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domingo, 25 de diciembre de 2011

De las Asambleas del 19 y 20, a las asambleas socio-ambientales

La semana pasada, se realizó en la Biblioteca Nacional, las Jornadas Abiertas "A diez años del 19 y 20 de 2001. Reflexiones, vivencias, el transcurrir de una década". Allí uno de los interrogantes fue sobre las posibles relaciones entre las asambleas de los cacerolazos y las asambleas socio-ambientales de hoy. En esta breve nota, retomamos un fragmento del artículo sobre el "Análisis discursivo de las asambleas contra la minería contaminante".
Por Pablo Gavirati
(IIGG - UBA)

El texto, escrito en principio para el 1° Congreso Nacional sobre Protesta Social y publicado luego en un libro compilatorio, plantea un acercamiento a la gramática discursiva de las asambleas (socio)ambientales. Es desde este punto de vista, que pueden identificarse continuidades entre las asambleas ya mencionadas. Es decir, que no tienen que ver con cuestiones concretas organizativas, sino con líneas argumentativas que se cruzan con coincidencias ideológicas, como el cuestionamiento a la democracia representativa.
Desde este punto de vista, se destaca como fundamental el rol de la Asamblea de Esquel, que apenas unos meses después de los hechos de diciembre de 2001, protagonizó una gran protesta social por el "No a la Mina" y el "Sí a la Vida". En el mismo sentido, luego la Asamblea de Gualeguaychú logró una gran visibilización de la causa ambiental, con los claroscuros que ya señaláramos, pero manteniendo siempre la disputa frente a una corporación. Algo que no ocurriría en la llamada "crisis del campo" del 2008.

En 2006, la creación de la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC) terminó de consolidar este movimiento, donde hoy también participan, justamente, activistas contra la sojización y los agronegocios. Desde esta perspectiva, las asambleas ambientales son una de las principales herederas de aquel acontecimiento sucedido hace 10 años. En ellas se hace visible la herencia del pensamiento crítico hecho manifestación pública, de la reconstrucción del vínculo comunitario frente a los intereses de los más poderosos.
Fundamentos del discurso de las Asambleas anti-minería*
En este apartado, realizaremos un acercamiento al análisis discursivo de las asambleas, haciendo un énfasis especial en la componente política, a partir de la reconstrucción del lugar del enunciador y su conflicto con el contra-destinatario. Asimismo, es de interés la construcción narrativa del uso del territorio y del modelo de producción que promueven. 
A partir de fragmentos del artículo de Pablo Quintana, integrante de Vecinos Autoconvocados de Esquel, podemos inferir algunos de los rasgos principales de este actor social. En primer lugar, cuando se habla de los comienzos se dice que “la revalorización del término `vecino´ comenzó a construirse entre los esquelences” (Quintana, 2004:152). A su vez, se trató de un “movimiento genuino y  transparente”, que moldeó “un espacio participativo llamado asamblea, tan horizontal como heterogéneo” (Quintana, 2004:153). Por lo leído hasta aquí, sabemos que se pone en discusión el carácter de la democracia representativa, que podría considerarse el opuesto a las virtudes expresadas arriba.
Sobre todo, cuando antes se había escrito que “la clase política se vanagloriaba de haber logrado entregar una vez más nuestros recursos naturales”. Es otro fragmento discursivo el que nos permite extraer conclusiones más precisas: “Cuatro mil almas invaden las calles de Esquel al grito de `que se vayan todos… que no quede uno solo” (Quintana, 2004:160). Tenemos aquí sin dudas una huella del discurso de diciembre de 2001, en donde los cacerolazos terminaron con el gobierno de De La Rúa y se vivió un intenso pero breve movimiento asambleario en la Ciudad de Buenos Aires. El desprestigio de los gobernantes era extendido en la Argentina, sobre todo en sus clases medias, y esto influyó también en el movimiento anti-minería: el diagnóstico es que se trataba de un negociado más, perpetuado por políticos profesionales que desoían a su pueblo.  
De este modo, se constituyó un “movimiento vecinalista” decidido a que la “consigna de la asamblea” fuera el “No a la Mina”. Desde este punto, es claro que un contradestinatario explícito es la empresa Meridian Gold. Esta es caracterizada como una “saqueadora”; prometía trabajo pero: “Nada decía, por cierto, de los más de 1.200 millones de dólares de ganancia que esto le generaría a la trasnacional y mucho menos de la destrucción ambiental que la actividad extractiva generaría en el futuro de la comunidad cordillerana” (Quintana, 2004:151). En la denuncia a la corporación, existen huellas del discurso socialista, en la denuncia a la lógica de las corporaciones capitalistas.
(...).
Bibliografía citada en este fragmento:
QUINTANA, Pablo (2004), “El caso Esquel”, en Chiappe (coord.) (2004), La Patagonia de pie. Ecología vs. Negociados, Proyecto Lemú, El Bolsón, pp. 149- 168.
* Fuente del texto
GAVIRATI, Pablo, “¿Del No en mi montaña al No en mi planeta? Análisis discursivo de las asambleas contra la minería contaminante en la Cordillera de los Andes” en Massetti, Villanueva y Gómez (comp.), "Movilizaciones, protestas e identidades políticas en la Argentina del bicentenario”, Editorial Nueva Trilce, Buenos Aires, 2010

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