"Hasta ahora, los filósofos han tratado de comprender el mundo; de lo que se trata sin embargo, es de cambiarlo" Karl Marx

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jueves, 21 de octubre de 2010

Proyecto de Monumento a los Pueblos Originarios

La Historia es una poderosa arma política. La llamada Historia Oficial empieza a escribirse con Bartolomé Mitre, el jefe triunfante de la oligarquía porteña, a fines del siglo XIX. Si bien Mitre realiza un trabajo heurístico (recopilación de información y documentos) muy importante en algunos casos (como en "Historia de Belgrano y la independencia argentina", 1876, contando con 3000 fuentes) el desvío se centra en la selección y en la interpretación de los hechos. Así la clase dominante consigue imponer sus ideas al resto de la sociedad. Las mismas estaban basadas en la intención política de forjar una mentalidad colonial, exaltando al capital británico y la oligarquía pro británica, la idea de que la Revolución de Mayo había sido un movimiento separatista, antihispánicos, probritánico y por el libre comercio; el anti-latinoamericanismo, el desprecio por los caudillos del interior y sus masas montoneras en la lucha contra la opresión de la capital, la concepción "civilización o barbarie" tan cara para nuestro país. Es la historia que triunfa debido a la ruptura de la tradición oral como producto de las masivas inmigraciones, un fenómeno interesante de analizar como cita el historiador Norberto Galasso en sus apuntes sobre las corrientes historiográficas en la Argentina.
Resulta interesante recordar cómo Homero Manzi hizo alusión a Mitre "el prócer que se dejó un diario de guardaespaldas", en referencia la diario La Nación que siguió con la línea elitista y conservadora de su fundador y que, por estos días, está siendo protagonista del mayor escándalo debido al fuerte debate acerca del rol de los medios de comunicación y su relación con los crímenes de lesa humanidad: en este caso junto a Clarín por la apropiación ilegal de Papel Prensa en connivencia con los dictadores. No es para nada una casualidad que aún hoy siga vigente el pensamiento mitrista que forjó las bases para que seamos una semicolonia y que lo haga en su "guardaespaldas", el diario La Nación, en un artículo de 2004 que niega el genocidio, exalta a Mitre y a Roca (1)
Se desprende de esta introducción y del trabajo de parte del revisionismo histórico, sobre todo de la corriente historiográfica socialista o latinoamericana, la necesidad de contarnos aquella historia que guarda las marcas de esa identidad inconclusa que deseamos reconstruir y que está en una constante dialéctica.
No resulta casual que los pueblos originarios hayan sido desterrados en la Historia Oficial o que la misma se haya encargado de delimitarlos como la "barbarie" que era necesaria aniquilar para bien del "progreso". Ese Estado Nación que se fundó bajo la represión de los diversos posibles aún hoy tiene una enorme deuda con estos pueblos. Y la comunidad también debe darse el trabajo de avanzar en la reivindicación y la aceptación y respeto por la diversidad.

Esa es la intención de un proyecto colectivo que, con la iniciativa del historiador Osvaldo Bayer y el artista plástico Andrés Zerneri, busca llevar a cabo la batalla por el sentido. El Monumento a la Mujer Originaria se presenta como una obra colectiva porque necesita del aporte de todos para su ejecución, ya que se trata de la recolección de elementos de bronce que se recepcionan en diferentes centros de acopio en todo el país. La obra tendrá diez metros de altura y buscará emplazarse en el mismo lugar donde hoy descansa el monumento en pleno centro porteño del general Julio Argentino Roca, principal responsable del genocidio de originarios en la Patagonia.
El proyecto fue presentado a la Legislatura Porteña el pasado miércoles y el sábado 25 se llevó a cabo un festival frente al monumento de Roca, en Diagonal Sur y Perú, con la participación de Osvaldo Bayer, Andrés Zerneri, la legisladora porteña María José Lubertino, la conducción de Gisela Busaniche y la actuación de Horacio Fontova, Karamelo Santo, Las Pastillas del Abuelo, La Chilinga, charanguistas y músicos sikuris. Estaba pautada también la actuación de Víctor Heredia que no pudo concretarse por cuestiones personales. El festival se desarrolló con una nutrida participación, gran presencia de jóvenes y estuvo llena de contenido acerca de los sucesos históricos de injusticia que convocan a la participación y a estrechar lazos de conciencia y solidaridad.

Esta obra se propone como un proyecto de arte colectivo, como un acto simbólico para visibilizar una problemática que es la de la exclusión y el no reconocimiento de los derechos de quienes son diversos, de quienes habitaron estas tierras antes de la llegada del español y mantienen más de 500 años de resistencia. Un proyecto por un cambio de actitud y de conciencia, el fomento de nuestra memoria histórica y la construcción de nuestra identidad.

Estoy absolutamente convencida que debemos avanzar en la conquista de derechos que han sido conculcados, por la justicia y reparación de estos daños históricos, por la victoria de un proyecto popular y plurinacional que nos hermane en la lucha con nuestros pueblos originarios.


Para más información se puede entrar a la página del proyecto y al blog
www.mujeroriginaria.com.ar
http://www.mujeroriginaria.blogspot.com/


(1) http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=656498

Publicado el 29 deseptiembre de 2010 en http://discursividadsocial.blogspot.com

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