¿Por qué Buenos Aires? ¿Cuánto bronce juntamos ya y cuánto nos falta aun? Y seguro habrá más preguntas que tendrán su respuesta en esta entrevista…

En el taller que posee en el barrio de Almagro Andrés Zerneri recorre un lugar espacioso donde se ven pinturas y esculturas, y nos recibe para charlar un buen rato sobre el proyecto del Monumento a la Mujer Originaria, del cual es principal impulsor. Entonado con el éxito de su monumento al Che en Rosario, nos cuenta como se gesta y por qué la idea de rendir homenaje a los pueblos originarios y en ellos a sus mujeres, y nos habla de un amplio debate que nuestra sociedad a su entender necesita. A juntar llaves entonces.
Génesis del proyecto
Surge de la experiencia que habíamos tenido cuando hicimos el monumento al Che, esa escultura de cuatro metros de altura en la que participaron 14 mil setecientas personas donando 75 mil llaves lo que equivale a tres toneladas de bronce. La forma en que se construyó fue una forma muy auténtica y legítima porque en una obra que va al espacio público, al espacio de todos, y que tiene un peso político importante creo que es un sistema que se salva de la dependencia partidaria entonces, me refiero cuando digo legítimo a que no le suma votos a ningún partido en particular sino que es el resultado de la participación de muchos sectores, agrupaciones, sindicatos, partidos políticos también, pero es una fiesta cívica, un evento en donde la gente, la gente común, no le pide al estado que construya un monumento sino que construye un monumento, se organiza para hacerlo, lo elige, lo lleva a cabo y se lo regala al estado, me parece que es una gran enseñanza y una forma de rearmar ese espacio del homenaje que es la tradición de los monumentos, que normalmente es al revés y casi siempre, o en muchas oportunidades, en contra del propio pueblo, porque por ejemplo, la figura más reproducida en la Argentina es la del General Roca, que tiene muchos más monumentos que el General San Martín en nuestro país, así que la intención es hacerlo y hacerlo de esta manera. Cuando estábamos inaugurando el monumento al Che, y celebrando esa experiencia, y esa red de solidaridad que se fue solidificando a lo largo de esos dos años y medio, lo que sucedió es que a raíz de una sugerencia de Osvaldo Bayer, que casi con estas palabras dijo: "sería bueno rendirle un homenaje a los pueblos originarios con el mismo sistema". Podíamos haberlo dejado como una sugerencia mas pero al ser Osvaldo por el cariño y respeto que le tenemos nos pareció que era una orden y nos pusimos a trabajar principalmente en la consulta a las mujeres de pueblos originarios, a quienes yo mas conocía a lo largo de la Capital, el Gran Buenos Aires, a las que más conocía, que habían participado en el monumento al Che o que están participando activamente en las comunidades, a las que teníamos llegada, Osvaldo también, cada uno fue haciendo una consulta para ver que les parecía esta idea. En un principio fue medio extraño hablar de un monumento de bronce a los pueblos originarios porque fue inmediatamente después de la inauguración del monumento al Che, que fue el 14 de junio del 2008, algunos meses después ya hablábamos del segundo monumento, siempre entendiéndolo como una estrategia de comunicación, no es un fin en sí mismo, ninguno de los dos intentan ser un fin en sí mismo, pero te decía que fue medio extraño porque cuand0o hablábamos con mujeres de los pueblos originarios no sabían si estaban de acuerdo o no, porque no es un método el del homenaje con el bronce no lo tienen como algo demasiado feliz ya que el bronce les ha parecido nefasto por el hecho de tantos monumentos a tantos generales que se los ha alzado como próceres en este país y han sido asesinos, de pueblos originarios, han cometido genocidios contra los pueblos ranqueles y mapuches, por ejemplo, así que se dio esta discusión y evolución desde esta perspectiva de reinventar el espacio de homenaje. Hablar de los pueblos originarios pero simbolizarlos en el cuerpo de una mujer para decir nuestros valores humanos desde lo femenino. La cultura, la Pachamama, la tierra, la naturaleza, las futuras generaciones, la vida, todo eso que se dice en femenino representarlo en el cuerpo de una mujer de diez metros de altura. la altura tiene una razón estratégica porque al decir que es la escultura más grande que se va a hacer en Argentina tiene también la posibilidad de ganarse una serie de copetes en medios, de titulares, donde nunca hablarían sobre la suerte de los pueblos originarios, entonces el diseño de todo este proyecto tiene fundamentalmente con buscar una gran excusa que nos permita reconocer quienes somos, buscar más sobre nuestra identidad repartir informaciones muy básicas sobre la presencia hoy de los pueblos originarios en la Argentina a la mayor cantidad de gente posible y mientras en este transcurso ir materializando la escultura más grande de todo nuestro patrimonio escultórico en bronce, producto no de un subsidio, no de dinero, ni de un decreto, ni un partido sino de la solidaridad concreta, real, sólida, de mucha gente los números son que si hacemos una escultura de diez metros vamos a necesitar más o menos diez toneladas, que serían aproximadamente diez mil llaves, de las cuales ya tenemos la mitad y un poquito más, tenemos el 55% del bronce que se necesita.

Donación
Una vez que esté terminada, esta obra va a ser donada a la ciudad de Buenos Aires se llama donación con cargo o bajo condición, cuando se hace una donación con estas características, la condición que vamos a pedir es que se emplace en el mismo lugar donde hoy está el general Roca, obviamente que esto va a generar una discusión, un debate, estamos convencidos de que es posible porque vamos sabiendo vamos aprendiendo mas quien era el general Roca, no tenemos la intención ni Osvaldo Bayer, ni yo, ni toda la gente que está alrededor del proyecto de faltarle el respeto a nadie, ni generar más odio, ni contribuir a esta eterna antinomia de la derecha o la izquierda, Roca si o Roca no, la idea es que siempre se lo vea como un proyecto constructivo, aunque estemos pidiendo que se saque un monumento, es un ejercicio reparador de nuestra memoria que se traslade ese monumento a un lugar menos importante, un lugar donde lo recordemos tal como lo que fue, el responsable del intento de genocidio de nuestros pueblos originarios. Es un crimen de lesa humanidad, que no prescribe, creo que es necesario que todos incluso quienes quieren seguir pensando que Roca es un prócer, que puedan sentirse convencidos que es necesario bajar ese monumento de ahí llevarlo a otro lugar y con todo respeto porque es una obra de arte, no estamos pidiendo que se desaparezca a Roca, no somos ese tipo de personas, no, nos vamos a olvidar, de hecho no estaría bien que se destruya ni que se demuela ni que se reutilice el bronce, porque a veces se confunde, se piensa que estamos pidiendo sacar el monumento a Roca para utilizarlo para nuestra escultura. No, la idea es que podamos hacer un acto de reivindicación, de reparación de la memoria con un hecho que es concreto, que no le va a demandar ni un solo peso al Estado, ni al de la ciudad, ni al de la nación sino que es un ejercicio de una organización totalmente independiente.

La escultura
La escultura tiene la misma técnica con la que se hacen todos los monumentos en cualquier lugar. Se llama a la cera perdida, fundición a la cera perdida. La misma técnica que se ha utilizado en Grecia o en Egipto para hacer esculturas y el bronce es un material que desde que el hombre lo domina lo ha utilizado con un propósito político también, eligiendo esculturas de personas que a veces le convienen mas al poder que al propio pueblo. El bronce que es una especie de subrogado del oro, es uno de los pocos materiales dorados entre los metales, quizás el más parecido de todos al oro, tiene técnicamente una serie de requerimientos que son bastante complejos para poder fundirlo, se hace una escultura en arcilla o yeso, o algún tipo de material del que después se va a sacar un molde, ese molde se saca con un yeso especial que soporta altas temperaturas y después ese molde para quien el alguna vez haya hecho un huevo de pascua tiene un principio bastante parecido, se llena después con bronce derretido. Hay una técnica para hacer un contra molde para que esto no sea macizo, todos los monumentos, si alguno tiene la oportunidad de golpearlo un poquito, se va a dar cuenta que es hueco, las esculturas son huecas. Este se va a hacer con el mismo procedimiento, requiere una logística bastante importante no solamente el trabajo artístico, por las dimensiones tienen que intervenir ingenieros, que van a contar la altura, el peso para la plataforma, una serie de cálculos bastante interesantes para conocerlos: se ha tenido en cuenta desde las temperaturas máximas que se han tenido en los últimos cincuenta años para proyectarlas a los futuros cincuenta años y saber que en algún día de febrero la máxima temperatura que quien sabe a cuánto va a llegar va a incidir sobre este material, sobre el bronce. Esos cálculos que son necesarios hacer arrojaron ciertos resultados que dicen que tenemos que conseguir todo el bronce primero, las 200 mil llaves y después fundirlo todo junto, porque si fueran distintas calidades de bronce sufrirían distintas dilataciones en días de extremo calor. Lo mismo sucede con el extremo frio. No se puede ir haciendo la cabeza primero y después el pecho y los brazos, porque cuando suceden esas cosas, y siempre han sucedido en Buenos Aires y se proyectan más violentos cada vez el tema de los cambios de temperatura, se producirían pequeñas grietas dentro del bronce. Esto es un ejercicio que he aprendido en el transcurso de los años con este tipo de materiales. La responsabilidad que hay que tener entonces justamente para plantar una escultura en el espacio público y hacerse cargo de ello durante el resto de lo que dure la escultura. El molde lo estamos haciendo, pero también seguimos en la consulta con las mujeres de los pueblos sobre cómo debería ser. Es muy importante todo porque el símbolo se manifiesta en la mirada, en cómo está parada, hacia qué punto cardinal va a mirar, como va a estar vestida, como tiene el pelo, como representar a tanta cantidad y tanta diversidad de mujeres de pueblos originarios, así que aun seguimos en eso. La escultura la dirijo yo y seguramente vamos a ser cinco o seis escultores más. Es necesario para esas dimensiones trabajar con otras personas

El monumento al Che
No voy tanto a Rosario. Quedé enamorado del proceso, una escultura que realmente se hizo de manera colectiva, no solamente la obtención del material para poder realizarlo, sino que en la escultura misma participaban Aleida, Camilo, Ernestico, los hijos del Che, el embajador de Cuba, Calica Ferrer el amigo del Che, al punto tal que la escultura, que no considero que es una escultura bella, de hecho me parece bastante fea si lo juzgamos técnicamente, pero el sabor y el proceso para haber llegado hasta ese final donde el día de la inauguración participaron 55 mil personas celebrando, como dijo Atilio Borón, "nunca se había dado en la Argentina que 55 mil personas de izquierda celebraran algo en una plaza". Me pareció que el hecho importante fue ese proceso que lo llevó a cabo. Es totalmente responsabilidad mía como escultor que esa escultura sea bella o no y ahí en ese caso creo que fallé, pero tengo una oportunidad mas ahora con el monumento a la Mujer Originaria como para que la escultura sea bella y también que sea potente y no pierda su sentido político.

¿Escultor, pintor, dibujante...?
Creo que las nomenclaturas ya están medio fuera de moda, es como el arte abstracto y el figurativo. En todo caso, es una abstracción pintar o dibujar, o uno es dibujante o escultor cuando está haciendo un cuadro o una escultura. El tema este de la bidimensión o la tridimensión ya es medio pasado de moda, hacer esas clasificaciones. Yo soy más feliz haciendo esculturas por alguna razón, aunque la pintura es lo que más hago, constantemente estoy pintando quizás por el ejercicio de tener más a mano los pinceles y un bastidor, que hacer una estructura, para empezar a hacer una escultura. El ejercicio mas cotidiano es el de pintar. Me pasa que soy un poco más conocido como escultor porque las obras escultóricas que hago tratan de llamar la atención. Hay un ejercicio que hago casi performatico de involucrar a otros, de mediatizarlo, generar algún ruido para tratar de decir algo. La escultura me gusta utilizarla como un medio para poder comunicar y en eso está toda la cuestión creativa de involucrar a otros. Entre una escultura y una pintura lo que más llamaría la atención es en todo caso la estrategia para poder difundirla. La pintura tiene como un rango de foto al lado de una obra que a veces por el material, el tema, la fecha en la que se inaugura, por un montón de cuestiones que tienen que ver con algo que va a pertenecer al símbolo, al discurso que quiere decir, la escultura llama a más gente. Esto no lo digo en los órdenes del mercado, lo digo sobre lo que le sucede a una persona cuando mira a una escultura, la escultura es una relación muy pequeña entre la venta de la escultura en relación a la pintura. Lo importante sobre las cuestiones de la trascendencia, el método de la escultura llama más la atención, la tridimensión llama mas, pero la forma en que yo lo realizo también lo hace en el sentido que a mí me gusta el tema de las estrategias de comunicación, la cuestión de involucrar a otros, de multiplicar las fuerzas o generar una obra que haga que otros jueguen también a ser artistas, desde ahí el arte es como una espada, una trinchera, se me ocurren varias metáforas para decir que el arte es un lugar de lucha y de decir.

Los pueblos originarios
A mi me han sensibilizado mucho los temas en relación a los pueblos originarios desde hace bastantes años. Tengo un amigo mapuche en Neuquén, el me hizo acordar que estaba muy involucrado en algunos conflictos cuando yo vivía en Neuquén hace 22 años, en la comunidad Ragiñ Ko, estuve muy involucrado así con las denuncias del pueblo mapuche mientras estuve viviendo allá y siempre me sentí parte, en lo que podía estar para dar una mano para difundir estuve. Como un militante digamos, como una persona que se sensibiliza con ese tema, después al venir acá a Capital Federal me fui alejando un poco de esa cuestión cotidiana de lucha de los pueblos originarios, y cuando Osvaldo Bayer tira esta propuesta me involucré mucho, porque constantemente viajo por lo menos una vez al mes a alguna comunidad de pueblos originarios, y trato de tomar documentación, de filmar la respuesta de estas mujeres que me cuentan no solo como creen que debería ser esta escultura, sino que pensamos juntos para que creemos que serviría hacer un monumento a los pueblos originarios en la ciudad en la que hay dos cosas muy extremas. Uno cree que si hay una ciudad que no se merece el monumento sería la Capital Federal ¿no?, y por las mismas razones algunos dicen que es la que más se lo merecería. Porque es donde más incidencia va a tener ya que si es la ciudad que más ha invisibilizado la presencia de los pueblos originarios, entonces con una escultura que sería la más grande de todo su patrimonio escultórico va a tener la presencia que requiere, en términos mediáticos que es como se miden muchas cosas aquí.

Plan b o no plan b
Nos han ofrecido otros lugares, pero estamos convencidos que la escultura que nació con la idea de emplazarse en el mismo lugar donde ahora está el monumento a Roca, a 100 metros de la Plaza de Mayo si no se emplaza en ese lugar sería una obra inconclusa y durante el tiempo que esté en otro lugar lo que sembraremos y eso lo hemos hablado con Osvaldo Bayer, será la posibilidad de que las siguientes generaciones, quienes estén sigan trabajando la idea de que este hecho simbólico se produzca y esto no solo depende de la Legislatura porteña, porque me imagino ahora en que pasaría si mañana por alguna cuestión legislativa se saca el monumento a Roca. Lo que tiene que suceder es que la presión popular, la opinión pública sea la que presione a los legisladores a sacar el monumento a Roca porque si no se habría transformado nada, no podría ponerse una ley por delante de la necesidad de la gente, así como no sucede lo contrario. Sacar o desmonumentar a Roca es un hecho simbólico, no importa la cuestión física si sacamos ese monumento o no, lo que se tiene que dar es una discusión. Si se tarda más tiempo para poner el monumento a la Mujer Originaria o no es parte de la anécdota, pero se tiene que dar un buen debate que nos enriquezca a todos, que no genere esto de blanco o negro o las antinomias eternas sino que nos haga crecer como adultos que somos en una democracia que ya tiene una buena cantidad de años, que nos permita lo que te decía, sentir que estamos construyendo nuestra democracia en actos que son pequeños, simbólicos, en donde el arte se ofrece como una herramienta para poder expresarnos pero hacen también a la memoria de todos y están muy en relación a nuestro futuro. Le veo chance a un mayor debate, no sólo porque es necesario sino porque creo que lo que está sucediendo ahora, que nos enteramos que un grupo de mapuches hace una huelga de hambre en Chile o que hay un corte de ruta que genera muertos en Jujuy, que no es nuevo para nada, y esas noticias llegan a la Capital Federal, por algún entrecruce del escenario político. Las noticias llegan, han penetrado para ser tomadas por la opinión pública de aquí, que es quien tiene conglomerados los medios nacionales. O sea llegar a la Capital con noticias que tienen que ver con las provincias no pasaba, o no pasaba tanto. Las provincias se bancaban las noticias de un pozo o un semáforo que no anda en Buenos Aires y nosotros no sabíamos nada sobre una represión o intervención en una provincia. Me parece que ya se están dando las condiciones para que nosotros nos enteremos un poco más sobre estos pueblos originarios que no sabíamos que existían. Cuando nos vamos enterando gracias a ese estudio de un genetista que se llama Corach, que es sobrino del que ya conocen, que dijo que el 56% de la población argentina tiene un vínculo genético con los pueblos originarios, y en el último de los estudios asegura que es un 61%. Somos un país que tiene entre 20 y 30 naciones adentro. País y nación no son sinónimos y creo que la gente de a poco se va enterando de eso. La diferencia entre país y nación. Muy de a poco. ¿Qué es eso, por ejemplo, de qué Bolivia es un país plurinacional? Esos antecedentes hacen que uno se vaya planteando de otra manera como es esto, de que hay humanos en estas tierras desde hace 20 o 25 mil años, ¿no era que teníamos 200 años? Me han dicho toda mi vida que la historia de mi familia comienza con un abuelo o bisabuelo que baja de los barcos, pero ¿con quien se casó el bisabuelo? ¿Dónde está la otra parte de la sangre? Me gustó siempre decir que era europeo porque tengo un bisabuelo europeo pero nunca me reconocí como parte de las raíces de esta tierra enterándome que "ah...con una chinita estuvo el abuelo".

La opinión del porteño
Si, nos estamos metiendo en una ciudad que justamente es compleja, en esta ciudad estuvo Alfredo Palacios, está Macri el público es muy sensible a la propaganda, a lo que se mediatiza, me parece que hay una clave muy sencilla de hacer que es que el que tiene más dinero en esta ciudad para hacer campañas políticas es el que probablemente vaya a ganar más allá del proyecto político que tenga entonces se hace difícil proyectar cual es la línea política de esta ciudad o como interpretamos el conjunto de la sociedad que es lo que está deseando a futuro, en una ciudad que no acostumbra pensar mucho a futuro.

Datos e información
Tenemos unas cinco toneladas y media de las diez que precisamos, estamos constituidos en un grupo al que llamamos MMO Monumento Mujer Originaria. Es muy heterogéneo y con una cantidad de actividades a las cuales invitamos a todos a participar. Por ejemplo hay una comisión que vigila todos el contacto con los centros de acopio de todas las provincias que están juntando el bronce. Hay un grupo de maestros que han hecho un proyecto que se llama "Un niño, una llave", para contar la idea en los colegios, han armado un concurso cuyo premio es un mural que yo hago en el colegio. Hay un grupo de 14 abogados que han formado el CADAI, Centro de archivo y divulgación de asuntos indígenas. Hemos tenido tanta información por estas comunicaciones que hemos tenido con pueblos originarios, muchas veces jurídica, historiográfica, territorial, denuncias sobre cuestiones de la lengua, culturales, varios aspectos, entonces habiendo varios abogados en el grupo, decidimos tomar todas esas declaraciones, denuncias, esa jurisprudencia, y estamos formando un archivo, muy bien armado porque convocamos a bibliotecólogos que están ordenando todo ese material para brindarlo a todos los próximos abogados que tomen casos de defensa de casos de pueblos originarios, esto no lo había. Hay otro grupo de gente que son quienes hacen fotografía o video, y saben editar ideos, un grupo de audiovisuales. Somos unas 5 comisiones de 25 personas, es decir que somos 125 personas que participamos activamente. Todo eso está en la página http://www.mujeroriginaria.com.ar/. En la página figura donde están los centros de acopio para llevar las llaves, el bronce, es muy fácil constituir un centro de acopio nuevo, en una escuela, biblioteca, trabajo, empresa, sindicato, etc. Se imprime un cartelito que ya está prediseñado, se pega sobre un bidón de agua, una caja, y se comienza a juntar las llaves, es muy fácil.

martes, 12 de junio de 2012

“El vínculo fue cortado por la Historia”

UN ANTROPOLOGO REVISA LA RELACION ENTRE LA REVOLUCION DE MAYO Y LA DEFENSA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS

El académico Marcelino Fontán propone una mirada diferente para el 25 de Mayo: observar cómo la facción de Moreno, Castelli y Monteagudo planteaba la igualdad de criollos e indígenas. Y de qué manera la Generación del 80 borró de la historia oficial ese ideario.
 “Sin alterar los discursos americanistas no se podía justificar el genocidio indígena”, plantea como hipótesis el antropólogo Marcelino Fontán. Para este académico, la desaparición ideológica de los revolucionarios de 1810 fue condición para (y potenció) la negación del exterminio indígena delineado y ejecutado por la generación del ochenta. Aunque material historiográfico da cuenta de que Manuel Belgrano o Bernardo Monteagudo promovieron la igualdad entre indígenas y criollos, esta historia no fue aprehendida en el imaginario social argentino. El postulado multicultural de principios del siglo XIX fue despedazado por otro ideario que se cristalizó en la matanza de los pueblos originarios del sur, a finales del mismo siglo. Antes, después y durante, sostiene Fontán, una maquinaria simbólica hizo posible que el grueso de la sociedad asimilara, sin cuestionamientos, el exterminio físico y cultural de los habitantes ancestrales de estas tierras. Ese programa político y económico “llega hasta la actualidad”, bajo nuevas formas de avance sobre territorios indígenas.
El antropólogo, profesor titular en la maestría en Antropología Social de Flacso y docente de la cátedra de Salud y Derechos Humanos (Medicina-UBA), propone reconstruir “un vínculo que fue cortado”, el de las comunidades indígenas y los revolucionarios de Mayo. Y como forma de divulgación de esta historia, sugiere crear en el Espacio de la Memoria un pabellón que dé cuenta del “plan sistemático, que incluyó secuestros, robo de personas, privación de identidad”, que padecieron las comunidades aborígenes.
Fue justamente en la ex ESMA, durante el IV Seminario Internacional de Políticas de la Memoria (Ampliación del campo de los derechos humanos. Memoria y Perspectivas), que Fontán expuso esta hipótesis. “¿Punto final?”, cuestionó acerca del genocidio originario y la desaparición cultural de la generación americanista de la Independencia. Junto a Página/12 amplió estas ideas, ante un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.
–Matanzas de aborígenes existieron en varios momentos, ¿qué impronta particular tiene la impulsada por Julio Roca?
–El genocidio indígena está a lo largo de toda la historia colonial, pero el Estado argentino, entre los años 1879 y 1880, en la llamada Campaña del Desierto de Roca ejecuta un genocidio físico y cultural con un plan sistemático: negación de identidad, secuestros, apropiación de personas. El exterminio de esas poblaciones como tales era el gran objetivo. En muchos casos, esos pueblos continuaron en estado de sometimiento con intervenciones violentas, vinculadas con la explotación como mano de obra o a la represión ante la resistencia. Lo mismo ocurrió en la Campaña del Chaco, que empezó cuatro años después que la de la Patagonia, a cargo del general Benjamín Victorica. Allí, además de toda la lógica utilizada en el sur, se puso el acento en el sometimiento físico para así garantizar trabajadores para los obrajes e ingenios de las grandes empresas.
–Ese genocidio tuvo como manto discursivo la existencia de un otro que debía ser exterminado porque era “salvaje” o “no educable”, ¿qué ocurrió entonces con los postulados indigenistas de principios de siglo?
–Esos genocidios son resignificados en la historia como una expansión de la civilización frente al mundo salvaje. Lo interesante es que, décadas antes, la fracción de los americanistas de Mayo compuesta por Mariano Moreno, Juan José Castelli, Bernardo Monteagudo, Manuel Belgrano y José de San Martín tenía una posición frente a la cuestión indígena que planteaba la igualdad absoluta de todos ante la ley. Tomaron las ideas de la revolución francesa, las llevaron a la realidad americana y la hicieron extensiva a la población negra, indígena y criolla.
– ¿Cómo se tradujo eso en la práctica?
–Monteagudo, Moreno y Castelli eran abogados que estudiaron en la Universidad de Chuquisaca (actual territorio de Sucre, Bolivia) y allí recibieron la memoria oral de la rebelión de Túpac Amaru II (Gabriel Condorcanqui), de 1780. Y como abogados defendían causas indígenas contra la explotación de esos pueblos en las minas.
– ¿De qué forma plasmaron en lo institucional esta concepción de igualdad?
–Tenían un proyecto común. Por ejemplo, Monteagudo es una figura dejada de lado, que tiene una trascendencia enorme en este sentido. Entre otras acciones, redacta la proclama de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, donde la reivindicación de la libertad para el indígena es central, y junto a Castelli, en la campaña del Alto Perú, realizaron la proclama de Tiahuanaco, que eliminaba toda forma de servidumbre de los indígenas. Monteagudo tiene un paralelismo bastante fuerte con la figura del Che. Fue un tipo que estuvo en todos los movimientos revolucionarios, con un papel activísimo para concretar este ideario americanista.
– ¿Cuándo se empiezan a silenciar estas voces?
–Aunque fue un largo proceso, el recorte de estos discursos, resignificados en términos donde se vuelven inocuos, toma fuerza cuando se comienza a reescribir oficialmente la historia por la Generación del Ochenta. En 1882 es citado el primer Congreso Pedagógico Nacional por el gobierno de Roca. Allí se establecen los planes de estudio que apuntan a una población inmigrante, recién llegada y sin memoria. Reciben un relato histórico que justifica el nuevo modelo de país. Eso se enmarca en un operativo cultural, que también incluye a la literatura, la plástica, la ciencia. Es decir, sin alterar los discursos americanistas no se podía justificar el genocidio indígena.
– ¿Cómo se manifestó esa maquinaria?
–Por ejemplo entre 1884 y 1887, Estanislao Zeballos escribe su famosa trilogía donde da una versión de las costumbres de “los salvajes” cargada de valoraciones negativas, que contribuyen a justificar que hayan sido desplazados. En los mismos años, José Hernández escribe el Martín Fierro, que más allá de los méritos literarios, hace circular como ideología un profundo desprecio del indígena e incluso de alguna manera celebra que sea aniquilado. Es interesante la difusión del libro, que según algunos estudios, para fines de los ’80 había vendido 50.000 ejemplares en un país de poco más de dos millones de habitantes. También, Ángel Della Valle, pintor de La Vuelta del Malón, presenta desde la plástica una imagen del indígena como un ser feroz y oscuro. Ese tipo de pinturas se incorporan a los libros de texto y trabajan sobre ese nuevo discurso.
–De alguna forma esto desemboca en una Argentina aparentemente moderna, crisol de razas y granero del mundo.
–La generación del ochenta piensa un país, lo delinea y pone en juego todo. Es un modelo de pensamiento estratégico, que claramente estableció una visión hegemónica. Entonces la tarea nuestra es absolutamente contra hegemónica. Hace falta deconstruir todo este proceso que nos llevó hasta aquí, para empezar a entenderlo de nuevo.
– ¿Por dónde comenzar?
–Hay que comprender que aquellos revolucionarios de Mayo reconocían en Túpac Amaru II al verdadero referente de la revolución americana, quien además tuvo un programa económico y social. Por eso es que Belgrano propuso en el Congreso de Tucumán una forma de monarquía constitucional que retome la tradición de los incas y que tenga a un descendiente indígena a cargo del gobierno del Río de La Plata. Eso fue desdibujado en nuestra historia, pintado como un arranque de locura de Belgrano. Lo que se perdió entonces fue un proyecto político contrapuesto al que triunfó.
–Belgrano no sufrió el olvido de Monteagudo, pero sí fue despojado de su discurso indigenista.
–Ignorar a Belgrano no era posible. Pero las relaciones de poder que se establecen después de 1880 chocan con su discurso. Eran indigeribles las ideas de libertad, igualdad y fraternidad entre criollos e indígenas al lado de Sarmiento, vocero del positivismo, que consideraba que estos habitantes originarios de América eran animales bípedos. Fue una dura tarea la de recortar, y se llevó a cabo con delicadeza, manteniendo los nombres y citando los hechos, pero deformándolos. Este relato fue entregado a los inmigrantes que poblaron la Argentina. Y mientras éstos recibieron una historia del nuevo lugar, los indígenas ya contaban con una memoria de esta tierra. Esa memoria es la que se buscó silenciar mediante el genocidio.
– ¿Por qué cree necesario releer los discursos de Moreno, Monteagudo y Belgrano?
–Desde el debate ideológico, volver a poner en escena a los revolucionarios de Mayo, después de 200 años, no estaría nada mal. Pero sobre todo, sería valioso que los propios pueblos indígenas puedan reconectar su pasado con las luchas de aquella generación, culturalmente desaparecida, que peleaba junto a ellos. Es una relación que fue cortada. Ese ideario americanista es parte de la historia de los pueblos originarios que habitan el actual territorio argentino.
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