Algunos días cuando me encuentro dando clases me doy cuenta que sin quererlo me convierto en un peluquero de ideas.
Uno intenta e intenta hacer la diferencia cada día, generar, invitar a conocer más que a estudiar pero a medida que pasan los días siento que cuanto hago dentro de los colegios no alcanza y al final, sin quererlo termino "rompiéndole la cabeza a esos chicos y chicas"
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