La comunidad Toba Qom de la Primavera hace años que viene llevando adelante su lucha pero pocos lo sabían, pocos conocían siquiera de su existencia.
Ellos, como otros pueblos originarios, sólo son noticia cuando sus niños mueren desnutridos o cuando logran enfrentar a las multinacionales que les roban sus tierras.
Lo más triste de esto es que esos mismos grupos sojeros son los que, como la AFA (Agricultores Federados Argentinos), lanzan campañas por el medio ambiente y en solidaridad con pueblos originarios como los wichis, pidiéndole a la población que lleve ropa a sus locales para donarlas a éstos y a cambio te dan una “linda” bolsa para hacer los mandados y así cuidar el medio ambiente y desalentar el uso de las bolsas de polietileno. Una burla. Una verdadera risotada en la cara de los pueblos originarios y de todos nosotros. Es más, me atrevería a decir que es una burla a la historia querer compensar con ropa usada y vieja el robo y la contaminación de las tierras que les engordan los bolsillos a esos “agricultores”.
Señores y señoras agricultores, esos indios como les llaman, esos pobres son los verdaderos dueños de la tierra, 10.000 años así lo demuestran. Sí, ellos son los verdaderos dueños aunque no posean títulos de propiedad.
Por eso es que creo que estos hechos nos deben servir de ejemplo para ponernos a pensar en ellos. De una vez por todas debemos dejar de lado esa falsa idea que dice que nosotros, los “blancos” descendimos de los barcos, que somos hijos de europeos y más aún que construimos y/o levantamos estas tierras con el sudor de nuestro trabajo.
Hoy se están cumpliendo seis meses de la brutal represión a la comunidad de la primavera, posiblemente ya no sean visibles los moretones y las marcas en los cuerpos de esos originarios, pero ahí están, eso no se olvida.
Invito a repensar, a reflexionar sobre nuestro pasado, nuestra cultura. Por qué no, a averiguar que esconde nuestro apellido, el del vecino; si uno indaga, estoy seguro que te podés sorprender. En argentina, no todos somos hijos de españoles, franceses, italianos u otros. Te lo aseguro, hay estudios que así lo demuestran, en nuestras venas corre sangre originaria, y eso, a pesar de que tu apellido sea García, por ejemplo; sucede que mucha gente no lo sabe, se lo hicieron olvidar a la fuerza y muchos otros se olvidaron para no tener “problemas”.
Les cuento una anécdota: haciendo el censo el año pasado, censé a mucha gente con rasgos bien originarios, algunos de estos eran oriundos de Santiago del Estero. Entonces cuando le preguntaba si había alguna descendencia originaria en su familia respondían que no lo sabían, pero dudaban antes de responder. Pero hubo una respuesta que sostiene lo que vengo diciendo y motivó esta anécdota. Una señora, santiagueña ella, al hacerle la habitual pregunta ¿hay originarios en su familia? O algo así, no recuerdo bien, pensó antes de responder y dijo que no sabía, que creía que si porque en el pueblo de donde venía eran todos indios.
Esto es lo que hemos estado haciendo y esta fecha puede presentarse como un buen momento para generar un cambio con respecto a los pueblos originarios.
A veces nos creemos que la identidad es cosa de la última dictadura y el robo de bebés. Pero no, el robo de la identidad lleva más de quinientos años y el genocidio ni hablar.
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