Estas viviendas baratas son ecológicas, construidas con desechos y además ahorrativas al usarlas. Son diseñadas por un arquitecto norteamericano que se ha especializado en este tipo de construcción. Están ayudando a solucionar problemas de vivienda en Haití. En los Estados Unidos hay una comunidad con estas casas en diseños más evolucionados, más amplias y completamente sustentables. El proyecto cuenta con una organización admirable, tiene su sitio web earthship.com y es muy activo. Las personas participan construyendo sus propias casas.
Este modelo en la foto es una vivienda barata, básica y de tamaño menor a las que se están construyendo en USA, pero suficientemente grande para una familia y valiosa para quien perdió su casa en el sismo último y nada tiene. La construcción es durable y resistente a huracanes o eventuales terremotos. La idea de este arquitecto es muy inspiradora, nada convencional, contempla las necesidades actuales con respecto a las acciones a tomar para no contaminar el planeta y usar la energía responsablemente.
El concepto que acompaña a esta idea es el de libertad. Las casas así construidas consumen muy poca energía, son de construcción barata y autoconstrucción con neumáticos, botellas y latas, pueden procesar los desechos, generar energía eléctrica de paneles solares y del viento, también se acompañan de una huerta para alimentos. Revise un posteo sobre bioconstrucción.
La idea básicamente es hacer una casa con la mayor proporción de materiales reciclados posible y tan sustentable como se pueda lograr. La vivienda se ambienta ayudándose con la masa de la tierra, utiliza doble aventanamiento, toma agua del aire y acumula agua de lluvia. Su costo de funcionamiento anual en facturas de energía a pagar es apenas de 100 dólares. Las casas se hacen alargadas, una pared vidriada doble mira hacia donde rinde más la radiación solar, la otra da a la masa de la tierra y el estanque. Se calienta y enfría usando recursos.
Pues a ver si se extiende la idea como la de los microcréditos.
ResponderEliminarOjalá, sólo hay que animarse no.
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