"Hasta ahora, los filósofos han tratado de comprender el mundo; de lo que se trata sin embargo, es de cambiarlo" Karl Marx

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jueves, 31 de marzo de 2011

Malvinas

Se acerca otro dos de abril, otro día en que Argentina conmemorará "El Día de los Veteranos y Caídos en Malvinas".  Por eso los invito a leer esta entrevista:

ENTREVISTA AL HISTORIADOR MALVINERO FEDERICO LORENZ

Por Julia Mengolini y Federico Scigliano.
http://pircasytrincheras.blogspot.com/2010/07/entrevista-al-historiador-malvinero.html
 
Decir que la guerra de Malvinas fue una máscara para legitimar a una dictadura en decadencia, es una obviedad. Que el accionar de los milicos fue más que irresponsable, criminal, no es algo que dé mucho lugar a controversias. Pero, ¿qué son las Malvinas? ¿Qué valen? ¿Por qué aún hoy, después de tantos años de reclamos y de una guerra que dejó como secuela uno de los capítulos más humillantes de nuestra historia se sigue reclamando la soberanía sobre unas islas perdidas en el Atlántico Sur? Todos estos interrogantes le hicimos llegar al historiador Federico Lorenz.

- ¿Cómo hacer para hablar de Malvinas sin caer en un discurso patriótico facho?
- Por oposición habría que pensar qué es lo que vuelve a Malvinas una causa popular, democrática y latinoamericana. Y la aproximación histórica a Malvinas es el primer camino porque Malvinas abre toda una cantidad de paradojas acerca de un sentimiento con mucho arraigo pero impulsado por una dictadura. Lo primero es reconocer que es algo que todavía hoy es patrimonio en gran medida de un discurso muy reaccionario. Como es un espacio vacante de otros sectores, termina sin querer respaldando posiciones que son autoritarias, entendiendo también que Malvinas es más que la guerra. Tanto tiempo después deberíamos poder empezar a pensar otra vez las cosas separadas. Cuando criticás la guerra pareciera que estás en contra del reclamo de soberanía. Se puede hacer el reclamo desde otra forma.

- ¿El valor del reclamo de soberanía es simbólico o de verdad se trata de un punto geopolítico estratégico?- Las dos cosas: yo creo que estás peleando simbólicamente ciertos significantes que para mí son importantes: la nación, el pueblo, la patria, pero también está el reclamo concreto por un archipiélago en un marco de disputa por recursos escasos y realineamientos mundiales. Por eso tiene una relevancia muy importante plantear Malvinas hoy como una cuestión regional y no argentina.

- ¿Por qué pensás que respecto de Malvinas hay un espacio vacante en el discurso político argentino?
- Porque Malvinas fue el caballito de batalla para refrescar los vínculos civiles con la Dictadura. Se puede alegar, y probablemente con base real, que se desconocían muchas de las cosas que sucedían en la Argentina, pero en Malvinas no. Fue un hecho público con un apoyo bastante importante. Cuando se produce la llamada a elecciones, Malvinas sirvió para decir “ustedes estuvieron con nosotros”. Entonces cuando el gobierno radical buscaba deslegitimar y quitarle piso simbólico y base social a la Dictadura, Malvinas aparecía como un problema. Lo que sucede es que después de eso no se generó un discurso democrático sobre Malvinas.

- ¿Qué es lo que se puede hacer desde la Democracia?
- A mi me parece que hubo proyectos y discursos truncos en relación con Malvinas, como cuando en los 80’s las agrupaciones de ex combatientes y muchas juventudes políticas tenían una consigna que era “Volveremos a Malvinas de la mano de América Latina”. Eso de algún modo vuelve hoy desde el planteo del Estado argentino frente a los organismos internacionales en alianza con otros presidentes de la región. Otra clave también es preguntarnos históricamente por quiénes son los que pelearon en Malvinas. Ahí también hay una deuda social muy importante. Si vos dejás que las instituciones hablen solamente sobre Malvinas, se pierden cantidad de historias regionales, personales. Eso también matizaría el discurso sobre Malvinas que, insisto, es patrimonio de pocos: de las Fuerzas Armadas por un lado y de las lecturas en clave de historia política institucional que dicen “fue un manotazo de la dictadura”, y listo. La investigación mostraría que fue mucho más que eso.

- ¿Qué más?
- Por ejemplo para muchos de los jóvenes que fueron a las islas, hay una cantidad de motivaciones y pertenencias regionales en relación a Malvinas que no aparecen en estas lecturas. Nosotros todavía estamos en un proceso de armado de lo que son las experiencias sociales sobre la Dictadura. Las experiencias sobre Malvinas fueron muy distintas de acuerdo al lugar del país en el que uno estaba. En muchas regiones del país Malvinas es mucho más significativo que el terrorismo de estado. Esto no implica establecer jerarquías, sino que tenemos que entender que la forma en la que nos vinculamos con esa época todavía es conflictiva. Esta explicación de verlo solamente como una maniobra de la Dictadura fue suficiente en su momento. Pero eso sigue funcionando. En la performance del Bicentenario fue conmovedor ver a los soldados marchando con las cruces en la espalda, pero son muertos, no decimos mucho más que eso. Acá hay una pregunta recontra política, ¿qué debería decir el estado democrático sobre Malvinas hoy?”

- ¿Sobre la guerra de Malvinas o sobre el archipiélago en sí?
- Sobre la guerra. Lo que empasta la discusión sobre el reclamo es que todavía seguimos discutiendo en clave del 82. Si vos querés sostener una política a largo plazo por parte de un estado democrático, popular e inserto en América Latina, tenés que establecer una serie de pisos conceptuales sobre Malvinas y es ambiguo porque las Fuerzas Armadas que condujeron un hecho que tuvo un amplio consenso social, son las mismas que reprimieron a esa sociedad que apoyó el desembarco. Eso es lo que hay que empezar a discutir o volver a discutir. Es fenomenal que aparezcan los muertos de Malvinas en un desfile histórico temático sobre el Bicentenario pero “lo que digamos sobre los muertos, la verdad que a los muertos no les resuelve nada”. Ahí hay toda una revisión de cómo nos relacionamos con los muertos en las guerras nacionales, ¿había una forma o debería haber una forma antes de Malvinas y después de Malvinas? ¿Se puede ser víctima y héroe a la vez? A lo mejor esa es la pregunta.

- El reclamo en realidad data de 1833, ¿qué pensaba la sociedad antes de la guerra de Malvinas?
- Muy dispar, tenía mucha presencia en la cultura política argentina pero con altibajos. Lo que es emblemático es que hasta el año pasado, por ejemplo, desde el Ministerio de Educación nacional, no había habido pronunciamientos sobre Malvinas, desde el 82. Ahí hay una cosa que es muy complicada porque muchos de los que combatieron en Malvinas son héroes de la nación por ley del Congreso y a la vez fueron represores. Eso debería devolver algún tipo de pregunta: ¿Podemos honrar como héroes de una guerra en función de un reclamo legítimo a personas que reprimieron a su propio pueblo en nombre de la patria? Esa es la discusión que te abre Malvinas. Lo impresionante es que se avanzó mucho conceptualmente en relación con la Dictadura pero en relación con Malvinas al estar la cuestión sagrada de lo patriótico, eso se frena.

- Me acuerdo una frase de Edgardo Esteban, “Malvinas es de quienes la amamos”, ¿por qué carajos Esteban amaría las Malvinas?
- Porque casi se muere ahí. Ahí entran en las cuestiones de las experiencias distintas. Un pibe de 16 años hoy me puede decir: “A mi me importa tres cuernos las Malvinas”. O sea, cuando vos instalás una causa, si tenés una apertura democrática a esa causa, corrés el riesgo que a los nuevos, a los más jóvenes, no les interese. Lo de Edgardo es comprensible, como están también los ex combatientes que dicen: “Yo no quiero saber más nada y fue lo peor de mi vida”, y hay ex combatientes que fueron a Malvinas a construir su identidad sobre la experiencia de la guerra. Aquí no tenemos que quedar entrampados en oponer memoria a olvido, es decir, la gente puede elegir olvidar como parte de la memoria y a lo mejor eso es parte de la discusión política también. No es muy simpático pero parte de la discusión es decir cuál es el sentido de Malvinas hoy en un proyecto político nacional.

- Felipe Pigna decía “está muy bien el reclamo pero tenemos 25 prioridades que son Formosa, Corrientes…”- Ahí está la cuestión de la marca desde dónde estás pensando tu pertenencia o no a una comunidad. Malvinas tendría mucho más sentido y haría mucho más carne en la gente -pienso en políticas de estado- si estuviera dentro de un proyecto político nacional. Lo que a mí me diferencia en todo caso de un fascista es que yo no pienso que no hay Argentina posible sin Malvinas. Pienso que para imaginar una Argentina posible también tenemos que poner en discusión las Malvinas. Eso no quiere decir tirar a la basura el sacrificio de nadie, quiere decir que no nos extorsionen con ese sacrificio, me parece que esa es la cuestión.

- ¿Qué idea de la juventud se construyó en Malvinas?- En la época de la guerra los jóvenes eran vistos como la posibilidad de regeneración nacional, eran jóvenes que no estaban atravesados -en el discurso, quiero decir- por las peleas facciosas. Malvinas había unido a todos. Entonces esos jóvenes protagonizaban el cambio, y claro, el problema es que esos jóvenes perdieron. Entonces en el retorno entraron en el discurso genérico sobre los jóvenes de la transición a la democracia que eran los jóvenes inocentes y apolíticos victimas de la Dictadura, justamente para no ser esos jóvenes que la Dictadura perseguía, que eran los jóvenes politizados. ¿La pregunta es qué uso -en el sentido político y material- hacemos como sociedad de esos jóvenes? Es una sociedad filicida, una sociedad que se come a sus hijos de distintos modos, se los come en la represión, se los come en Malvinas, pero también en un proceso de endiosamiento y de persecución o estigmatización después.

- ¿Toda guerra tiene una tasa tan alta de suicidio en los sobrevivientes como la de Malvinas?- No. Se debe a una cantidad de factores, pero en primer lugar a que la historia de ellos o la historia que se construyeron no encarna en las historias públicas sobre la guerra. Otra tiene que ver con la nulidad de los mecanismos de contención social cuando la guerra terminó: no había pensiones, no había sistema de salud, la obra social de los ex combatientes es el PAMI. Tiene que ver también con el momento en que fueron a la guerra y el momento en que volvieron. Es decir, en el momento en que estaban planificando cómo siguen su vida, qué van a estudiar, fueron trasladados a un lugar en el cual de un momento a otro podían morir, porque veían que la gente moría. Eso altera completamente la escala de valores. Si no hay un espacio acorde para recibir y procesar eso socialmente, lo termina procesando la persona sola y hay quien puede salir y quien no. Y un error también es pensar que la guerra se termina cuando se firma la rendición o el armisticio, en la cabeza de estas personas la guerra sigue todos los días. Hay una responsabilidad social que si no es asumida socialmente es encarnada y vivida individualmente. No es casual que en Inglaterra suceda lo mismo, porque siendo que ellos fueron vencedores, la visión pública sobre la guerra es bastante parecida a lo que es la visión aquí. Acá se habla del manotazo de ahogado de Galtieri y allá se habla de la maniobra política de Thatcher, con lo cual la pregunta -que es la pregunta de todas las guerras- es: “¿Por qué arriesgue mi vida yo? ¿Por qué morí?”. Es muy importante lo que la sociedad hace después con eso, porque si no lo tiene que resolver cada uno como puede y el “como puede” es, a veces, que no puede.

- Tampoco les dieron subsidios…
- En el 84 se votó la ley de Reparación pero se reglamentó recién en 1989 eso quiere decir que durante 5 años no tuvieron nada. La política del Estado Nacional más que de abandono fue de ocultamiento.

- ¿Por qué el alfonsinismo produjo ese ocultamiento en los 80’s?
- Yo no voy a exculpar a los radicales pero tenían demasiados frentes y hoy es muy fácil pensar al actor militar en el lugar marginal en el que está en términos políticos. Era un factor a tener en cuenta y una de las formas me parece de no romper demasiado, tenía que ver con no tocar cosas que para los militares eran sagradas.

- ¿Por qué te interesa el tema de Malvinas?
- Diría que todavía hoy hay una situación de profunda injusticia en términos de historia de la guerra y desconocimiento de las historias de la gente que fue ahí. Y a ese interés inicial se agregó que me parece que en Malvinas hay una clave política para discutir no sólo la sociedad que llegó a la Dictadura, sino la que queremos. O sea, hay una cantidad de variables que atraviesan Malvinas, por los significantes que tienen un sentido hoy. Me parece que una primera cuestión es preguntar. Yo me considero, en relación con Malvinas, un buen preguntador.

- ¿A qué le decís Ni a palos?
- Al abuso. E.P. Thompson, que era un gran historiador marxista, decía que las mayores revoluciones sociales vienen por cuestiones fundamentales como la falta de comida o la violación de la dignidad. Eso es abuso.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Maestros, profesores y educadores PRESENTES... II

Liliana Ester Aimeta

Nació el 18 de Junio de 1954. LC 11.122.422, CI 6.996.412. No.CONADEP 1059.
Trabajaba como maestra en el colegio "Nuestra Señora del Rosario". Fue desaparecida el 28 de Noviembre de 1976  Se la llevaron de su casa de la calle
Baigorria 3444, 1º “D”, Villa del Parque, tenía 22 años.

martes, 29 de marzo de 2011

Maestros, profesores y educadores PRESENTES...

Eduardo Luis Vicente (Asesinado el 10-03-77)

Eduardo había nacido en Parque de los Patricios el 23 de julio de 1952. Era maestro, delegado sindical, militante social, docente y escritor. Escribía cuentos para niños junto a su amigo Daniel Feldman. Sus libros fueron expuestos en la Feria del Libro, a comienzos de 1977. Eduardo amaba a sus alumnos, sus amigos, a la vida. Fue una excelente persona, muy solidario, de gran corazón. En su camino como maestro, conoció a Carlos Alberto "Cacho" Carranza, Guillermo Barros.
El 10-03-77, fue muerto por la represión. Tenía sólo 24 años, y un mundo de sueños y proyectos.
Hoy dos escuelas públicas llevan su nombre, la Nº-D.E-Nº21 y el Centro de Formación Profesional Nº14.
Vivirá por siempre.

A continuación podrán leer uno de exelentes textos:

Que Sea Mentira

Ahora que mi cuerpo emerge lentamente del involuntario letargo a que fue sometido. Ahora que se libera de estas crueles cadenas opresoras que le impedían vivir. Ahora que la sangre fluye nuevamente por mis venas, e inunda y embriaga de vida mis moribundas entrañas. Ahora que puedo estar fuera de esa sinfonía mental, sin confundirme con la maraña de pensamientos y sentimientos que brotan, se mezclan, chocan y entrecruzan, pretendiendo salir a la verdad de la idea o la decisión, y que en su estéril afán solo logran afirmar la confusión total que me desespera y que me quita y hace perder el flujo misterioso e inasible que me impulsa. Ahora que puedo amanecer recorriendo y reconociendo la trayectoria solar de mi existencia. Ahora, que mis pasiones han muerto o han sido vilmente asesinadas por mi mano cruel. Ahora que mi ansiedad es arena que errante vagabundea entre la arena del infinito desierto de los mortales. Ahora que el mar es un cúmulo liquido en el que navegan o se ahogan mis inhibiciones. Ahora que el frío de la nada entibia mas que mi corazón que late sin calor. Ahora y luego que dos manos frías, indiferentes y distintas hirieron mortalmente a mis anhelos, sin piedad ni compasión. Ahora que esas dos manos distintas me enseñaron que el fuego es combustión, el amor una palabra y el perdón un imposible. Ahora que esas dos manos indiferentes me hicieron conocer la VERDAD Y LA LIBERTAD, ahora se que no hay después.
YO

Maestros, profesores, docentes y educadores PRESENTES...

Francisco Isauro Arancibia

Fue el primero de una larga lista.  Me he propuesto (bajo la etiqueta PRESENTES), de a poco, ir subiendo sus nombres, las condiciones en que fueron detenidos-desaparecidos estos educadores, si dejaron hijos.  
Algo para no olvidarlos jamás...

Lo acribillaron a balazos en el local del gremio docente tucumano, el 24 de marzo de 1976, junto a su hermano Arturo. a su hermano Arturo.
Maestro desde muy joven, fue de los primeros dirigentes docentes populares. En la década del '50.
 Es recordada su actuación en las huelgas del '58 por el Estatuto del Docente. Se luchaba por la enseñanza laica y libre, por la equiparación salarial de los maestros provinciales con los nacionales.
  Su accionar estuvo dirigido a mejorar la legislación en educación.

...Y lo logró:

Se crearon las juntas de clasificación con representación docente
  Régimen de licencia.
  Bonificación por zona.
Bonificación por antigüedad.
Para imponer el proyecto educativo iniciado el 24 de marzo de 1976, y legalizar el desguace de la nación, se necesitó la emblemática muerte de un maestro.
 Isauro sabía que lo tenían como una amenaza, sabía que lo cercaba la muerte.

lunes, 28 de marzo de 2011

"Naufragio" microficción de Ana María Shua

"¡Arriad el foque, ordena el capitán!.  ¡Arriad el foque!, repite el segundo.  ¡Orzad a estribor!, grita el capitán.  ¡Orzad a estribor!, repite el segundo.  ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán.  ¡El bauprés!, repite el segundo.  ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitan.  ¡El palode mesana!, repite el segundo.  Entretanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado para otro de la cubierta, desconcertados.  Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio"

sábado, 26 de marzo de 2011

Actividades por el 24 de marzo - Pergamino II

Hace minutos subí fotos de lo que fue la primera actividad que se realizó en mi ciudad por el Dia Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.  Esa muestra se realizó el miercoles 23 anticipándose al acto central del 24.
Ahora, quiero compartir con ustedes, algunas fotos del acto central en torno al Árbol de la memoria el 24 de marzo.

Actividades por el 24 de marzo - Pergamino


jueves, 24 de marzo de 2011

NUNCA MÁS!!!

Me pongo la camiseta y me voy al acto de mi ciudad a repudiar y exigir castigo para todos los genocidas y sus complices...

martes, 22 de marzo de 2011

El árbol de la memoria

Árbol de la memoria (Pergamino)
   El año 1996 fue un año muy especial para mi como creo que también lo fue para todos aquellos que luchamos por la MEMORIA, la JUSTICIA y la VERDAD.
   Aquel año se cumplían veinte del último golpe militar, desde el año anterior la lucha por los Derechos Humanos había cobrado nuevos brios.  Aparecieron en escena los H.I.J.O.S.  con sus escraches y se hacían públicos los “vuelos de la muerte”.
    En Pergamino, mi ciudad, las manifestaciones por mantener la MEMORIA estaban como en una meseta.  Desde más o menos el 87 u 88 no había manifestaciones o actos públicos que recordaran y exigieran justicia.  Por lo menos así lo recuerdo.
    Será recién en el 93 que en ocasión de  LA NOCHE DE LOS LÁPICES  (16 de septiembre de 1976); uy, cuánto tiempo, me acuerdo como si fuera hoy.  Estaba en una esquina de la peatonal cuando comienzo a escuchar cantos y ruido de bombos.  Una columna se acercaba, al frente una pequeñita bandera roja del FIT (Frente de Izquierda y los Trabajadores), que no por chica se amedrentaba ante otra bandera inmensa de la Franja Morada  (UCR).
    Sabía que se conmemoraba pero no sabía que había una marcha organizada.  Dejé lo que estaba haciendo y, marché, por primera vez en mi vida participaba en una protesta.  
     ¿Por qué cuento esto?  Porque con los años me he convencido, que al menos en mi ciudad, los jóvenes de aquellos años fuimos el motor, el punta pie inicial al menos, para que desde el año 96 a estas fechas no hubo un año en que se dejó de recordar y luchar cada 24 de marzo.
      En el 95 junto con un grupo de estudiantes secundarios creamos la “Agrupación de Estudiantes el Ombú”.  Ahora ya era parte activa de la militancia y ese 16 de septiembre me encontró totalmente comprometido con la lucha.  La marcha aquella fue un éxito si cabe la palabra, y, nos ganamos un lugarcito en la escena política local.
       Así fue que durante el verano del 96 fuimos parte, junto con diversos sindicatos, partidos políticos, gente de diferentes iglesias, desocupados y luchadores independientes  de la organización del acto y marcha por los 20 años del golpe.
        De aquellas reuniones surgió la idea de un árbol, el “árbol de la memoria”.  Se discutió mucho sobre que tipo de acto debía hacerse, unos decíamos de protesta con marcha, otros querían hacer misas, los otros simples menciones, etc.  Lo bueno fue que hubo de todo y para todos.   Destacándose de todas las actividades: el descubrimiento de una placa con los nombres de nuestros desaparecidos en la plaza principal (comienzo del acto), para luego marchar (qué marcha, pocas veces se vio algo así acá) unas doce cuadras hasta la plaza 9 de julio donde se haría el acto central y se plantaría el árbol.
        El árbol lo plantaron dos hijos de desaparecidos.  Nancy Ceccón  y un chico de apellido Pérez del que no recuerdo el nombre.  Fue hermoso, yo no lo olvido.
       Me gusta pasar por la plaza y ver el árbol, me hace bien, me hace sentir que la lucha no acabará nunca por que no debemos olvidar jamás.  Porque la única forma de que ¡NUNCA MÁS!  Será estando atentos y que nunca más nos vuelva pasar.
        Por eso, pasado mañana, cuando ustedes estén en sus actos, estén recordando, yo esté en el acto de mi ciudad; recordemos que no estamos solos.
        Como solos tampoco están los 30.000 compañeros desaparecidos porque nosotros los mantenemos vivos y PRESENTES.

     Compañeros pergaminenses, el 24 nos encontramos al lado del árbol
 “NOMBRES DE LOS PERGAMINENSES DESAPARECIDOS Y ASESINADOS POR LA DICTADURA MILITAR DE 1976”

1) Alejandro Ferrari
2) Gerardo Pérez
3) Leonor Pierro
4) José Maria Pellita
5) Víctor Vázquez
6) Hugo (Chicho) Serenelli
7) Alfredo Barbano
8) Jorge (Canario) Torrent
9) Jorge Daniel Raies
10) Luis Ceccón
11) Alberto Manuel Pastor
12) Julio Digangi
13) Clarisa García y su esposo
14) Jose Cassino esposo de Clarisa
15) María Cristina Lanzellotto
16) Carlos Benjamín Santillán

Asesinados por la dictadura militar:
Susana Gaggero
José Luis Bianconi
Adriana Ortega
Asesinado en Trelew 22/8/72:
Rubén Bonet
Asesinado en la dictadura militar de 1969/1972:
Luis Pujals.


La planta de Bartolo de Laura Devetach

Cientos de cuentos como este prohibió la dictadura, decían los milicos que eran nocivos para lo niños y no se equivocaban, puesto que si uno de sus hijos leyera cosas como estas ya no volverían a reconocerlos como sus padres y hoy, en sus carceles, en sus celdas, a penas
los visitaría una cucaracha despistada.

Ilustración original de Victor Viano para la primera edición de La torre de cubos
 El buen Bartolo sembró un día un hermoso cuaderno en un macetón. Lo regó, lo puso al calor del sol, y cuando menos lo esperaba, ¡trácate!, brotó una planta tiernita con hojas de todos colores.
Pronto la plantita comenzó a dar cuadernos. Eran cuadernos hermosísimos, como esos que gustan a los chicos. De tapas duras con muchas hojas muy blancas que invitaban a hacer sumas y restas y dibujitos.
Bartolo palmoteó siete veces de contento y dijo:
—Ahora, ¡todos los chicos tendrán cuadernos!
¡Pobrecitos los chicos del pueblo! Estaban tan caros los cuadernos que las mamás, en lugar de alegrarse porque escribían mucho y los iban terminando, se enojaban y les decían:
—¡Ya terminaste otro cuaderno! ¡Con lo que valen!
Y los pobres chicos no sabían qué hacer.
Bartolo salió a la calle y haciendo bocina con sus enormes manos de tierra gritó:
—¡Chicos!, ¡tengo cuadernos, cuadernos lindos para todos! ¡El que quiera cuadernos nuevos que venga a ver mi planta de cuadernos!
Una bandada de parloteos y murmullos llenó inmediatamente la casita del buen Bartolo y todos los chicos salieron brincando con un cuaderno nuevo debajo del brazo.
Y así pasó que cada vez que acababan uno, Bartolo les daba otro y ellos escribían y aprendían con muchísimo gusto.
Pero, una piedra muy dura vino a caer en medio de la felicidad de Bartolo y los chicos. El Vendedor de Cuadernos se enojó como no sé qué.
Un día, fumando su largo cigarro, fue caminando pesadamente hasta la casa de Bartolo. Golpeó la puerta con sus manos llenas de anillos de oro: ¡Toco toc! ¡Toco toc!
—Bartolo —le dijo con falsa sonrisa atabacada—, vengo a comprarte tu planta de hacer cuadernos. Te daré por ella un tren lleno de chocolate y un millón de pelotitas de colores.
—No —dijo Bartolo mientras comía un rico pedacito de pan.
—¿No? Te daré entonces una bicicleta de oro y doscientos arbolitos de navidad.
—No.
—Un circo con seis payasos, una plaza llena de hamacas y toboganes.
—No.
—Una ciudad llena de caramelos con la luna de naranja.
—No.
—¿Qué querés entonces por tu planta de cuadernos?
—Nada. No la vendo.
—¿Por qué sos así conmigo?
—Porque los cuadernos no son para vender sino para que los chicos trabajen tranquilos.
—Te nombraré Gran Vendedor de Lápices y serás tan rico como yo.
—No.
—Pues entonces —rugió con su gran boca negra de horno—, ¡te quitaré la planta de cuadernos! —y se fue echando humo como la locomotora.
Al rato volvió con los soldaditos azules de la policía.
—¡Sáquenle la planta de cuadernos! —ordenó.
Los soldaditos azules iban a obedecerle cuando llegaron todos los chicos silbando y gritando, y también llegaron los pajaritos y los conejitos.
Todos rodearon con grandes risas al vendedor de cuadernos y cantaron "arroz con leche", mientras los pajaritos y los conejitos le desprendían los tiradores y le sacaban los pantalones.
Tanto y tanto se rieron los chicos al ver al Vendedor con sus calzoncillos colorados, gritando como un loco, que tuvieron que sentarse a descansar.
—¡Buen negocio en otra parte! —gritó Bartolo secándose los ojos, mientras el Vendedor, tan colorado como sus calzoncillos, se iba a la carrera hacia el lugar solitario donde los vientos van a dormir cuando no trabajan.

lunes, 21 de marzo de 2011

Versos aparecidos

Ese es el título con el que se conocen los poemas del geólogo argentino Carlos Aiub, quien fuera detenido y desaparecido en junio de 1977.
Les dejo el link para que descarguen la obra completa:
 http://abc.gov.ar/lainstitucion/programaddhhyeducacion/destacado_biblioteca/pdf/versos-aparecidos.pdf
¡NUNCA MÁS!

lunes, 14 de marzo de 2011

Una lectura de la Historia

Sobre la muerte de David Viñas, un pensador indispensable para entender la Argentina

David Viñas murió en la noche del jueves pasado. Tenía 83 años. O dos menos, si se tiene en cuenta que muchas veces bromeaba, cambiando la real fecha de nacimiento, un 28 de julio de 1927, plena alvearización derechosa del radicalismo, para decir que había sido en 1929, “sólo por la fantasía de haber nacido bajo el gobierno de don Hipólito Yrigoyen”. Una frase típica de este escritor que hace diez años rechazó la beca Guggenheim con certeza telegráfica: “Un homenaje a mis hijos. Me costó veinticinco mil dólares. Punto”. Dos hijos: Lorenzo Ismael y María Adelaida, desaparecidos por la dictadura. Punto. Un punto que resume buena parte de su historia y, al mismo tiempo, de la historia argentina. “Historia larga: puro Proust, no termina nunca”, decía Viñas.
Esa historia arrancó con Viñas Veneroso, un caballero de Ronda, Andalucía, contrabandista de tabaco que, problemas policiales de por medio, decidió abandonar España en 1850. Historia que David, el bisnieto, no se cansaba de contar en alguna mesa ventanera del bar La Paz mientras dejaba por un momento el subrayar frenético e indignado del diario La Nación, del pensamiento de los Mitre. “Este primer Viñas –contaba David– se puso a trabajar en lo previsible: una pequeña fábrica artesanal de cigarrillos. Y su hijo, Antonio José, lo acompañó hasta que decidió terminar con el tutelaje paterno y fundó una panadería: La Catalana”.
Con las ganancias de las flautitas y las medialunas, Antonio compró terrenos en Monte y levantó su casa, fundando una larga cadena de hijos, nueras, yernos, primos y sobrinos. “Y con el engrandecimiento de la familia –contaba, La Nación a un lado, subrayada, la seña de otro café con el brazo en el aire– mi abuelo se hizo rematador. Todo hace suponer que se vio favorecido, por decirlo de una manera culta, con la venta de terrenos en la zona, siempre operando desde el pueblo. El pueblo donde nació Dominga Macció, victoriana de típica familia clase media bonaerense, mi abuela”.
David Viñas: línea directa del contrabando español y la lectura criolla y folletinesca de Pérez Galdós y Tolstoi. De libros guardados en esa vieja casa de Monte con bibliotecas venidas (vaya saber uno de qué manera, aunque todo era indudable en la narración Viñas) de la Casa de Gobierno, con escudo nacional y madera lustrosa.
Antonio y Dominga tuvieron siete hijos. Los dos mayores se llamaron Ismael y Armando.
Y de esos dos nombres nacía otra de las historias inigualables de David, de la Argentina: “La zona de Monte, lanera, tenía varios ovejeros irlandeses. Y las tumbas del cementerio tenían versículos escritos en irlandés. Una vez, visitando ese cementerio con Rodolfo Walsh, pude saber qué decían esas lápidas gracias a su traducción. Pero antes, mucho antes, fui a ese mismo cementerio con mi papá y su hermano, llamados Ismael y Armando. Allí había una tumba común con sus nombres. Piedra tallada: Ismael y Armando Viñas. Le pregunté extrañado por qué habían comprado una tumba antes de morirse, ya que por entonces no se estilaba. Mi padre se reía: los dos hijos mayores de Antonio y Dominga se llamaban Ismael y Armando y habían muerto en alguna de las pestes de 1878, 1880. Estaban enterrados allí. Y cuando nacieron sus hijos siguientes, Antonio y Dominga les volvieron a poner Ismael y Armando. Homenajes, que le dicen. Insólita herencia”.
Una herencia que, como la historia del país, siempre se ampliaba un poco más: “Mi tío Antonio Viñas mató dos tipos en su vida. Cuando regresó de Francia, después de la Primera Guerra Mundial, consiguió un puesto de oficial de Gendarmería en la Patagonia. Una tarde notó que un oficial estaba haciendo trampa en un partido de naipes. Tuvo una discusión con el fullero, Antonio sacó primero y mató al gendarme. Para la segunda muerte, Antonio estaba de juez de cancha de paleta en un club de Monte. Tradición oral: hubo un incidente violento con un jugador mamado y el borracho le tiró un rebencazo. Antonio volvió a sacar y volvió a matar. La novela argentina: Mi tío rumbeó para su casa, se dio una ducha y se entregó a la policía. Pucha si lo habré explotado como personaje”.
Y sí, hablar con David era escuchar la Historia: “Mi padre, Ismael, me hablaba de la ciudad del 900, de la Patagonia y de los fusilamientos. De Anaya, Varela y sus miserias. Del cañadón de la Yegua Quemada. Eran el mundo del quilombo y la política. Mi madre, Esther: los pogroms, la huida de sus padres desde Odessa, el acorazado de Potemkim y sus tres hermanas sentadas en la famosa escalinata; Ana, Elisa y María. Y el puerto de New York: la bobe que se queda afuera por la conjuntivitis, el rancho negro del zeide y el pelo rojo de Simón Radowitzky que había venido con ellos, 18 años, aire bíblico, brazos demasiado largos, ojos transparentes para cargarse a Falcón. Ella, nacida en el Hotel de Inmigrantes en 1899, era el mundo de los afectos, de las artesanías, del alucinante mundo barrial zurdo. Y cómo: stalinistas, claro. Mi prima Sara, medalla de oro en la facultad de Química, tenía arriba de la cama una foto de Stalin con Gorki, y, más arriba, aviones soviéticos tirando paracaidistas. ¿Stalinistas? Sí, claro, años treintaytantos, más de medio siglo atrás: Victoria Ocampo diciendo Tío Pepe”.
Ismael, el padre, abogado de filiación radical, había sido enviado al sur por Yrigoyen para ver qué carajo pasaba ahí. Y se fue con su amante, mi vieja, esa rusa, judía y anarquista que fumaba. Era 1920, y tuvieron un primer hijo sin casarse: Ismael. Un hijo reconocido por la ley sólo después del matrimonio (“napas y napas de mierda de este país”, decía Viñas).
–¿Otro café?
–Meta. Mi viejo despuntaba el vicio de la escritura en el semanario Jurisprudencia del Trabajo. Mi primer recuerdo, seis años, es cuando nos llevan presos. A mi viejo, claro, y a Ismael y a mí, dos pijindrines, con él.
Y recitaba, orgulloso, solemne, la primer cuartilla que aprendió en su vida: “Radicales los que me oyen del auditorio presente: / el único presidente es el doctor Yrigoyen. / Son turros los que desoyen este llamado al laburo, / y desde esta noche juro / buscar el mejor momento para joderlo a Aramburu”. Según él, un auténtico Borges, de los años en que Jorge Luis cantaba loas a la revolución rusa y defendía la candidatura de Yrigoyen.
De ese mundo, contaba David, tuvo que rajar rapidito. A los siete, época de camisas pardas y saludos fascistas por las calles porteñas, cuando su mamá murió de cáncer y su padre, sin pareja que los cuidara ni mucha guita para subsistir –encima, contra a morir de Alvear–, metió a los dos pibes en un colegio de curas en Ramos Mejía, becados. “No era buen alumno: no leía. De pibe quería ser ingeniero agrónomo y veterinario. Primero, porque era largo: ingeniero agrónomo y veterinario. Pero se me fue pasando. Y el deporte, claro: era un wing izquierdo de primera. Veloz, grandote, pibe de campo. Pero los chicos de sexto grado me parecían hombrones y un poco arrugaba frente a ellos. Uno de ellos, se llamaba Cremades, era como Joe Louis. Pero el miedo mayor eran las hostias que te zampaban los curas por cualquier cosa. Eran brutísimos. Yo no recuerdo que hubiera toqueteos o manoseos de los curas, realmente, pero sí recuerdo los sopapos que pegaban. Había uno, que oficiaba de consejero, llamado Ratto, que era una bestia bruta. Medio me vengué de él en la novela Un dios cotidiano”.
Y de la primaria, al Liceo Militar, otra beca para paliar la mishiadura. David ya no quería ser ingeniero agrónomo y veterinario, sino el Mariscal Montgomery, un milico democrático y con boina: “En los noticieros de la guerra se veía que los nazis eran rígidos, brutos. Los otros andaban de pulóver. Uno, inolvidable: en el medio del desierto, Rommel de un lado y de acá los ingleses. En una entrevista, el jefe inglés matando moscas con una paletilla mientras charla amigablemente con los periodistas”.
–¿Y Perón, Viñas?
–Qué quilombo, ¿no? Qué notables confusiones. Aquí había una formación liberal hacia la izquierda. Liberal populista. La definición del peronismo se hizo entre el ’43 y el ’45. Y uno no tenía relación con Santiago Carrillo, sino con el ministro de Educación: Hugo Wast. Ésa era la imagen que daban: educación religiosa obligatoria, todo el mundo boca abajo. ¿Qué era Perón? El que vio que eso no iba y se fue corriendo. El ’45 estaba en quinto año de Liceo Militar. El impacto fue que echaron a los profesores que yo más quería: José Luis Romero, Vicente Fattone y algún otro. Los motivos eran simples: habían pedido todo el poder a la corte. De locos: todo el poder a la corte. Eran la democracia más ingenua y fenomenal del mundo. Los sacaron a patadas. Quedaron los burócratas, los pobres tipos que hacían lo que podían. Muchos amigos de mi viejo se pasaban al peronismo. No por Perón, sino por Mercante. La gente de Forja que entra al Banco de la Provincia de Buenos Aires y a los ministerios. La pueblada venía una vez al centro, está bien, pero uno veía a los curas disfrazados enseñando latín y barriendo todo en la universidad. Yo estaba en la edad justa, la edad de las grandes pasiones como para amar u odiar al peronismo. Y el campo cultural del peronismo fue muy flojo. ¿Marechal? Marechal era un funcionario que tuvo un éxito, Adán Buenosayres, que la gente hacía cola para leer en la calle. ¿Qué otro? Como estudiante, vacilaba entre Letras e Historia. Pero me acerqué a un tipo, un tal Puente, que venía del viejo nacionalismo, y le dije que no iba a poder ir al Archivo de Historia por un problema de horario de trabajo. “No es asunto mío”, me dijo. Y seguí Letras, donde no había ese tipo de exigencias.
Letras, decía Viñas, y la mano hacía una fantasía por delante de sus ojos que no dejaba lugar a las dudas. Después miraba ceñudo a los ojos o hacia la frenética estampida de la avenida Corrientes. Y seguía: “Yo estaba fascinado con la cultura sartreana: teatro, novela, ensayo, lo que quería. Y empecé a trabajar en Losada como corrector, de modo que devoraba todo. Todo menos el realismo socialista y su Así se templó el acero. No militaba en ningún lado, sólo en la Fuba. No había centro de estudiantes y nos reuníamos en un sótano de la calle Las Heras. Y protestábamos contra la barbarie de la policía”. ¿Militancia?, se preguntaba Viñas y hacía otro gesto inconfundible: “Para militar había que tener mucho tiempo, y yo me aburría cantidad. ¿Sabés qué? No sirvo para convencer”.
Ajá. Viñas. El mismo David Viñas que, como si se tratara de la cosa más normal del mundo, contaba: “Mi viejo fue candidato a diputado nacional por el radicalismo. En la parroquia donde se presentaba mi viejo, de Belgrano a Parque Centenario, figuraba el domicilio de Eva Perón. Evita, recién operada, estaba internada en el policlínico de Lanús. De acuerdo a la ley, no podía votar fuera de la circunscripción, pero mi viejo tenía el estilo romántico, y decidió que la Señora votara fuera de la Capital. Para eso había que buscar un fiscal que fuera hasta el hospital. Ahora, ¿quién se animaba a poner la cara para ser fotografiado como antiperonista? Caí yo. Y me fui a tomarle el voto a Evita como fiscal de la UCR. Me escracharon a fotos, pero comprendí lo que era el peronismo oficial y el peronismo popular. En la habitación estaban todos los olfas. Pero, en los pasillos estaban las enfermeras que pedían tocar la urnita con el voto de Eva como si se tratara del Santísimo. Y afuera, afuera la gente, el pueblo arrodillado pidiendo por la salvación de esa mujer”.
David y las historias. El Che y la revolución cubana, la mitología en torno a sus peleas con otros escritores, la amistad con Oscar Masotta y Carlos Correas, la fundación de Contorno y la lucha ideológica para cambiarlo todo (igualito que aquella revolución francesa que no dejó nombre ni cosa sin modificar), el amor con Adelaida Gigli: “Era como Jean Moreau, una mina de puta madre. Una mezcla ítalo-gallega-argentina de locos. Escribía genial”.
David y los sueños y las pesadillas de los ’70: “Viví el inicio de la guerrilla en la Argentina con simpatía, pero de manera conflictiva. No creía en los fierros nacionales. Eso lo pensaba en relación con mis hijos: María Adelaida y Lorenzo Ismael, ambos militantes montoneros. Recuerdo que por aquellos años me encontré con un viejo amigo, trosko hasta la médula, que me dijo ‘con el General, papita pa’l loro’. Pero, decime, a ver, quién era el loro y quién la papita. Todos creían que se comían al General, mis hijos también. Y yo no podía creer en Perón, en él como jefe. Fui con ellos a la manifestación de 1974 cuando Perón los echó de la Plaza de Mayo. Reculamos contra la catedral, Lorenzo Ismael con un cadenazo en la espalda, y todos como moscas sin cabeza. No era momento para reclamarles el ‘yo te lo dije’”.
Y el golpe del 24 de marzo de 1976 que lo agarra trabajando en la Universidad de California. Fue a México, a España, y no había caso; quería saber qué pasaba acá. David volvió al país el 9 de julio del ’76. Aguantó hasta el 15 de ese mismo mes. Todos los que lo cruzaba le avisaban que era boleta (“yo no había tenido militancia activa. Era zurdo, sí, dale que va. Pero para ellos todo era lo mismo”).
Miraba la avenida Corrientes, David Viñas, y decía, la voz baja, gruesa de la Historia: “Tuve dos hijos, a los dos los desapareció la dictadura militar, y no quiero decir nada más. Pude conocer a mi nieta cuando tuvo 23 años. Mataron a su madre, María Adelaida, y a su padre, Carlitos. Estaban los tres en el zoológico y los cercó un grupo de tareas. A ellos dos se los llevaron chupados y dejaron a la bebita en un banco del zoológico. La encontró un tipo de casualidad a las horas. Y menos mal que tenía una medallita que decía Lorenzo Gigli. Este tipo buscó en guías y encontró al Lorenzo Gigli, pintor, en su casa de San Fernando. La hermana de Lorenzo y su marido, burgueses a la raja, ciudadanos norteamericanos los dos, la adoptaron y se fueron a vivir a Nueva York. Por suerte, ella hizo una separación y se fue a estudiar a California, donde se recibió de especialista en Derechos Humanos”.
Se fue, David. Y tenía 83 años. Todavía se escucha su voz grave, como la de la Historia: “Tuve exilios, cartas marcadas, hijos desaparecidos y muertos, libros escritos. Pérdidas. Me queda la tradición oral, el recuerdo, lo que no pudieron sacarme. Es la Argentina, viejo, la voz de la Argentina”.
• GUÍA O VIÑAS BÁSICO
Autor de novelas, ensayos, cuentos y guiones de cine y teatro, entre sus obras figuran Cayó sobre su rostro, Los años despiadados, Los dueños de la tierra, Dar la cara, Las malas costumbres, En la semana trágica, Hombres de a caballo, Jauría, Cuerpo a cuerpo, Ultramar, Indios, ejército y fronteras, Anarquistas en América Latina, Claudia conversa, Menemato y otros suburbios, Tartabul.


Libros de David para descargar en pdf:

sábado, 12 de marzo de 2011

¡Hasta siempre David!

Se fue un gigante de las letras, de la política y de la vida. 
Se fue para estar siempre como en estas letras:
   
     "A Camilo le entusiasmaban los militares.  Como ciertas palabras: cureña, alferez, lanzazo; también redoblar.  `Me dan calor las tripa´ pensó y alzó la barbilla dejando que el agua de la ducha le corriera por el pecho.  Naturalmente, no lo repetía en público y mucho menos entre sus amigos.  Pero al terminar el Lasalle hubiera estado dispuesto a entrar de cadete: ahí adentro todo tenía punta, desde los botines charolados, la mirada delos tenientes, los alemanes enérgicos, hasta el pico de metal del kepí a la prusiana" (...)

Así comienza "En la Semana Trágica" .  Los invito a seguir leyendo esta novela.  Vale la pena.

http://www.atilioboron.com/2011/03/david-vinas-in-memoriam.html

viernes, 11 de marzo de 2011

Ambientalista desaparecida en Colombia

Desaparecida la ambientalista Sandra Viviana Cuellar por aquellos que quieren desaparecer la reivindicación social, ecológica, política, en Colombia

La ambientalista Sandra Viviana Cuellar, mujer comprometida con la naturaleza y la cultura, fue desaparecida por aquellos que “desaparecen” a los que reivindican por los derechos humanos, sociales y ambientales.

Sus familiares han expresado: “Sandra Viviana aún no ha sido retornada a su hogar y a su vida social. Sandra Viviana es una joven de 26 años, ingeniera ambiental, que destaca por sus valores espirituales, artísticos, culturales y profesionales. Sandra Viviana ha sido una mujer con una profunda actitud solidaria y un gran compromiso con la justicia ambiental y social. Ha impulsado la protección de los humedales del Río Cauca, promovido prácticas agroecológicas y mercados campesinos, impulsado procesos culturales, jurídicos y de educación ambiental para la protección del agua como bien público y de las selvas como espacio biológico y cultural vital.”

Desaparecida Sandra, la sociedad fue privada de su vitalidad y de sus aportes: desaparecida la defensora de los derechos humanos, desaparecida su constante reivindicación ambiental, desaparecidas sus denuncias del saqueo multinacional y de la destrucción de humedales, cuencas, páramos y bosques, desaparecido su ejemplo comprometido… la práctica sistemática de la desaparición forzada es parte de un genocidio contra la oposición política.

Eurodiputados envían una carta al presidente Santos por la desaparición de la ambientalista Sandra Viviana Cuellar

En la carta los Eurodiputados expresan:

"Hemos sabido con enorme preocupación que el día jueves 17 de febrero de 2011, Sandra Viviana Cuellar Gallego fue víctima de una desaparición forzada en la vía que conduce de Cali a Palmira. Sandra Viviana Cuellar Gallego, de 26 años, es una defensora de los derechos humanos y del medio ambiente de reconocida trayectoria y sensibilidad social. 

La desaparición forzada está tipificada por Naciones Unidas como un Crimen de Lesa Humanidad. 

 La historia de los últimos 20 años de Colombia confirma que miembros de los cuerpos de seguridad del Estado han estado involucrados de alguna u otra forma en la mayoría de casos similares a la desaparición forzada de Sandra Viviana Cuellar Gallego, ya sea cometiéndolos directamente, o tolerando que sean llevados a cabo por grupos paramilitares. 

Esto ha sido el caso en particular cuando ocurre en zona bajo control de las autoridades, como es la vía de Cali a Palmira. 

Por esta razón por la cual le pedimos, Señor Presidente, que use de todo su autoridad para que cuanto antes aparezca con vida Sandra Viviana Cuellar Gallego. 

Observamos que bajo su Gobierno siguen las graves violaciones de los derechos humanos, y estimamos particularmente inapropiado considerar la rúbrica o la ratificación de un tratado de libre-comercio entre la Unión europea y Colombia, -tratado que sin dudas va a aumentar todavía la presión sobre las tierras, el agua, el medio ambiente, los recursos naturales en general-, mientras quienes cuestionan de forma pacífica y democrática las políticas gubernamentales siguen siendo víctimas de crímenes de forma tan sistemática. "

El crimen de Estado de la desaparición forzada perpetrado por la "democracia" en Colombia ha rebasado las dramáticas cifras de la dictadura argentina: sólo en los últimos 3 años el Terrorismo de Estado ha desaparecido a 38.255 personas (informe Medicina Legal 2010). Se estiman en más de 250.000 las personas desaparecidas en los últimos 20 años. La desaparición forzada es un Crimen de Estado que persigue la parálisis de la reivindicación social: es un crimen de lesa humanidad que vulnera a la sociedad en su conjunto al truncar procesos sociales de manera sistemática.

En enero 2011 la Fiscalía publicó un estremecedor informe: revela tener documentados 173.183 asesinatos; 1.597 masacres; 34.467 desapariciones forzadas, y al menos 74.990 desplazamientos forzados, crímenes cometidos entre junio de 2005 y el 31 de diciembre de 2010 por el paramilitarismo, una herramienta de terror financiada y coordinada por el latifundio, multinacionales y Estado colombiano, que cumple la función de eliminar la reivindicación social, y desplazar poblaciones de manera masiva. Los propios jefes paramilitares denuncian que “El paramilitarismo de estado sigue vigente” (Jefe de las AUC Salvatore Mancuso).

Del informe de Medicina legal y del de la Fiscalía se deduce un promedio de 13.000 desaparecidos al año, perpetrados entre fuerza pública y herramienta paramilitar. Al menos 250.000 personas desaparecidas en dos décadas, como lo denunció Piedad Córdoba.  Las cifras oficiales de desaparición forzada están siempre por debajo de la realidad, pero aún así permiten confirmar el drama: el estado colombiano ha desaparecido a más personas que las dictaduras de Chile y Argentina reunidas.

La sociedad tiene el deber ético de ponerle rostro a los desaparecidos, y de enarbolar sus ideas, para que no los logren desaparecer totalmente. Son seres humanos con sus seres queridos, sus ilusiones, y sobre todo su corazón humanista, su sensibilidad hacia la naturaleza, hacia la justicia.

Urge solidaridad internacional. Difunda la noticia con la imagen.

http://areitoimagen.blogspot.com/2011/03/desaparecida-la-ambientalista-sandra_10.html


miércoles, 9 de marzo de 2011

lunes, 7 de marzo de 2011

Carnaval II

Agua sí, huevos de avestruz no

     Es el año 1836, y, más allá de los enfrentamientos que dividen a los porteños y al territorio que sería la Argentina había lugar para la diversión, la desvergüenza y festejar el Carnaval, pero eso sí, con reglas:

     “Para prevenir los excesos en jornadas pasadas, el gobierno decidió establecer reglas fijas y reglas claras para el juego del Carnaval.  Así, definió que sólo será permitido este tipo de celebraciones en los tres días que preceden al Miércoles de Cenizas.  Las jornadas comenzarán a las dos de la tarde –el anuncio se hará a través de tres cañonazos en la Fortaleza- y concluirán al toque de la oración, con otros tres cañonazos.  También ordenó que el juego que se haga desde las azoteas, ventanas o puertas de calle podrá ser sólo con agua y ninguna otra mezcla: nada de huevos de avestruz.  Nadie que juegue por la calle podrá asaltar una casa, ni forzar sus puertas o ventanas.  También fijó que está totalmente prohibido el uso de mascaras, vestirse con trajes que no correspondan a su sexo, presentarse en clase de farsante o con el traje o insignias eclesiales, militares, de magistrados o de persona anciana” 

viernes, 4 de marzo de 2011

Carnaval

   "El Carnaval es una fiesta que, a decir verdad, nadie le ha otorgado al pueblo, sino que el pueblo se dio a sí mismo"
                                                                                                Goethe

     Esto lo sabían los militares que llevaron adelante la más sangrienta de las dictaduras que vivió Argentina.  El 9 de junio de 1976, Videla, por decreto/ley 21.329 suprimía los feriados de carnaval. 

Un breve repaso histórico    
      Hay historiadores que sostienen que el origen del carnaval hay que buscarlo en la antigua Mesopotamia (entre los ríos Tigris y Eufrates) y en el antiguo Egipto, hace más de 5.000 A.C. Ya que se han encontrado documentos en tablillas de arcilla y con escritura cuneiforme, donde se manifiesta que el dios Marduk era reverenciado en el famoso palacio de los jardines colgantes de Babilonia.
      Luego, el imperio romano se encargaría de expandirlo por toda Europa para muchos años después desembarcar en Nuestra América junto con el europeo. 
      El carnaval, al menos en sus inicios, no fue necesariamente alegría.  Como sostiene el historiador Carlos Gerard “los orígenes del carnaval no son nada felices; más bien han sido crueles y trágicos”.  El Rey del carnaval Momo; hoy es un muñeco que se construye para gobernar durante los días de carnaval y luego, en el último día de los festejos es alegremente destronado e incinerado por el pueblo.  Ahora bien, esto no siempre fue así puesto que su antecesor era de carne y hueso.
      ¿Quién era este hombre? Aquel que pasaría a ser reconocido como el Rey Momo no era más que un reo condenado a muerte.  Entonces, en calidad de tal podía disfrutar de las mujeres del harem, comer cuanto pudiese y era exhibido públicamente en su trono durante los cinco días que duraba el carnaval y en el último día, el rey sustituto era ejecutado.
             
Carnaval y Edad Media
      Ahora bien.  Prescindamos de los orígenes del carnaval, que irremediablemente nos ligarían con infinidad de prácticas paganas porque, el carnaval, tal como lo conocemos nosotros, es un producto de la Edad Media.
      La celebración del carnaval es una de las fiestas más populares.  Se celebra en países que tienen tradición cristiana, precediendo a la cuaresma.
      Se cree que carnaval proviene del latín “carnalevarium”, que significa “quitar la carne” haciendo referencia a la tradición cristiana de no comer carne durante la cuaresma.  Por eso se puede decir que el carnaval es el periodo de los excesos en la alimentación.  Para no contrariar los preceptos de la Iglesia, los hombres y mujeres del medioevo aprovechaban estos días previos a la Pascua, para comer cuanta carne pudieran y realizar las tareas relacionadas con el matadero, ya que también se prohibía trabajar en él.   
      Pero la festividad no sólo era para comer y comer, también se tornó, especialmente en Italia, en una buena ocasión para celebrar combates rituales en las que se ponían en evidencia las luchas entre los diferentes partidos de una misma ciudad.
      
Mascaras
     Estas se identifican con el carnaval, de eso no hay dudas, pero: ¿por qué motivo?
La mascara asume diferentes funciones: símbolo de las fuerzas vegetativas de la naturaleza; del mundo animal y de sus energías vitales o del mundo de los muertos.  En cualquier caso, la máscara asimila el portador al sujeto del que toma fisonomía.  Por eso la Iglesia la condenó.  Pero no sólo por ella fue censurada, luego serían las autoridades de gobierno, porque un enmascarado ¿quién es? Un desconocido y por tal sospechoso.  El Diablo podría estar oculto tras ella o más terrenal, ser un enmascarado delincuente que se vale del carnaval para sus fechorías y también, la inmensa mayoría, simples enmascarados que daban rienda suelta a sus placeres, a la iniciación sexual, burlarse de las jerarquías y el orden, en definitiva: un tiempo para burlarse del poder.
      De todos modos la mascara sobrevivió y durante el Renacimiento, aquellas y los disfraces cobraron gran popularidad en los carnavales urbanos.  Tanto, que  al día de hoy, mascaras, disfraces y carrozas siguen tan vigentes como el primer día de su aparición.
       Volviendo sobre el primer párrafo de este post y tras haber intentado hacer una reseña sobre la inmensa historia del carnaval, creo que no es necesario escribir más acerca de por qué los milicos prohibieron esta fiesta popular.
        Sólo una cosita más: "El Carnaval es una fiesta que, a decir verdad, nadie le ha otorgado al pueblo, sino que el pueblo se dio a sí mismo"
      
     Así que:
·        VIVA EL CARNAVAL!!!
·        VIVA LA ALEGRÍA PORQUE ESTA LLENA DE REBELDÍA!!!
·        VIVA LA VIDA!!!

Che




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