Muchos de nosotros fuimos uno de los tantos que apostamos electoramente al FRENTE DE IZQUIERDA Y LOS TRABAJADORES en las últimas elecciones en Argentina. Sabemos que muchos de los votos que obtuvo el Frente, fueron votos de apoyo democrático, cientos y miles de argentinos entendieron que la izquierda no podía estar ausente de las elecciones nacionales y en la primera elección (primarias) se superó el piso necesario de 400.000 votos para participar en la elección nacional del pasado 23 de octubre, en la que el Frente pudo, más allá de no lograr la anhelada banca en la Cámara de Diputados, hacer una importantísima elección, superando ampliamente el número de las primarias.
Los números, está claro, demuestran que más allá del reconocimiento que recibió Cristina Fernández y el FPV; que a pesar de ello hay un espacio importante para la izquierda argentina en la política nacional. Hay que tener en cuenta que muchos de los votos a la presidente iban acompañados del voto a diputados, concejales y senadores de izquierda, y, esto, por sobre todo durante la última elección. Lo resalto porque la elección demostró que no se trató y/o simplemente se logró gracias a aquel peyorativo slogan, largado por Jorge Rial: “Un milagro para Altamira”
Por eso es que me apropié de este post (que leerán a continuación) del PSTU, uno de los partidos que integran el Frente, pero que por razones de “legalidad” no aparecía en los habituales spot publicitario, afiches y demás.
Particularmente me defino, como muchos, “Independiente dentro del Frente”. Creo que muchos de nosotros podríamos integrarnos al Frente, de forma activa y todos los días. Muchos independientes hicieron de fiscales, otros emprendieron ciber militancias desde sus cuentas en facebook y demás redes sociales pero no nos incluimos y seguramente tampoco lo haremos, integrarnos a algunas de las fuerzas, llámese PO; PTS; IS; PSTU u otra que integre el Frente y desconozca en este momento.
Sin más y desde mi humilde opinión, desde este espacio, llamo al Frente de Izquierda a tener en cuenta las palabras del PTU, que son las mías como dije antes, a reflexionar, a tener presente que más allá que no desconozco las diferencias que hay entre las corrientes, serían factibles de ser pasadas por alto, no digo esconderlas o desconocer que existen, sino ser más “tácticos”, si cabe el término, y, no caer en el oportunismo, en los dos tres porotos que cada partido del Frente según su peso numérico a arrastrado a sus filas porque creo, estoy seguro, que somos miles los porotos que andamos dando vueltas por ahí, esperando que ante la exitosa creación del Frente, la profundización de los ajustes por parte del gobierno (quita de subsidios-ajuste encubierto), según sostienen ustedes; ante lo cual, de no estar equivocados, cómo, cuál y desde que lugar se podrá enfrentar a la verdadera cara del gobierno nacional y popular.
Para mí la respuesta es clara: trabajando todos juntos en el Frente de Izquierda y los Trabajadores.
Días pasados, los tres partidos que aportaron su legalidad para la construcción del FIT ratificaron su continuidad como una oposición, de izquierda, obrera y socialista, al gobierno. Saludamos esa decisión, que miles de luchadores y activistas estaban reclamando, y que desde el PSTU impulsamos.
El Frente logró ubicarse como una alternativa y esa expectativa no podía ser defraudada. Sin embargo, nos parece que la continuidad es solo el primer paso.
El Frente logró ubicarse como una alternativa y esa expectativa no podía ser defraudada. Sin embargo, nos parece que la continuidad es solo el primer paso.
Una corta historia
El FIT nació el 14 de abril para sortear la trampa de la reforma política. Ese mismo día, participamos de la conferencia de prensa, y nos sumamos. Días después, el PSTU realizó su congreso fundacional, y una de sus resoluciones centrales fue poner nuestros esfuerzos, candidatos y militancia, al servicio de esa tarea.
Propusimos centrar la campaña en el eje democrático contra la proscripción desde el primer día, lo que se verificó luego como el gran acierto de las primarias. Y desde el primer día, insistimos en la necesidad de ampliarlo, dar un lugar a cientos de dirigentes y activistas independientes, que no pertenecían a ninguno de los partidos de la izquierda, pero se vieron atraídos por la unidad.
En Neuquén se dio el primer indicio de que había un gran espacio para generar un movimiento poderoso. Y actuamos como predicamos. El PSTU ubicó en la única candidatura que se nos otorgó en la Capital, a un dirigente obrero extrapartidario. Lo mismo hicimos en otros distritos.
Sin embargo, en el resto del país el FIT no actuó así, y “cerró” el frente. Fuimos parte activa de la campaña en Tierra del Fuego, Chubut, Neuquén, Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Capital y decenas de municipios de la provincia de Buenos Aires. Estamos orgullosos de lo que hicimos, aportando a la buena elección nacional.
Eso no nos impide insistir: con seguridad haber actuado con más amplitud y menos sectarismo nos hubiera permitido mejorar los resultados electorales, que por poco –justamente “ese” poco-, no lograron darnos varios diputados.
Ampliar y dar funcionamiento democrático al FIT
Tal como dijimos antes, la tarea es ampliar el frente, incorporando a partidos como el nuestro y otros, además de grupos y luchadores independientes que se sumarían con entusiasmo. Es preciso ubicar una serie de tareas concretas: el programa del frente se pondrá a prueba ante el ajuste que las patronales y el gobierno comenzaron a aplicar. El apoyo a todas las luchas obreras y populares; la exigencia de un plan de lucha nacional por el salario, contra la pérdida de puestos de trabajo y la precarización laboral; la construcción de amplias listas unitarias de oposición a la burocracia sindical en los gremios; junto a poner sobre el tapete una gran campaña nacional por la dirección obrera que necesitamos para la CGT, con dirigentes como el Pollo Sobrero a la cabeza. Todos esos y otros más son ejes alrededor de los cuales la unidad de la izquierda puede y debe actuar. Para avanzar en esto, es necesario democratizar el funcionamiento del FIT.
El régimen patronal proscriptivo impone que solo tengan “voz y voto” los partidos que cumplen los requisitos legales. El FIT tiene que funcionar con otros parámetros. Es preciso crear un ámbito para que la voz de todos los que somos parte del FIT sea escuchada, que los posicionamientos puedan ser debatidos. De lo contrario, sería un monólogo de los “legales”. Reconocemos el esfuerzo que han realizado los tres partidos para lograr su legalización.
Ese es un factor que, junto a otros como su influencia en sectores obreros y estudiantiles y su tamaño, deben ser tenidos en cuenta. Pero no puede ser el factor central para definir quiénes tienen derecho a opinar y quiénes no. Por todo esto, proponemos al PO, al PTS y a IS la rápida convocatoria a una reunión amplia de todos los partidos y grupos, junto a dirigentes independientes, para debatir los próximos pasos.
Tal como dijimos antes, la tarea es ampliar el frente, incorporando a partidos como el nuestro y otros, además de grupos y luchadores independientes que se sumarían con entusiasmo. Es preciso ubicar una serie de tareas concretas: el programa del frente se pondrá a prueba ante el ajuste que las patronales y el gobierno comenzaron a aplicar. El apoyo a todas las luchas obreras y populares; la exigencia de un plan de lucha nacional por el salario, contra la pérdida de puestos de trabajo y la precarización laboral; la construcción de amplias listas unitarias de oposición a la burocracia sindical en los gremios; junto a poner sobre el tapete una gran campaña nacional por la dirección obrera que necesitamos para la CGT, con dirigentes como el Pollo Sobrero a la cabeza. Todos esos y otros más son ejes alrededor de los cuales la unidad de la izquierda puede y debe actuar. Para avanzar en esto, es necesario democratizar el funcionamiento del FIT.
El régimen patronal proscriptivo impone que solo tengan “voz y voto” los partidos que cumplen los requisitos legales. El FIT tiene que funcionar con otros parámetros. Es preciso crear un ámbito para que la voz de todos los que somos parte del FIT sea escuchada, que los posicionamientos puedan ser debatidos. De lo contrario, sería un monólogo de los “legales”. Reconocemos el esfuerzo que han realizado los tres partidos para lograr su legalización.
Ese es un factor que, junto a otros como su influencia en sectores obreros y estudiantiles y su tamaño, deben ser tenidos en cuenta. Pero no puede ser el factor central para definir quiénes tienen derecho a opinar y quiénes no. Por todo esto, proponemos al PO, al PTS y a IS la rápida convocatoria a una reunión amplia de todos los partidos y grupos, junto a dirigentes independientes, para debatir los próximos pasos.
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