“A partir de ese momento la cagamos!!!” me dijo en una
clase de ciencias sociales un estudiante y me dejó pensando hace unas letras
atrás, con este día “N” de hoy.
“La
revolución neolítica” cambiaría el modo de vida del hombre hasta hoy. Con ella, con la irrupción del neolítico
quedaba atrás la etapa más larga del hombre sobre la tierra. Entre los ríos Tigris y Éufrates en el actual
Irak o en las márgenes del Nilo en Egipto, sólo para citar un par de sitios
clave. El hombre, los hombres comenzaron
el proceso de sedentarización en torno a lo que llamamos “la media luna fértil”. Pequeños clanes comenzaron a levantar sus
aldeas, luego ciudades cada vez más complejas en cuanto a la organización política
y religiosa y como diría mi pequeño estudiante: “la cagamos”, porque no
sólo abandonábamos esa “libertad”, que cientos de viajeros se resignan a
abandonar y a pesar de todas las ventajas que ofrece una vida sedentaria, en
cualquier tiempo y lugar, su ámbito ha estado y está en el camino. Caminando, haciendo dedo o autostop, en
aviones o trenes moviéndose de aquí para allá con el afán de no establecerse en
un lugar sin más y que la vida transcurra con total “normalidad”.
A
mí se me ocurre que viajamos porque es algo que está en nosotros, que es parte
de ese primitivismo que todo ser humano guarda en cada célula. Qué más allá del mercado turístico y las
vacaciones. Moverse, es una acción implícita
en el cuerpo que algunos llevan a límites inimaginados como cargarse una mochila
al hombro y salir sin tiempo a conocer el mundo.
Pero
volvamos sobre las palabras del estudiante de sociales “A partir de ese momento la cagamos!!!” Dijo y yo no pude retarlo por su vocabulario
soez, sino que me reí y le permití que se explicara. Para mí sorpresa, él había comprendido perfectamente
el concepto de revolución, de cambio y por sobre todo llegó a la conclusión de que
la división de clases que se generaría desde entonces sólo beneficiaría a unos
pocos. Fascinado por sus respuestas, lo
incentivé a que hurgara más en su reflexión y no lo dudó mucho y salió
diciéndome que “la vida del hombre estaba mal”.
Qué él no despreciaba las ventajas del sedentarismo. Que el estarse “quieto” en un lugar, nos
había permitido comenzar un proceso de avances tecnológicos que si bien
favorecían nuestro desarrollo como especie, como sociedad, “también nos jodía” Y aunque ahora sí tuve que llamarle la
atención por el vocabulario, le pedí que siguiera explicando. Lo hizo, dio un salto enorme y comenzó a
criticar la evolución y a comparar el proceso de explotación con los efectos de
la sedentarización del siglo XX y XXI
Llámese obesidad, tabaquismo, problemas cardíacos y cosas así.
Concluida
su explicación, no podía hacer más que felicitarlo y me quedé pensando cuan
responsable podía ser yo, puede sonar soberbio de mi parte, de sus palabras. Pero en realidad el mérito es todo suyo. Su profe de sociales, sólo le ofreció otro
camino al saber porque mis clases, tienen algo “diferente” porque con ese
grupito de pebetes de doce y trece años tenemos una “química” especial y cuando
estudiamos, además del clásico manual, trabajamos con muchos blogs de viajeros
que recorrieron o están recorriendo esos lugares que nosotros estudiamos. Ellos saben que a mí me gusta la mochila al
hombro y hacer dedo, les encanta que abandone la clase para contarle por dónde
he rumbeado o a partir de lo que conozco por otros blogueros viajeros los lleve
de paseo por esos lugares que nos parecen tan lejanos, tan imposibles de
alcanzar. Se matan de la risa cuando
recorremos los caminos de la historia subidos a un carro tirado por caballos
hasta que un día, zaz, el camino tiembla por kilómetros y entramos en un
proceso de cambio y comenzamos a andar por el Neolítico. El carro ahora es un Mercedes Benz 1114, el
vehículo lo eligieron ellos para explicar el cambio revolucionario, o, cuando
recorrimos la ruta Panamericana, ¡en el 1114 claro! Y al llegar a Bering, dijimos: “seguimos y
recorremos todo el Cinturón de Fuego” Así
viajamos y es maravilloso.
No
sé si algún día ellos o yo visitaremos tantos lugares como los que estudiamos
en toda nuestra vida escolar. Ni
siquiera sé a ciencia cierta si estos jóvenes se acordarán en un par de años del
“profe viajero” que por los medios que puede los invita a viajar. Lo que sí sé es que este día “N” es especial.
Hace
unos días, el estudiante que les mencioné me escribía en mi muro de facebook “que
se había comprado unas zapatillas como las mías y que de a poco, se iba a
convertir en mochilero como yo”, jajaja J
Ese
chico, si que sabe cómo ganarse un diez!!!
Te querés sumar a este
juego, a este desafío (Días de Abecedario- invitación de Camino Mundos) de escribir tantos días como letras tiene el
alfabeto, o, tal vez preferís escribir una vez al mes porque no tenés tiempo
por ejemplo, entonces te podes sumar al Veo Veo.
Enterate en que consiste
cada juego en “Juegos entre blogueros”
No hay comentarios:
Publicar un comentario